Los títulos de gestión se han convertido en un clásico del mundo de los videojuegos, permitiéndonos convertirnos en el CEO de una empresa, en el rector de una universidad o en el patrón de la mafia, construyendo, haciendo crecer y amasando dinero con nuestro imperio de cualquier sector.
Para este año Abylight Barcelona, un estudio español (como podéis sobreentender por su nombre) que ha participado en diversos videojuegos y expansiones, se encargará de ponernos en la piel de un oficial militar que deberá de reconstruir su propio cuartel y gestionar su ejército en mitad de un conflicto armado ficticio en un título que desenfadado y divertido que, tras probarlo durante unas horas, podemos asegurar que va a enganchar a los amantes del género aunque no va a suponer una revolución con lo que hemos visto anteriormente en otros títulos.
Construyendo tu propio cuartel desde cero
La base de One Military Camp es, como era de esperar, la construcción y gestión de nuestro propio cuartel, teniendo que estar pendientes de las necesidades que tienen tanto unas instalaciones de este tipo como el personal que trabaja en ellas y, por supuesto, los soldados.
Como podéis imaginar en el juego contamos con varios biomas que nos servirán como escenarios para crear nuestro cuartel.
De momento solo hemos visto dos (un monte y un desierto) y parece que van a ser más estéticos que con diferencias a nivel jugable, aunque en las versiones de prueba a las que hemos podido jugar aún no estaban activadas todas las mecánicas jugables.
Más allá de esto, a la hora de construir el cuartel debemos de crear barracones para que duerman nuestros soldados, casas para los empleados civiles, comedores, cantinas, diferentes academias para especializarlos... además de cerrar acuerdos comerciales para obtener recursos como petróleo o pólvora, así como encargarnos de construir caminos para poder acceder a edificios o que estén conectados a la red eléctrica.
En este sentido, y en el resto de los aspectos jugables salvo un par de detalles, se tratan de mecánicas de construcción divertidas, sencillas y desenfadadas que no son demasiado profundas (no esperéis encontrar un gran simulador aquí), de hecho la complejidad de One Military Camp es más por volumen de unidades o edificios que construir que por la profundidad de su gestión o mecánicas.
Otro detalle que nos gustaría ver en versiones posteriores del juego es una colocación más clara de los edificios por su tipo, ya que la estructura actual nos parece un tanto desordenada y hace que no sea muy intuitivo buscar ciertos edificios.
Reclutas muy personalizados
Toda la falta de profundidad en las mecánicas básicas de gestión parece que se ha compensado, en apariencia, con los reclutas que llegan a nuestro cuartel o campamento de instrucción. Cuando cada uno de estos entra por la puerta, podemos ver sus características (puntería, inteligencia...) así como sus habilidades (cocinillas, friki...) o su biorritmo.
En función de esas características debemos de asignar a ese recluta un empleo, quizás nos interese contratarlo como civil para que se encargue de las tareas de mantenimiento del cuartel o para que se encargue de preparar la comida, mientras que si vemos que tiene una puntería alta o una habilidad de experto en cohetes nuestra decisión puede pasar por contratarlo como infante o artillero. Además, los biorritmos también influyen y, si por ejemplo, nos encontramos con un personaje que es más activo de noche podemos asignarlo al turno nocturno para que el cuartel siempre esté en funcionamiento.
Esta profundidad aparente choca con algunos detalles que no están del todo bien cuidados en un juego de gestión de campamento militar. No son detalles graves a nivel de jugabilidad pero sí de ambientación o inmersión en el juego, ya que aun teniendo claro que es de corte desenfadado se nos hace extraño que un sargento no pare de dar órdenes al oficial que se encarga de dirigir el acuartelamiento, que de la defensa de las instalaciones se encargue personal civil entre otros ejemplos.
Además de esto, vemos como una oportunidad perdida la parte del mapa estratégico desde el cual podremos cerrar acuerdos comerciales o realizar diferentes misiones, ataques o defensas que se harán de forma automática. Se trata de un toque extra para el juego que nos gustaría que en el futuro tuviera algo más de complejidad y posibilidades para que One Military Camp pueda tener la oportunidad de dejar algo más de poso en el género.
A sus órdenes
No podemos negar que nos lo hemos pasado bien probando One Military Camp, un juego que, por su estilo, tiene garantizado ser un "robavidas" y darnos un buen puñado de horas de diversión mientras gestionamos todos los pormenores de un cuartel e intentamos ganar una guerra en el mapa táctico.
Eso sí, por lo que hemos visto en esta prueba no esperéis un título demasiado profundo (su complejidad es más por acumulación de ideas que por profundidad en las mismas) ni que vaya a ser revolucionario para el género, además de que hubiéramos agradecido que se pusiera algo más de mimo en la propia ambientación militar de la que bebe, que nos saca un poco del rol de convertirnos en un oficial militar que debe encargarse del resurgir de un ejército.
Hemos probado One Military Camp gracias a un código para PC proporcionado por Abylight.