Hace poco más de un mes que Activision Blizzard pulsó el botón que lanzaba una nueva gran actualización a los servidores de World of Warcraft, una expansión llamada Dragonflight que tiene como objetivo no solo dar nuevo contenido a los jugadores del veterano MMORPG de la empresa estadounidense sino también ofrecer un buen lavado de cara al juego para adaptarse a tiempos modernos, retocando la interfaz o su árbol de habilidades.
En Vandal vamos a hablaros de lo que nos ha parecido hasta ahora esta expansión con unas impresiones válidas para este mismo instante pero que bien podrían cambiar en el futuro ya que, como sabéis, estas expansiones cuentan con grandes actualizaciones y parches que agregan aún más contenido y que realizan ajustes por lo que dentro de un mes Dragonflight podría ser un título muy diferente.
Evocadores Dracthyr una raza y clase jugable que cumple
Comencemos hablando de los evocadores Drachyr que es, por primera vez en la historia de World of Warcraft, una combinación de raza y clase ya que solo los Drachtyr pueden ser evocadores y esta raza no puede acceder a ninguna otra clase.
De entrada lo más espectacular a nivel visual de esta particular fusión es que este personaje tiene dos formas, una humanoide y otra dracónica que sale a relucir en los momentos de crisis o para usar nuestras habilidades más poderosas.
Cuando creamos un Dracthyr (por cierto, se ha mejorado bastante el sistema de creación de personaje para personalizarlo mucho más) comenzamos a nivel 58 y contamos con una experiencia introductoria que nos permite ir descubriendo su historia, sus habilidades y cómo jugar esta particular combinación bastante divertida mientras jugamos y pudiendo elegir entre dos especializaciones diferentes, una llamada Devastación centrada en hacer daño a media distancia y otra llamada Preservación que nos permite ejercer el rol de sanador. Aquí nos sorprende que por primera vez Blizzard no se ha pasado de vueltas con una nueva clase y en ninguno de los dos roles los Dracthyr son dominadores, aunque a nosotros nos gustan actualmente más como sanadores que como creadores de daño y de hecho creemos que es bastante divertido utilizarlos con esa función.
Un viaje rápido por las Islas Dragón
En Dragonflight nos iremos a las Islas Dragón a vivir una nueva aventura que nos descubre secretos milenarios de la historia de Azeroth emprendiendo un viaje en el que visitaremos zonas tan variopintas como las Tierras Azures, o el Confín Olvidado, áreas bonitas a la vista y cargadas de detalles pero que, a su vez, no tienen demasiada personalidad y bien podríamos estar en esta isla o en cualquier otro lugar del universo Warcraft.
Mientras recorremos estas tierras se nos irá contando la historia que acompaña a Dragonflight que es simplemente cumplidora y subiremos del nivel 60 al 70 de una forma bastante rápida, siendo un auténtico paseo para aquellos con experiencia en el MMO y de hecho, en esta ocasión con completar todas las misiones principales de la campaña, hacer los objetivos de bonificación y hacer unas pocas mazmorras nos llevará al máximo nivel en poco tiempo (entre una hora y una hora y media por nivel aproximadamente) en una experiencia de "leveo" que no innova en nada y que nos parece una de las más sencillas y menos atractivas de las últimas expansiones por ejecución y variedad de misiones.
En esta velocidad a la hora de subir de nivel influye mucho la nueva mecánica de Jinete de Dragón, una montura especial que solo podemos utilizar en estas islas y que nos permite planear y desplazarnos con mucha rapidez por todo el mapa. Se trata de una mecánica divertidísima que cuenta con un buen puñado de coleccionables y también ciertos toques de progresión que son muy efectivos aunque, por otro lado, ofrecer esta mecánica al poco de entrar en la nueva zona elimina casi por completo el PVP de mundo y aumenta la sensación de correr de aquí para allá para subir de nivel lo más rápido posible perdiendo un poco de "magia" en el proceso.
Nuevas interfaz y árbol de habilidades y un cambio drástico a las profesiones
Lo mejor de Dragonflight creemos que llega con el lavado de cara a World of Warcarft tanto en lo que respecta a algún retoque gráfico con su consiguiente aumento de requisitos como, sobre todo, en dos pilares clave como son un cambio drástico en la interfaz y en el doble árbol de habilidades para personalizar a nuestro personaje.
La nueva interfaz le sienta como anillo al dedo a World of Warcraft y nos da bastante libertad para configurar todo como nos de la gana, dándonos esa polivalencia que hasta ahora no tenía por apostar por la misma desde la primera versión del juego. Se trata de un cambio cómodo para el jugador y atractivo a la vista que moderniza el MMORPG y que le acerca a un título del 2023.
Otra cosa que cambia de forma drástica son los árboles de talentos que ahora llegan por partida doble. Uno de ellos nos permite personalizar aspectos generales de la clase mientras que con el otro podemos ajustar a nuestro estilo de juego la especialidad, dándonos muchas opciones para ello y con pequeñas opciones bastante interesantes al menos con las clases con las que jugamos habitualmente, el Caballero de la Muerte y el Mago. Seguramente a largo plazo muchos jugadores acaben apostando por elegir configuraciones del árbol bastante estándar o efectivas pero en esta ocasión creemos que a excepción de habilidades o talentos básicos que hay que escoger sí o sí tenemos más margen de maniobra a la hora de crear nuestro personaje.
Por último, dentro de esta revolución de World of Warcraft que es a nuestros ojos la parte más importante de la expansión tenemos un nuevo sistema de profesiones y fabricación para hacerlas más atractivas a los jugadores. Se tratan de cambios interesantes que parece estar agradando a aquellos jugadores interesados en esta faceta del juego, algo que ellos agradecerán mientras que los que somos un poco más "perezosos" en este sentido seguiremos apostando por tener menos oro pero dedicar nuestro tiempo en otras facetas.
Nuevo contenido para aderezar todo
Por supuesto, las nuevas zonas, misiones y todos los cambios en la jugabilidad llegan con nuevo contenido en forma de mazmorras o bandas con las que desafiar a nuestros jugadores. Aquí de entrada creemos que las mazmorras están bien diseñadas, siendo algunas de ellas bastante espectaculares a nivel visual, aunque tampoco nos van a volar la cabeza, mientras que algo que creemos que es criticable es el ajuste de nivel mínimo de equipamiento para las heroicas que nos parece demasiado elevado, lo que ha hecho que muchos jugadores pasen directamente de hacer mazmorras normales a míticas, esa dificultad que llegó hace ya unos años y que se ha convertido en uno de los principales atractivos del MMO.
Una revolución incompleta
World of Warcraft: Dragonflight es una buena expansión, eso es innegable, sobre todo porque nos ofrece una pequeña revolución al MMORPG de Blizzard gracias a una interfaz que moderniza por fin el juego a los cánones del 2023 o a un nuevo árbol de habilidades que creemos que está muy bien diseñado y que va a permitirnos darles algo más de color a nuestros personajes.
Sin embargo, el resto del contenido como la nueva zona, mazmorras o la experiencia de subida de nivel, a pesar de ser bueno le falta algo, probablemente un toque de personalidad, ese ingrediente secreto que hace que algo bueno se convierta en notable o sobresaliente y creemos que es una expansión que, si Blizzard comete los errores de los últimos años tardando demasiado en añadir nuevo contenido va a pasar rápidamente al olvido de los jugadores.
Hemos escrito estas impresiones gracias a un código proporcionado por Activision Blizzard.