Los desarrollos españoles están en buena forma pero es fácil perder la pista de algunos de estos juegos. Uno de los juegos más peculiares de la industria nacional es Endling – Extinction is Forever del equipo barcelonés Herobeat Studios, que habíamos visto en algún evento como el Indie World de Nintendo Switch a finales de 2021, y que ha confirmado lanzamiento en PC, Switch, PS4 y Xbox One para el 19 de julio. En Vandal hemos podido jugar a esta aventura llena de ecologismo que busca despertar la conciencia de los jugadores.
La última de su especie
Endling es un oasis dentro de un mercado inundado de acción, tiros y combates sangrientos. No es que no nos gusten esas superproducciones más ruidosas y espectaculares, siempre hay sitio para todo, pero de vez en cuando el cuerpo pide algo diferente, que por lo habitual solo nos lo dan los proyectos indie. Y eso es lo que hace este título, que si bien no es el primer "simulador de vida salvaje", sigue siendo una experiencia refrescante y con mensaje positivo.
Su historia nos narra la vida de una madre zorro –la última de su especie, nada menos- que ha traído cachorros a un mundo al borde de la destrucción donde los humanos vuelven a demostrar que son la especie más dañina para el ecosistema. Aunque los gráficos de Endling -con un marcado cel shading y geometría sencilla- hacen pensar que estamos ante algún tipo de plataformas cartoon e infantil, en realidad nada más lejos de la realidad. Es un mundo hostil con los animales, contaminado, que explota los recursos naturales del planeta sin ningún tipo de equilibrio. Sencillamente, las peores condiciones posibles para la comodidad una camada de zorritos.
No es tampoco un plataformas clásico, sino una aventura de supervivencia con desplazamiento 2D en un mundo 3D. Esto es fácil de entender una vez damos un vistazo a su mapa: la mayoría del tiempo es un desplazamiento lateral, pero en diversos momentos hay desvíos que nos permiten explorar la zona en otro sentido, lo que da una mayor profundidad a la exploración sin convertirlo en un juego completamente abierto. Estos nodos forman una red por la cual nos movemos libremente, siempre y cuando no exista algún tipo de bloqueo o enemigo.
Nuestra tarea es, nada más y nada menos, que mantener a nuestra descendencia y sobrevivir en estas duras condiciones. Una de las primeras tareas será alimentar a estos cachorros y eso supondrá salir de caza por la noche, localizar pequeños animales y volver a la guardia con la recompensa. Hay algunas acciones básicas que podríamos esperar de un zorro, como pequeños saltos, escalar ciertas superficies, excavar debajo de zanjas u otros obstáculos, y ocultarnos en matorrales para evitar algún peligro o sorprender a una presa desprevenida. Otra de las habilidades que posee nuestra protagonista es el fino olfato. A veces para guiarse por el mapa necesitaremos echar mano de un rastro de olor, similar al que hemos visto en multitud de ocasiones: una visión especial que nos da idea del camino que ha dejado una pista o animal.
No queremos desvelar algunos de los eventos del juego, pero el equipo habla de problemas medioambientales reales y la toma de decisiones morales duras. La supervivencia en ocasiones exige algún tipo de sacrificio, pero por suerte los pequeños también irán mejorando sus habilidades para que no sean tan vulnerables en los bosques o frente a gente con malas intenciones. Eso sí, prepárate para ser responsable de las crías, porque la falta de alimento se traduce en la muerte de los pequeños y si les coges cariño puede ser un golpe emocional; el juego avanza, porque la vida es dura. En cambio, si la madre sufre algún tipo de problema grave, muere ella y sus crías; fin de la partida, pero puedes volver al último punto de guardado.
Los enfrentamientos con humanos no inician un combate o escena similar, pues siempre estamos en una posición de indefensión. Lo mejor es dar media vuelta y escapar, aunque el grado de agresividad varía y en ocasiones estas amenazas no pasan de un personaje bloqueando el camino. Pero si insistes, el animal puede recibir algún tipo de daño que lesione su pata –nos impide correr durante algún tiempo- o esa muerte. El bucle jugable es claro: aprovecha las oportunidades para cazar o rapiñar en la basura, investiga las áreas del mapa a medida que se van abriendo y mantén siempre un ojo en tus cachorros.
Es interesante que el equipo haya querido dar una pequeña trama o motivación para guiarnos en este mundo, sobre todo con un acontecimiento que pasa muy pronto en la historia. Endling no es un juego de gestión puro, aunque debamos buscar recursos muy a menudo, y tampoco hay puzles complejos: no esperes que este animal haga algo fuera de lo lógico para su especie, salvo quizás empujar alguna caja que contenga alimento. Así que esos retazos de historia, contados por ejemplo con la imaginación o los sentidos del animal, son un motor suficiente para querer avanzar en la aventura.
Una advertencia sobre el futuro que nuestro planeta
Hay muchos lanzamientos con ambientación postapocalíptica o con el mundo en un punto muy delicado, pero pocos lo han mostrado con una perspectiva tan cruda como Endling – Extinction is Forever. Detrás de unos gráficos bonitos con una ciénaga llena de desperdicios te cuenta una realidad que está ocurriendo en nuestros bosques y mares. Pero por supuesto, hablamos de un videojuego que debe entretener, y lo que hemos visto es una historia con exploración y supervivencia, donde nuestras acciones tienen consecuencias. Si das el perfil de jugador al que le gusta reflexionar con este tipo de mensajes, no pierdas la vista a este título que se pone a la venta en un mes.
Hemos escrito estas impresiones con un código de PC que nos ha proporcionado Koch Media.