En el stand de Koei se mostraba en versión jugable Bladestorm: The Hundred Years’ War, un nuevo juego de guerra de la compañía de los Dynasty Warriors que prepara para dentro de unas semanas en Xbox 360 y PlayStation 3. Al contrario que en sus sagas, basadas en las historias feudales japonesas y chinas, Bladestorm se basa en la Guerra de los Cien Años, es decir, en el medievo europeo, y concretamente en las guerras entre Francia e Inglaterra. Por ello, en el juego aparecerán personajes históricos, como el rey Eduardo o Juana de Arco.
El juego nos ha sorprendido por su alto componente de estrategia y su diferenciación de la saga Dynasty Warriors. De hecho, en el juego no combatiremos exactamente, sino que lideraremos unidades que se comportarán como una sola a la hora de darles órdenes.
Nosotros somos un capitán, que podremos configurar al inicio de la partida, y tendremos que asumir contratos tanto para un bando como para el otro. Estos "contratos" consisten, o al menos en la demo, en conquistar ciertos fuertes para un bando en una u otra zona de guerra (Normandía, Bretaña, etc…).
En el campo de batalla, de gran tamaño, tenemos libertad para mover a nuestro capitán y para acercarlo a un grupo de unidades y unirnos a ellas, pulsando un botón. Si la unidad es a caballo pasaremos a ser caballero, si es de arqueros blandiremos un arco, y así sucesivamente. Luego nos moveremos por el escenario , acompañándonos los componentes de la unidad, y contaremos con un botón de ataque, y una serie de acciones especiales que podrán realizar durante cierto período de tiempo, y luego se recargarán.
Por ejemplo, con los arqueros podemos escoger que disparen según su propio criterio, o pasar a un modo en primera persona desde donde dirigiremos las flechas. La infantería tiene un ataque normal y ciertos ataques especiales, como golpear con el escudo. La caballería puede cargar, como es de esperar, y aumentar su potencia de combate durante algunos segundos. En un principio el juego resulta complicado –y más con las explicaciones de los botones, que cambian en tiempo real, en japonés-, pero tras unos minutos logramos hacernos a grandes rasgos con el control.
Mientras nosotros controlamos a una unidad, el resto de nuestro ejército se mueve según los objetivos de la campaña, y lo mismo ocurre con las unidades enemigas. Es conveniente destacar le hecho de que, al estar las misiones basadas en contrato, nosotros no tendremos que preocuparnos sobre quién gana la batalla a gran escala exactamente. Tenemos unas unidades a las que podemos acudir, y usar para cumplir nuestro objetivo, pero el desenlace de la batalla en perspectiva puede ser una batalla del bando rival, lo que tampoco debe agobiarnos demasiado pues al siguiente contrato puede que trabajemos para ellos.
El juego resultaba muy curioso al ser muy poco parecido a lo que se ha visto anteriormente en mezcla de acción y estrategia –quizás un símil podría ser Ninety-Nine Nights, pero éste es mucho más estratégico-, y contará con todo tipo de añadidos de desarrollo de personaje, experiencia, subidas de nivel, etc… lo que nos irá dando más poderes para usar con cada tipo de unidad. Un título interesante, aunque quizás restringido a un público muy determinado.