Aunque lleva disponible desde hace ya bastantes años, Project Zomboid multiplicó por mucho su popularidad a finales de 2021, cuando recibió una enorme actualización de contenido que amplió la profundidad de sus sistemas, mejoró su multijugador e introdujo tal gama de novedades que incluso sus responsables, el estudio The Indie Stone, habló de aquel parche más como una secuela que como una actualización al uso. Desde entonces ha seguido un camino ascendente, tanto de soporte como de audiencia, pero sigue manteniéndose en formato early access a pesar de que el próximo noviembre cumplirá 10 años a la venta.
Su aura de juego en desarrollo permanente ofrece para muchos una excusa perfecta para no entrar todavía: "ya lo jugaré cuando esté terminado". Es lo que nos ha impedido durante años acercarnos a una propuesta tan interesante como lo es un profundo y exigente juego de rol con zombis. Sin embargo, hablamos de un proyecto vivo, que crece no sólo con el contenido oficial de la desarrolladora, sino también con el que crea la comunidad a través de mods. Por eso en Vandal nos hemos decidido por fin a explorar a fondo todo lo que tiene que ofrecer Project Zomboid y en nuestra incursión hemos quedado sorprendidos e impresionados por la calidad de sus ideas y por lo brillante de su ejecución.
¿Qué es exactamente Project Zomboid?
Definir Project Zomboid a alguien que no tenga ni idea de qué va el juego puede ser un ejercicio verdaderamente difícil, no porque sea una propuesta complicada de explicar sino porque cualquier simplificación de su formato juega en contra del interés que despierta el juego en realidad. Si decimos que es un juego de supervivencia con zombis en perspectiva isométrica y sistemas profundos de rol estamos reduciendo mucho sus posibilidades, igualándolo a otras propuestas similares en forma pero que están muy lejos de acercarse a él en fondo.
Entonces, ¿cómo explicar qué es Project Zomboid? Para poner en valor las virtudes del juego deberíamos hablar de lo que le hace especial: la capacidad que tiene para ofrecer situaciones únicas de tensión enmarcadas en un apocalipsis zombi. Es una obra conducida por el realismo (pese a que gráficamente esté lejos de él), de modo que el estilo de juego debe ser tan minucioso como deberíamos serlo nosotros si quisiéramos sobrevivir el mayor tiempo posible en una invasión de no muertos. Es tan reactivo y detallista como un juego de rol, tan punitivo como uno de supervivencia y tan absorbente como el mejor de los multijugadores.
Diarios desde el apocalipsis zombi
Aunque ofrece múltiples acercamientos, modos de juego basados en dificultad y desafíos que parten de premisas variadas, la manera estándar de jugar a Project Zomboid (si es que hay una) es la de lanzarnos a uno de los diferentes mapas que tiene a tratar de sobrevivir lo máximo posible. Antes tenemos que crear a un personaje, algo que se realiza con un ingenioso sistema que nos obliga a escoger rasgos positivos y negativos hasta que la balanza quede equilibrada, además de una profesión que demarcará nuestras habilidades básicas. También podemos modificar el aspecto del personaje, aunque no es algo que importe demasiado de primeras: no va a durarnos mucho en las primeras partidas, y si lo hace podemos ir cambiando detalles como el pelo, el vello facial o el maquillaje, así como por supuesto su ropa y complementos.
El rol de nuestro personaje puede cambiar también el lugar del mapa en el que aparece: en una de las partidas que jugamos escogimos la profesión de médica, así que nuestra protagonista se despertó en una pequeña clínica de un barrio residencial de la ciudad. Fue un buen lugar, ya que allí pudimos hacernos con todo tipo de medicinas, vendajes e instrumental de primeros auxilios, un tipo de objeto vital en Project Zomboid. Sin embargo, al ser una clínica no había ni comida, ni cocina, ni sitio para descansar. Tuvimos que salir en busca de una casa sin zombis, tarea imposible en aquella zona de la ciudad y que acabó siendo fatal cuando atrajimos a una horda de infectados por ir corriendo por ahí con una bolsa de basura llena de material médico.
Este tipo de situaciones suponen, para nosotros, lo mejor de Project Zomboid. Sin duda es también un juego que permite partidas largas, con construcción y gestión de amplios asentamientos militarizados, pero los bocados de narrativa emergente que propician sus escrupulosos sistemas son los que hacen de este juego algo verdaderamente diferente. No tiene historia como tal, no hay una trama que seguir (más allá de los tutoriales), y de hecho ni siquiera tiene NPC (aunque es una cosa que quieren implementar en el futuro); pero no le hace falta nada de esto, porque somos nosotros mismos quienes damos forma al relato en base a nuestras acciones.
Minuciosidad, realismo y atención al detalle
Cada movimiento que tenemos que dar en este juego requiere de cuidado y atención por nuestra parte, algo para lo que están preparados sus menús: no tiene interfaces amables ni intuitivas, son ventanas emergentes que se superponen unas a otras, inventarios por cada objeto en el que podemos rebuscar y mil pestañas para comprobar el estado de nuestro personaje. Los controles también son algo complicados de entender de primeras. Sin embargo, todo ello persigue (y consigue) la intención de darnos todas las opciones posibles para que seamos nosotros libremente quienes decidamos qué hacer y cómo hacerlo.
Todas las partidas que hemos jugado para escribir este texto han comenzado con buen pie, teniendo cuidado y tratando de prestar la máxima atención a cada paso, tal y como manda el juego: si teníamos que entrar en una casa por la ventana primero había que buscar una herramienta, después quitar los cristales rotos para no cortarnos, después pasar a través y echar las cortinas para que los zombis no puedan vernos desde fuera. Sin embargo, un simple error acababa provocando el caos: de repente asaltábamos una casa con alarma, lo que atraía a un montón de zombis y quizás teníamos que saltar desde la segunda planta, haciéndonos daño y sentenciando a muerte a nuestro personaje.
En otra de las partidas, ya perteneciente a los desafíos, comenzamos a jugar en una cabaña de caza en pleno bosque, un lugar al que rápidamente llegaron oleadas de zombis. Por fortuna, diseminadas por el lugar había cajas de suministros y armamento muy potente que nos permitirían acabar con los infectados a cambio de hacer ruido (atrayendo a más). Esta partida nos enseñó cómo funcionan los sistemas de combate y disparo en Project Zomboid, la frialdad que hay que tener para cargar minuciosamente cada arma (es un proceso lento si nuestro personaje no tiene pericia con ellas) y cómo incluso en una situación de acción tensa hay que tener en cuenta muchos factores debido a sus profundos sistemas.
Queda un largo apocalipsis por delante
Sabemos a ciencia cierta que después de haberle dedicado bastante tiempo, todavía hay muchas cosas de Project Zomboid que todavía no hemos llegado ni a intuir. El juego se va haciendo cada vez más y más profundo, sus sistemas van desvelando nuevas posibilidades y conocerlas es clave para establecer refugios que prosperen en el apocalipsis. Echando un vistazo rápido a las partidas y servidores de otras personas casi podemos sentir que sólo hemos rascado la superficie, que todavía nos queda por estudiar a fondo su propuesta y establecer ciclos de juego que nos permitan exprimirla a fondo. ¿Lo mejor? Que tenemos muchas ganas de ello.
Además, y por si fuera poco con la cantidad de contenido que ya hay de manera oficial, la comunidad de Project Zomboid no deja de publicar y actualizar mods que hacen del juego una cosa todavía más amplia y detallista. Antes de escribir estas líneas hemos visto uno que añade tallas a la ropa, por lo que si encuentras una prenda que le está apretada a tu personaje tendrás que seguir buscando si no quieres jugar con stats reducidos. Hay montones del estilo, aunque también otros que modifican la interfaz, añaden funcionalidades y opciones de accesibilidad… La desarrolladora apoya esta implicación con soporte oficial para los mods, consiguiendo que se sientan parte del juego base.
Conclusiones
Project Zomboid es un videojuego al que podemos mirar desde múltiples aristas: exprime el realismo, la supervivencia, la gestión, el crafteo, la cooperación, la tensión y la acción. Es un universo al que puede resultar muy difícil entrar, pero que te atrapa si alguna de sus múltiples facetas y sistemas consigue hacerte clic. Puede llegar a aburrir en partidas en solitario (tanto por su falta de historia como porque el multijugador es una de las mejores formas de disfrutarlo), y por supuesto expulsará a aquellas personas que no estén por la labor de jugar de manera paciente, pero quienes busquen una manera de ponerse a prueba tienen en este proyecto el mejor desafío apocalíptico que se pueda encontrar a día de hoy. Es un desarrollo a largo plazo, así que desde aquí queremos despejar las dudas que podáis tener para entrar en él: las situaciones que os hará vivir sin duda merecerán la pena.