Análisis de Sid Meier's Civilization V: Dioses y Reyes (PC)

Hay sagas que no necesitan presentación y Civilization es una de ellas. La propuesta que esta vez nos llega desde Firaxis está pensada para complementar –y muy bien– a la quinta edición de un título que ya es un clásico del género por méritos propios. Dioses y Reyes, la expansión de la que ya os hablamos hace unos meses, viene a ampliar las múltiples posibilidades de un título que ya de por si pone en las manos del jugador todo el poder para construir una sociedad a su gusto pudiendo tener incidencia en cualquier punto de esta creación.

Un complemento de lujo

Lejos de ser un simple añadido, Dioses y Reyes llega para hacer realidad el sueño de muchos aficionados devolviendo la religión a un juego en el que a partir de ahora tendrá muchísima importancia. No contentos con ello desde Firaxis también han implementado y mejorado otra variable más que hará que muchas veces el juego parezca tener diferentes títulos en uno mismo.

Espionaje y una mejor diplomacia harán que Civilization vuelva a brillar como este juego de estrategia por turnos que tantas horas de diversión nos ha hecho pasar.

En las últimas impresiones ya viajamos largamente por todas las opciones que tiene y ahora vamos a profundizar más en lo que esta ampliación atañe.

Cabe destacar que en lo gráfico y distribución de menús continua como estaba, todo pensado para que de forma intuitiva el jugador pueda fijarse en lo realmente importante, la evolución de un pueblo. Las opciones durante las diferentes épocas se han implementado perfectamente y aparecerán como un paso más de la evolución de nuestra civilización. El primer cambio ya es grande y lo podréis ver y disfrutar desde el primer momento.

A todas las civilizaciones disponibles desde su salida al mercado se le unen una decena de "facciones" más que, por supuesto, cuentan con la misma profundidad que sus homólogas y que nos permitirán estar al frente de pueblos que han marcado un antes y un después en la historia del mundo. Entre otros podremos ponernos a las riendas del imperio español de la mano de la reina Isabel, guiar a Pacal y a su civilización maya o también avanzar con el fiero Atila y sus hunos. La mezcla de pueblos está servida y los amantes de la historia encontrarán en esta expansión a un compañero que ampliará exponencialmente las posibilidades que el juego ofrecía.

Religión, diplomacia y espionaje

Nuestro avance a través de la historia dependerá, como siempre, de cómo ejecutemos nuestros movimientos. Ser cautos e inteligentes al inicio será lo mejor para empezar con buen pie en Dioses y Reyes. El nombre de la expansión no podía ser mejor ya que tendremos que realizar un buen balance entre deidades y diplomacia para conseguir el mayor beneficio para nuestros ciudadanos.

Arrancar bien desde la religión supone crear un panteón y empezar a seguir a un dios. Esta elección la haremos, al principio, con la creación de un simple edificio. Momentos después, con el nacimiento de un profeta, ya estaremos preparados para empezar a fundar lo que será nuestra religión, es decir, las creencias que nuestros súbditos seguirán mediante la fe, un punto clave en este juego. En la creación de la creencia de nuestro pueblo, Firaxis ha tenido a bien dejarnos total libertad para escoger el tipo de símbolo y el nombre -entre creencias reales o inventadas- así como seleccionando también el tipo de dios al que queremos adorar. Dependiendo de dónde hayamos ubicado nuestra capital deberemos escoger el tipo de dios ya que obedeciendo a la elección tendremos acceso a diferentes bonificaciones sobre el terreno, las unidades o las edificaciones.

¿Creéis que todo acaba aquí? Pues no, la fe actuará de forma transversal en todo el juego y hará que nuestro pueblo no solo siga la religión sino que también sea responsable de expandirla por cuantos más territorios mejor. La creación de misioneros e inquisidores, dos figuras importantes para el desarrollo de nuestra "iglesia, hará que podamos optar a tener una mayor incidencia en otros países pensando siempre en tener puntos a favor en eventuales ataques o hermanamientos según nos convenga. Cada ciudad que fundemos contará con nuestra religión y ampliará la posibilidad de aumentar los puntos de fe, estos los ganaremos a través de edificios, maravillas, países amigos con la misma religión o también mediante los lugares sagrados. Un buen abanico de propuestas que tendrán a los más "devotos" totalmente inmersos en un toma y daca de religiones y fe.

¿Escepticismo con la religión? La diplomacia es vuestro camino

Pese a la importancia de la religión en la historia, muchos de los episodios más importantes de la historia de nuestras sociedades se han realizado a través de conversaciones secretas, conspiraciones, amenazas y estrategias que poco no necesariamente han tenido que ver con la religión. Si preferís dejar el rito un poco de lado -aunque no mucho- y pasar a las triquiñuelas propias de la política para avanzar en la creación de vuestra propia población, Dioses y Reyes es vuestra expansión.

El trabajo realizado en el apartado de la diplomacia merece una mención aparte pensando siempre en mil y una propuestas que podréis seguir mediante embajadores "legales" u otros ilegales... y es que el espionaje nos brindará, muchas veces, toda aquella información que yendo de frente no hubiésemos conseguido.

Ataques sorpresa, creaciones de nuevos espacios, ubicaciones de poblaciones en el mapa... todo ello será visible gracias a nuestros movimientos en espionaje y contraespionaje. Gracias a un completo sistema de gestión de agentes y especialistas podremos llegar a un punto en el que encargarnos de dar órdenes al servicio secreto será tan importante como generar investigaciones que nos permitan avanzar en el tiempo. Los árboles de evolución a los que nos tiene acostumbrados se combinarán perfectamente con Dioses y Reyes para potenciar otro de los puntales de esta nueva expansión.

La gestión de nuestros agentes secretos la realizaremos desde la pantalla de "perspectiva de espías" mediante la cual podremos ver a nuestros agentes en activo además del lugar en el que están destacados. Adicionalmente contaremos con la información que están recabando pudiendo acceder a mejores datos conforme los turnos vayan pasando. Tener a un agente en el extranjero supondrá varias cosas. La primera será tener un acceso casi ilimitado a diferentes datos de los otros gobiernos dependiendo de la experiencia del infiltrado y la segunda, y también importante, la de actuar contra el gobierno rival para sabotear sus elecciones intentando conseguir que el país en cuestión sea más influenciable por parte de nuestro gobierno.

La última treta será la de denunciar públicamente planes de estos contra nosotros u otras naciones o también optar por aliarnos con los afectados para acabar con la dominación del país en el que nuestro agente está desplegando sus servicios.

Toda esta diplomacia "opaca" la podemos gestionar desde un menú muy intuitivo en el que veremos claramente el estado de todas las operaciones. El establecimiento del agente contará con tres turnos después de los que ya podremos empezar a operar con normalidad. La subida de nivel implicará una mayor velocidad a la hora de conseguir datos y la muerte del agente implicará la creación de otro agente con toda la pérdida de información y tiempo que ello supone.

Robar información, una arma de doble filo

Como ya hemos dicho la opción de espionaje también tendrá su contra, la del contraespionaje. Los agentes en territorio exterior podrán ser descubiertos por los servicios de inteligencia de gobiernos por lo que deberemos ser tan conscientes de ser cuidadosos con nuestros agentes como también con la potenciación de nuestros servicios de contraespionaje. Este balance permitirá que podamos robar tecnologías en campo rival y evolucionar más rápido pero también hará que tengamos que tener cuidado de que nuestros avances no caigan en manos del enemigo.

Descubrir a terceros husmeando en nuestros asuntos nos permitirá crear una especie de gabinete de crisis llevándonos a diferentes opciones: desde declarar un conflicto armado directo a exigir un perdón público, decisiones que deberemos tomar delante de una afrenta que nos restará influencia en todos los campos. Un momento en el que veremos que la diplomacia, que ya existía en el juego, ha mejorado sus propuestas para ampliar el campo de acción del jugador.

Libre albedrío para construir nuestra civilización

Como hemos hecho en anteriores ocasiones el análisis final de esta expansión se basa en mostraros las novedades que este nos trae. Hemos querido hacer especial hincapié en la diplomacia, el espionaje y la religión porqué estos tres puntos son los que vienen a complementar lo político y militar del original.

La eclosión de Civilization V y todo lo que ello supuso para los amantes de la estrategia por turnos significó sentar las bases de un proyecto que cuenta con miles de seguidores que esperan mejoras a cada paso. En esta ocasión podemos afirmar que si lo que el estudio pretendía es multiplicar exponencialmente las horas de diversión, lo han conseguido.

Muchas veces la implementación de nuevo contenido no es fácil o queda muy postiza sobre un producto tan conocido como este. Nada más lejos de la realidad, Dioses y Reyes consigue fusionarse a la perfección con el título para convertirse en una parte del juego que parece que siempre haya estado ahí. La combinación transversal de religión y diplomacia con espionaje hará que podamos invertir nuestro tiempo en hacer que la influencia que ganamos mediante nuestros ritos nos facilite la entrada a un eventual agente o tener información privilegiada de las creencias que se profesan en determinado lugar para saber que paso dar en una negociación. A todo ello también le podemos sumar nuevos edificios y unidades además de diferentes pantallas en las que el estudio ha querido incluir diferentes situaciones que el jugador deberá avanzar a partir de casos basados en hechos tanto reales como ficticios.

¿Fe?, ¿diálogo?, ¿espionaje?... ¿cómo piensas avanzar en esta nueva civilización? Esta pregunta sólo se contesta de una forma, disfrutando desde hoy mismo de un juego que sigue la tónica marcada por una saga que desde 1991 ha sorprendido a sus seguidores en cada entrega. Ahora es tiempo de Dioses y Reyes.