El mundo del videojuego cuenta con decenas de sagas que, mejor o peor, intentan sobrevivir a un mercado cada vez más poblado de nuevos títulos y propuestas jugables. Las diferencias entre unos y otros radican en conseguir una historia potente además de saber dar en el clavo a la hora de configurar las opciones más jugosas.
Desde el año 1991, Civilization ha creado una saga que ya es paradigma en la estrategia por turnos y que ha sabido jugar sus cartas a la hora de generar un producto que enganche y que a la salida de cada nuevo título aporte innovación o hechos diferenciales.
En este caso os hablaremos de Dioses y Reyes, la nueva expansión que trae un sinfín de novedades que seguramente darán en el clavo ya que se reparten tanto en la vertiente de nuevas civilizaciones como en la de aumentar las misiones y los escenarios disponibles. Asimismo también contaremos con muchas más unidades militares y la diversificación de entes que ya existían, como las ciudades –estado-, que ahora tendrán vertiente militar o comercial según lo que necesitemos.
Propuestas nuevas desde el arranque
Si algo nos gusta en el momento de comprar una expansión es que esta haga honor a su nombre. En este caso os podemos decir que desde el primer momento tendréis disponibles una serie de nuevas civilizaciones que seguidamente pasamos a relatar. Siguiendo la estela al juego original mantendremos las dieciocho ya existentes para agregarles hasta nueve facciones más: los hunos, con Atila, los Celtas, gobernados por Boadicea, Cartago, por Dido, los Países Bajos, para la campaña holandesa en las Indias Orientales o Suecia, con Gustavo Adolfo como rey. Además también contaremos con Etiopía y su emperador Haile Selassie, Isabel la católica en España, Mª Teresa, en Austria, o los Mayas y Constantinopla para cerrar este círculo virtuoso.
Habiendo jugado en unas cuantas de ellas, y viendo la presentación de cada uno de los líderes, os podemos decir que el trabajo realizado en el apartado de historiografía deja al juego en un gran lugar y sigue la estela dejada por sus antecesores. Afirmaciones como la de la vicepresidenta de 2K Games, argumentando que esta expansión "es la quintaesencia de Civilization" y con el soporte de Sid Meyer, responsable de esta saga en Firaxis, llevan a pensar en Dioses y Reyes como una expansión que este juego merecía.
Pese a tantas novedades, esto es sólo la punta de un iceberg que arranca desde lo más profundo del juego. Religión, diplomacia y espionaje son tres de los puntales que harán que pasemos horas y horas intentando conquistar el territorio de nuestros enemigos.
Conquistando las mentes en el nombre de Dios
Como os decíamos una de las inclusiones que más buenas sensaciones ha generado en esta expansión es la de la religión. El jugador deberá utilizar la fe para crear una religión propia a partir de la construcción de un panteón. Esta fe no sólo estará presente en lo espiritual, sino también en las populares unidades que se nos requieren para poder comprar o construir recursos. En nuestras manos estará evangelizar los territorios para así poder recibir más influencia para nuestro país consiguiendo un trato de favor mayor en cualquier contacto necesario.
El sistema de religión en Civilization nace a partir de nuestra población. En cierto momento del juego el gobierno nos avisará de que ha nacido un profeta y a partir de entonces podremos fundar una religión en la ciudad. A partir de este momento elegiremos un símbolo, un nombre –que podremos personalizar– y dos creencias principales que, de la misma forma que las políticas, podremos ampliar durante el juego.
Entre las religiones predefinidas podremos escoger entre budismo, confucianismo, cristianismo, islam, judaísmo, sintoísmo, sijismo, taoísmo, tengrianismo o zaroastrismo. Todas ellas cuentan con un sinfín de posibilidades a la hora de escoger las bondades que tendrán sobre nuestra población pudiendo escoger sobre cuatro ítems principales: creencias del panteón, creencias del fundador, creencias del devoto y creencias de potenciación. En estas categorías nos esperan más de 50 opciones que nos permitirán potenciar diferentes ítems de la vida religiosa de nuestro territorio, que afectarán –según el tipo de creencia– a la felicidad, a la fe, a expandir nuestra relación por el mapa o a dar más fuerza a nuestros guerreros dependiendo del camino que decidamos seguir.
Como siempre, cada elección tendrá un sinfín de causalidades a lo largo de la partida. Unas de poco calado y otras que significarán el devenir de nuestra civilización. El hecho de explicarlo es igual de denso que jugarlo. La religión en Civilization V es un gran juego aparte del principal en el que tendremos que hacer verdaderos juegos de manos para fidelizar a nuestros habitantes además de propagar nuestras creencias allí donde vayamos. Por si no tuviéramos poco con nuestras propias ciudades, el resto también podrán conocer –y seguir– el rito que hemos creado por lo que será nuestro menester hacer que así sea. Gracias a ello obtendremos bonificaciones tanto en la ciudad fundacional como en aquellas ciudades en las que contemos con devotos.
Si no puedes conseguirlo por ti mismo… róbalo
Lejos de la religión, también tendremos un sistema diferente para avanzar en la historia de Civilization. Si antes os hablábamos de panteones, fe y ritos ahora lo haremos de diplomacia… de las dos partes de la diplomacia. La noble y aristocrática y la de los espías y el tráfico de influencias e información.
La vertiente diplomática del juego basa su atractivo, primero, en las relaciones que establezcamos con los países de forma legal. De este modo cuando descubramos un país o a uno de sus ejércitos en el mapa, empezaremos a dialogar pudiendo declararle la guerra, haciendo intercambios, abriendo fronteras o intercambiando embajadas, con lo que conseguiremos ver la ubicación de su capital en el mapamundi. Este tipo de diálogo nos permitirá también conseguir o realizar donaciones además de intercambiar materiales que necesitemos para desarrollar nuestros planes.
Ah, la diplomacia... como bien decía Kissinger, "la diplomacia es el arte de limitar el poder" y ahí podemos decir que Dioses y Reyes lo borda. Este ex secretario de estado de los Estados Unidos glosa en una frase lo que el juego nos dejará hacer para conseguir ir un paso por delante de nuestros enemigos –y también amigos– en todas las materias.
La "Perspectiva espionaje" es una pantalla especial que conseguiremos conforme vayan estando disponibles los espías. A la izquierda veremos los agentes disponibles con su ubicación y la actividad que realizan. A la derecha, en cambio, veremos las ciudades y territorios tanto propias como de nuestros vecinos y rivales.
Es en esta segunda casilla en la que los datos interesantes se irán acumulando conforme nuestros agentes avancen en sus investigaciones en tierras lejanas. Mover a uno de ellos hasta el lugar que nos interese implicará el gasto de turnos, es decir, de tiempo en el que el infiltrado está viajando. Una vez allí se establecerán tres turnos para que el espía se sitúe y otros tantos para efectuar las labores específicas de su trabajo. En los primeros compases se dedicará a sabotear elecciones –lo que nos dará más influencia en el país– y posteriormente también recabará información con la que podremos prever un ataque contra nosotros o bien comerciar con esta información con los afectados.
Asimismo una de las labores de las que sacaremos más tajada es del robo de información. Cuando el agente se encuentre en países extranjeros y estos adelanten sus tecnologías seremos capaces de ver y robar la información para tenerla disponible de forma inmediata. Una buena opción que nos ahorrará tiempo y recursos.
Ahora bien, las posibilidades de espiar también las podremos sufrir en carne propia. Para ello dispondremos de la carta del contraespionaje. Un agente propio se infiltrará en nuestra ciudad para vigilar que nadie se lleve nuestros avances. En caso de que ello suceda un mensaje nos informará del robo e inmediatamente podremos tomar una decisión que va desde la declaración formal de guerra hasta la denuncia pública pasando por una exigencia privada o un perdón por la transgresión. Los agentes pueden aumentar su rango si investigan y no son descubiertos desde el recluta hasta el agente especial. Más rango significará más rapidez y más probabilidades de crear un golpe de estado –en las ciudades estado aliadas con nuestro rival–. En caso contrario, si mueren, serán sustituidos por otros de rango inferior para volver a comenzar. Podemos decir que el estudio ha querido dar un toque realista al juego haciendo que estos tengan que contar con un número que asciende hasta los 30 turnos en el caso de robar información de interés.
Una mejora general que se agradece
El análisis de Civilization V en Vandal dejaba claro que el juego tenía todo lo que un título del género requiere. Una gestión de la política que se mantiene inalterada en el juego, un combate muy trabajado que se ha mejorado en este caso con nuevas habilidades, unidades y posibilidades en cuanto a los ejércitos y una inteligencia artificial retocada que seguramente forzará a los jugadores a devanarse los sesos antes de realizar cualquier movimiento.
Manteniendo la dificultad personalizable y ofreciendo nuevos escenarios esta expansión está totalmente recomendada para todos aquellos enfermos de la historia y la estrategia que quieran pasar un buen –y largo– rato junto a las nuevas opciones que Firaxis nos ofrece.
Cabe destacar que si el artículo no toca más partes de la política es porque la base del juego se mantiene como hasta ahora había avanzado. Gestionando nuestro país mediante avances tanto en construcción como el políticas sociales, económicas, administración pública y todo lo que una nación requiere para dominar el mundo.
