La edición del año pasado de la BlizzCon, la convención oficial de Blizzard, fue probablemente uno de los eventos más importantes en toda la historia de la compañía. No en vano, en ella fuimos testigos del anuncio de una saga totalmente nueva y que nada tiene que ver con los trabajos anteriores de la compañía. Y considerando la enorme cantidad de horas de diversión y grandes momentos que nos han ofrecido con StarCraft, WarCraft y Diablo, esto no es un acontecimiento como para tomárselo a la ligera.
Así pues, Overwatch será el primer juego en 17 años que Blizzard lance dentro de un universo completamente nuevo, adentrándose en el terreno de los títulos de acción multijugador en primera persona tras haber triunfado en prácticamente todos los géneros que han tocado con sus anteriores creaciones.
Por ello, teníamos muchísimas ganas de echarle el guante para poderlo probar y jugar nuestras primeras partidas, y gracias a su presencia en la gamescom por fin hemos tenido esa oportunidad. Si bien este primer contacto con él ha sido muy breve (apenas una partida de dos rondas), nos ha servido para confirmar las buenas vibraciones que venía transmitiéndonos desde su anuncio y para dejarnos con ganas de más. De mucho más.
Si esta es la primera vez que leéis sobre él, decir que estamos ante un juego de acción primera persona multijugador por equipos en el que seis jugadores tendrán que hacer frente a otro grupo formado por otros seis usuarios. Como si de un MOBA se tratase, aquí tendremos una amplia gama de personajes entre los que escoger y cada uno de ellos disfrutará de una serie de habilidades muy específicas con las que se diferencian por completo del resto, ofreciéndonos estilos de juego muy diferentes.
Todos tienen una serie de poderes que los hacen únicos y tan pronto estaremos jugando con un personaje capaz de realizar pequeños teletransportes de forma más o menos consecutiva que con otro que coloca torretas, con una letal francotiradora que se mueve con total libertad por el escenario gracias a un gancho o con un gigantesco gorila que lucha cuerpo a cuerpo y puede utilizar escudos defensivos para proteger a sus aliados.
Como decimos, todos están genialmente diferenciados y además desprenden muchísimo carisma gracias a los geniales diseños de los que hacen gala, de su forma de moverse y de la actitud que tienen en combate (suelen hablar o decir algo cada dos por tres), lo que les dota de personalidad y facilita que conectemos con ellos. Además, son tan variados que fijo que encontraréis unos cuantos que se adapten a vuestros gustos y se conviertan en vuestros favoritos.
Cada uno tiene dos habilidades básicas (con su correspondiente tiempo de recarga en la mayoría de casos, aunque los hay que funcionan un poco distinto, como Tracer, que para realizar su teletransporte hacia delante depende de una serie de cargas que se van rellenando en cuestión de segundos), además de la posibilidad de desatar una técnica definitiva.
Esta última la tendremos que recargar luchando y según hemos podido comprobar, hay héroes que pueden rellenarla con muchísima facilidad y otros que necesitan trabajárselo más, algo que parece deberse a la búsqueda de un equilibrio, ya que existen ciertas técnicas que son totalmente devastadoras y que serían un abuso si las pudiéramos utilizar de forma constante, como la de Reaper, capaz de acabar él solo con todo el equipo contrario si estos están más o menos juntos.
A la hora de seleccionar a nuestro héroe también tenemos que tener muy en cuenta cuál es su rol en la batalla (ataque, defensa, apoyo y tanque), por lo que buscar un equipo bien equilibrado y que se compenetre adecuadamente será importantísimo para hacerse con la victoria, y la ausencia de algún rol dentro de un grupo suele suponer una desventaja importante.
La partida que jugamos estaba dividida en dos rondas y nuestro objetivo variaba según si éramos el equipo atacante o el defensor. Como los primeros, teníamos que conquistar una zona para que se pusiera en marcha un vehículo y este avanzara hacia la base del equipo contrario, teniendo que escoltarlo hasta su destino antes de que se acabe el tiempo de la ronda, mientras que los defensores tienen que hacer justo lo contrario, es decir, evitar por todos los medios que los atacantes lleven a buen puerto su misión.
Como todo buen juego de Blizzard, nos hemos encontrado con un título totalmente accesible y en cuestión de un minuto ya estábamos moviéndonos como pez en el agua y con sus mecánicas totalmente asimiladas. Además, sus controles son tremendamente intuitivos y usar nuestros poderes correctamente es algo que nos saldrá prácticamente casi sin que nos demos cuenta.
El uso de las armas tampoco es que sea muy complicado, por lo que apenas existe retroceso (y si existe, al menos con los dos personajes con los que hemos jugado no lo hemos notado), facilitando así enormemente el apuntado (tanto que en la gran mayoría de los casos no podremos hacer "zoom" para apuntar mejor).
También hay que destacar la velocidad a la que se sucede la acción, a la que podríamos definir casi como "vertiginosa", ya que todo suele ocurrir a gran velocidad y con muchísima intensidad, aunque tranquilos, aquí los personajes aguantan lo suficientemente bien los daños como para que casi siempre tengáis tiempo para reaccionar en el caso de que os pillen desprevenidos, aunque claro, ciertos ataques y técnicas difícilmente os dejarán opción a ello...
Ya que hablamos sobre el aguante, nos ha llamado la atención y para bien que no se haya apostado por un sistema de regeneración de vida automática, obligándonos a buscar las curas que hay repartidas por el escenario y a tener a un personaje de apoyo cerca que se encargue de mantenernos vivos (aunque también existen ciertas peculiaridades, ya que, por ejemplo, Bastion es un robot capaz de repararse a sí mismo para curarse). Algunos podrán darnos hasta armadura, algo que los tanques suelen tener por defecto y que los hace tan resistentes como duros.
La partida que jugamos fue divertidísima y nos lo pasamos genial colaborando con nuestros compañeros para cumplir nuestros objetivos mientras luchábamos prácticamente sin descanso contra el equipo rival. Además, no os podéis hacer a la idea de lo tremendamente gratificante y espectacular que resulta la experiencia de juego cuando todos sus elementos encajan y hacen "click" gracias a una buena compenetración con tus aliados, con momentos en los que no nos hizo falta ni hablar con nuestros compañeros para desarrollar buenas estrategias de equipo y arrasar con todo.
A nivel gráfico también nos ha gustado bastante, gracias a un apartado artístico sensacional y que por momentos nos ha hecho creer estar ante una película de animación actual. De hecho, para tratarse de un juego de acción en primera persona, las animaciones de los personajes están cuidadísimas y muy mimadas, y los escenarios están repletos de pequeños detalles que los hacen totalmente únicos y muy agradables a la vista. Y eso sin contar lo bien que se mueve todo y la velocidad a la que se desarrollan los acontecimientos.
Blizzard parece que lo va a volver a hacer con Overwatch y si todo sigue su curso, no dudamos de que se convertirá en otro de sus grandes y numerosos éxitos. Estamos deseando que se anuncie la fecha de su beta para tener mucho más tiempo para profundizar en todo lo que ofrece, sus distintos modos de juego, personajes, mapas, etcétera, y ver hasta dónde es capaz de llegar. Mientras tanto, id preparando vuestros PC, porque el mundo pronto necesitará héroes y vais a querer ser uno de ellos.