Nota: Actualmente hay una restricción en curso que afecta a los participantes de la Beta, impidiendo hablar de su experiencia en estas primeras fases de prueba de FINAL FANTASY XIV: A Realm Reborn. Sin embargo, Square Enix nos ha dado permiso expreso para publicar este artículo con el fin de informar sobre nuestras impresiones iniciales del juego y el proceso de desarrollo hasta la fecha.
Cuando Final Fantasy dio el salto a los juegos online con Final Fantasy XI, y a pesar de las críticas de muchos aficionados que querían una entrega clásica de las de toda la vida, podemos decir que lo hizo por la puerta grande, con un auténtico juegazo que todavía a día de hoy consigue mantenerse en activo y con un sistema de suscripciones.
Por eso, cuando se anunció que Final Fantasy XIV seguiría los pasos de la undécima entrega numerada de la serie, no fuimos pocos los que depositamos nuestras esperanzas en su desarrollo y soñamos con un MMORPG que volviera a transmitirnos las mismas sensaciones que tuvimos jugando a Final Fantasy XI en su momento.
Sin embargo, el resultado es bien conocido por todos: un completo desastre reconocido por la propia Square Enix. Si nos pusiéramos a enumerar todos sus defectos podríamos llenar varias páginas de este artículo solo con ello, por lo que os lo resumiremos diciendo que lo único bueno que tenía lo encontrábamos en un apartado gráfico muy potente y resultón (aunque con una terrible optimización), en un genial diseño artístico, en una banda sonora buenísima y en una historia muy interesante y bien narrada.
Square Enix intentó salvar el juego durante meses, con cambios en el equipo de desarrollo, ofreciendo meses gratis, etcétera. Pero por mucho que lo intentaban, la base del título era tan mala que no se podía hacer nada decente sobre ella, lo que llevó a la compañía a tomar una medida mucho más radical: realizar una segunda versión con un nuevo motor gráfico y desarrollada prácticamente desde cero.
Y así es como llegamos a Final Fantasy XIV: A Realm Reborn, que por lo que hemos podido ver en su beta, podemos decir que estamos prácticamente ante un juego totalmente nuevo. Poco queda ya de la versión original, más allá de la ambientación y algunas de sus ideas (aunque bien ejecutadas). Según Naoki Yoshida, uno de los máximos responsables de esta entrega, otro "error" así destruiría Square Enix, por lo que la compañía lo está dando todo para que el proyecto salga adelante y consiga convencer de una vez por todas al gran público.
Si lo conseguirán o no es algo que todavía está por ver, ya que el contenido actual de esta beta es muy escaso y apenas hemos podido explorar Gridania (una de las grandes ciudades del título) y sus alrededores, aunque nos ha servido para poder comprobar el camino que se está siguiendo.
Para empezar, lo primero que llama la atención es la eliminación de la terrible e incomprensible interfaz de la que hacía gala el título original. Ahora es mucho más intuitiva, está mejor ordenada y no nos obligará a realizar múltiples clicks cada vez que queramos hacer algo. Su diseño sigue en gran medida las pautas marcadas por los MMORPGs más actuales, por lo que no tendréis mayores problemas para adaptaros a ella y a su funcionamiento, algo que ya de por sí supone una enorme diferencia frente a la experiencia de juego que ofrecía la primera versión de esta entrega.
Su sistema de combate también ha sido completamente rediseñado, de forma que ahora resulta mucho más dinámico y ágil, obligándonos a estar constantemente realizando habilidades. Ahora la barra de TP siempre estará llena por defecto y se rellenará automáticamente, por lo que las clases físicas podrán ejecutar todo tipo de técnicas casi sin parar, agilizando mucho más el ritmo de las batallas y el intercambio de golpes. En líneas generales nos ha recordado bastante a lo visto en juegos como World of Warcraft, aunque todavía nos queda mucho por jugar para poder conocer todo su potencial.
En cuanto a su desarrollo, A Realm Reborn apuesta por un sistema de misiones tradicional, cuya variedad de objetivos no está muy allá, por lo que casi todas ellas se basan en matar un determinado número de enemigos, hablar con ciertos personajes y recolectar objetos, por lo que un principio no parece que vaya a haber demasiada variedad ni originalidad en este sentido.
Por su parte, las levequests se mantienen, aunque ahora están mejor integradas y hay menos limitaciones para realizarlas. Existen de tres tipos distintos: de batalla, artesanías y recolección. Se tratan de sencillas misiones que nos obligarán a ir a un sitio determinado para activarlas. Una vez hecho esto, podremos aumentar o reducir su dificultad y tendremos un tiempo límite para completarlas (en el caso de las de combate). Los enemigos que aparezcan cuando las iniciemos solo podrán ser golpeados por nosotros, por lo que no tendréis que preocuparos del resto de jugadores.
Otra forma de conseguir experiencia será por medio de los FATEs (Full Active Time Event), que vienen a ser el equivalente de los Rifts de Rift y de los eventos dinámicos de Guild Wars 2. Es decir, en cualquier momento puede producirse un evento público en los que podrán participar todos los jugadores que se encuentren en la zona. La mayoría de los que hemos visto consisten en acabar con diversas oleadas de enemigos, son fáciles de hacer (siempre y cuando haya una buena cantidad de jugadores cerca) y nos acaban recompensando con una buena cantidad de experiencia.
En cuanto al desarrollo de nuestros personajes, se mantiene el sistema de trabajos de la saga, por lo que podremos subirnos todas las clases con uno solo, ya que se nos permitirá desbloquear clases nuevas a medida que avanzamos y cambiar de una a otra siempre que queramos, lo cual nos servirá para subirlas y adquirir nuevas habilidades. Todos los trabajos han sufrido un profundo rediseño para adaptarlos al nuevo sistema de combate, lo que hace que ahora sean mucho más divertidos de jugar que antes, ya que las nuevas habilidades resultan mucho más útiles.
Gráficamente todavía es pronto para juzgarlo, aunque el trabajo que se ha realizado con la iluminación es digno de mención y consigue realzar estupendamente la ambientación. Gridania es una zona llena de bosques, por lo que ver cosas como el sol filtrándose entre las ramas y las hojas de los árboles resulta toda una experiencia. Los personajes lucen estupendamente y sus animaciones han sido ampliamente mejoradas (destacar que por fin se puede saltar), resultando mucho más fluidas y naturales que antes. Además, el diseño de los escenarios es ahora mucho más variado, por lo que se acabó esa sensación de déjà vu que transmitía el original al reutilizar los mismos elementos una y otra vez. En la parte negativa comentar que hay ciertas texturas y efectos que todavía necesitan mejorarse.
Tal y como era de esperar, la banda sonora también es completamente nueva, aunque mantiene el gran nivel habitual de la saga, con composiciones muy pegadizas y que ambientan a la perfección todo lo que vemos en pantalla, adaptándose sin problemas a las diversas situaciones que viviremos.
Todavía nos quedan muchas cosas por ver y descubrir sobre el esperado renacimiento de este mundo online, algo en lo que esperamos poder profundizar cuando comience la tercera fase de su beta cerrada, pero de momento, nuestras primeras impresiones son positivas. Se nota que Square Enix ha estudiado a los MMORPGs de más éxito del mercado actual para coger lo mejor de cada uno de ellos y añadirlo a su propia fórmula. Quizás esto haga que pierda algo de personalidad, pero la mejora respecto a su versión original es más que notable, lo que nos lleva a pensar que Final Fantasy XIV por fin ha encontrado su camino.
