El tráiler con el que Resident Evil Requiem, la novena entrega principal de la saga, fue anunciado en la conferencia del Summer Game Fest 2025 no nos había preparado para lo que jugamos unos días después. Resident Evil nunca ha sido tan terrorífico, tan inmersivo, tan agobiante. Capcom lo presenta como una vuelta al survival horror auténtico, pero esto va más allá: la demo, de apenas media hora y que hemos disfrutado como enanos, nos ha hecho soltar algún grito ahogado y a mantener la respiración.
La prueba comenzaba justo después de esa escena del tráiler en la que Grace Ashcroft se despierta atada a una camilla. La protagonista es una detective del FBI que investiga una serie de asesinatos, una situación que la lleva a un lugar traumático de su pasado.
Un trauma que se quedará en nada con lo que le tocará vivir, y a nosotros con ella. Ashcroft es un personaje atractivo en una saga en la que nunca han faltado las mujeres valientes y capaces de todo, pero esta protagonista se percibe más humana que ningún otro avatar de la saga. Es vulnerable, se hace heridas realistas al tratar de escapar de su cautiverio, está desprovista de cualquier tipo de arma (al menos al principio), y jadea y respira intensamente ante las horripilantes situaciones que vive en estos minutos de partida.
Grandilocuencia audiovisual para meternos el miedo en el cuerpo
Esos jadeos que suenan por los auriculares intensamente consiguen meterte en la piel de Grace. Sus pasos parecen retumbar en la madera. Cada ruido, cada crujido, cada golpe inesperado, nos eriza la piel. El sonido es tan fundamental aquí como un apartado gráfico despampanante en la versión preliminar para PS5 Pro que hemos jugado. Es un juego que aprovecha como pocos las técnicas de iluminación modernas y la capacidad de las máquinas actuales para recrear materiales, superficies y reflejos de manera fotorrealista.
Y todo eso es importantísimo aquí porque, aunque lo que vemos es espectacular, no vemos prácticamente nada. Buena parte de la pantalla está casi completamente en un negro profundísimo durante los primeros minutos de la partida. Un mar infinito de oscuridad que solo se despeja con el LED que hay en un interruptor lejano, por la luz que se cuela por una puerta en la otra punta del pasillo, por la bombilla de una lámpara intermitente, por una luz roja que se refleja en un espejo y baña levemente la habitación con un aura tenebrosa.
Fusibles, llaves, cerrojos... Es Resident Evil
El lugar en el que estamos atrapados parece ser un hotel reconvertido en hospital o sanatorio y por el que el tiempo no ha pasado en balde. Huir de este espacio decrépito no será tarea fácil, aunque cualquier aficionado a Resident Evil no tardará en reconocer lo que hay que hacer: para abrir una verja que parece dar paso a una zona más amplia del hotel debemos conseguir un fusible, lo que nos llevará a explorar estos angostos pasillos en busca de llaves, herramientas… y recursos que nos ayuden a sobrevivir a un peligro aterrador.
En estos pasillos oscuros, estrechos, sucios y oscuros no estamos solos, de ahí que se nos erice la piel con cada paso, cada jadeo, cada golpecito e incluso con el ruido que hace la piedra del mechero al encenderlo, fundamental para ver, aunque sea un poquito, en las estancias que no están iluminadas. Jack Baker, Mr. X o incluso el xenomorfo de Alien Isolation no tienen punto de comparación con el monstruo que aquí nos persigue casi sin descanso.
Una mujer gigante, deforme, con unas mandíbulas tremendas y que da incluso más miedo cuando apreciamos su silueta al final del pasillo que cuando la tenemos frente a la cara. Nos estremecemos al escuchar sus pasos por el techo, o cuando parece cambiar su recorrido cuando golpeamos una bandeja de metal. Ante ella solo podemos huir e intentar perderla de vista entre unos pasillos que apenas dejan margen para el error; podemos aguantar uno de sus golpes si nos curamos con una medicina, pero no más.
No tenemos aún claro si se trata de momentos scriptados o generados aleatoriamente, pero la criatura es capaz de sorprendernos atravesando la pared o bajando desde el techo. Pero no son esos momentos de susto repentino los más duros. En una parte hay que jugar con ella, tratar de alejarla de donde está para llegar a cierto punto, una situación de sigilo que nos puso el corazón a cien por hora, incluso más que varias secuencias anteriores en las que nos persiguió sin descanso hasta que descubrimos su punto débil.
Se podrá jugar en primera y tercera persona
Con esta demostración, Resident Evil Requiem nos parece que tiene un tono no ya parecido al de Resident Evil 7, sino al de aquella inquietante demo standalone que tuvo el juego de la Familia Baker, donde la atmósfera, el preguntarse qué podría pasar, era más importante de lo que ocurría. Ambos juegos están diseñados para ser jugados en primera persona, pero en esta novena entrega principal se incluye la opción para cambiar la cámara a tercera persona: se pierde inmersión, sí, pero sorprende lo que han cuidado las animaciones de la protagonista para un modo que ellos mismos consideran opcional, pues recomiendan la vista FPS.
Sin embargo, sospechamos que Requiem no se quedará en esto. En una presentación previa a la demo, el director Koshi Nakashini comentó que esta novena entrega de la serie principal es una vuelta al "survival horror auténtico" mezclado con "acción arriesgada". Un videojuego "profundamente terrorífico", y a la vez, "imposible de dejar de jugar". No sabemos nada, pero las imágenes del tráiler que muestran lugares memorables de una Raccoon City posapocalíptica creemos que dan alguna pista de que Grace no será la única protagonista, ni esta experiencia de terror intensa la única dinámica de juego. Pero habrá que esperar unos meses para averiguarlo, aunque seguramente antes de que salga el próximo 27 de febrero de 2026 en PC, PS5 y Xbox Series.
Hemos realizado estas impresiones tras asistir a una presentación y jugar a una versión preliminar para PS5 Pro en Summer Game Fest 2025 - Play Days.