En el E3 de 2005 Activision e Id Software anunciaron que estaban desarrollando un juego de acción multijugador ambientado en el mundo de Quake. Dos años y medio después, Enemy Territory: Quake Wars está a punto de llegar a las tiendas y no parece que vaya a pasar desapercibido. Hemos podido probarlo en su versión de PC, aunque también sale para Xbox 360 y PlayStation 3.
Ambientado históricamente antes de Quake 2, Enemy Territory presenta dos facciones enfrentadas: las tropas de la Fuerza de Defensa Global (FDG) y las fuerzas invasoras de los Strogg. El juego es un clásico multijugador de acción en primera persona basado en objetivos y por equipos. Sin más preámbulos, fijamos un mapa, creamos (o nos unimos a) una partida (en red local, online o contra bots), y ya estamos eligiendo clase de personaje y entrando al campo de batalla.
La acción en Enemy Territory es bastante directa, pero no por ello el juego se limita a campear y disparar a todo lo que se mueva. Para empezar, hay que resaltar la importancia de las clases de personaje que elegimos al comenzar la partida. Cada bando tiene sus propias clases, que van desde soldado de infantería hasta médico, pasando por ingeniero o artillero. Las diferencias entre categorías son obvias; el armamento que puede portar cada una varía considerablemente y los objetivos y habilidades no tienen nada en común. Así, mientras un soldado se debe limitar a la destrucción de enemigos, un ingeniero puede ser requerido para construir un puente y un médico para sanar a algún compañero herido o para intentar recuperar a los caídos. De esta manera, es casi imprescindible que en un equipo de Enemy Territory exista una cierta heterogeneidad de personajes para poder optar a la victoria. Estas diferentes habilidades de los personajes permiten que el juego ofrezca a lo largo de la partida diferentes misiones a los jugadores, siempre coherentes con la acción y con las zonas del mapa controladas por cada bando.
Igualmente importante es el papel que juegan los vehículos. Muy variados y numerosos, los transportes son necesarios para recorrer las largas distancias que puede haber entre distintos puntos del mapa. Cada facción cuenta con sus propios vehículos, desde los típicos jeep de desierto (humanos) hasta unos robots gigantes (Strogg), pasando por motos muy veloces o por una especie de propulsores muy interesantes. Cada uno de ellos tiene una velocidad, armamento y facilidad de conducción muy diferentes. Controlar el jeep no es demasiado difícil, pero tampoco es tan sencillo como la moto, y sin duda es mucho más manejable que el engorroso tanque o el cíclope (robot gigante de los Strogg), armatostes pesados y lentos, blancos fáciles pero resistentes y letales en ataque.
No obstante lo más elemental en un juego de este tipo sigue siendo la acción pura y dura. La primera impresión que te llevas tras jugar un par de partidas a Enemy Territory es que se trata de un juego muy dinámico. El elevado número de jugadores permite una acción continuada y trepidante. El control es tan clásico como efectivo, utiliza la combinación habitual de ratón y teclado, ofreciendo una excelente precisión a la hora de apuntar y moverse. No resulta especialmente complicado acertar en el tiro, pero sí lo es hacerlo desde una posición segura. Si queremos sobrevivir más de dos minutos más nos vale encontrar un lugar donde resguardarnos del fuego enemigo. Es sencillo salir a campo abierto y liarse a tiros, pero la probabilidad de permanecer con vida más de quince segundos es cercana a cero. El sistema de vida está realizado de tal manera que con dos o tres impactos ya eres hombre muerto, de forma que no podemos permitirnos estar en el punto de mira de alguien durante mucho tiempo.
Toda esta combinación de habilidades, misiones, vehículos y acción hacen que la experiencia de juego de Enemy Territory sea bastante positiva. Podemos encontrarnos situaciones de juego realmente variadas y, sobre todo, divertidas.
Otro aspecto importante son los escenarios. Aunque no son demasiado numerosos para un juego de estas características, su diseño es excelente y ayudan a mejorar la experiencia de juego. Merece mención especial un escenario con un portal dimensional que conecta un mundo con aspecto veraniego con otro completamente helado, de forma que el combate se va desarrollando en ambos a la vez; resulta bastante original. El tamaño de los mapas es grande (algo normal considerando el alto número de unidades) y la situación de edificios, objetos y zonas de cobertura es bastante correcta.
El apartado técnico no pudimos valorarlo en las mejores condiciones posibles, ya que no contamos con un compatible de primer nivel. Se encontraba configurado para disfrutar del mayor número posible de imágenes por segundo, cosa que lograba con satisfacción, pero a cambio de sacrificar la calidad de las texturas y la iluminación. Así, vimos Enemy Territory moviéndose a una velocidad excelente y sin tirones, pero con un aspecto visual algo pobre en general. Será cuestión de tener la versión final y probar más tranquilamente las distintas configuraciones, y también habrá que ver como quedan las versiones de consola. Pronto, muy pronto, el 28 de septiembre.
