Digimon Story: Time Stranger nos dejó buen sabor de boca cuando lo probamos media hora en el Summer Game Fest. Aquella demo nos hizo ver un JRPG con más presupuesto que los anteriores Digimon Story, un juego de rol con elementos de Persona y Pokémon, una representación cargada de nostalgia del mundo de los monstruos digitales, y unos sistemas de combate y de crianza de criaturas estimulantes y divertidos.
Hace unos días lo jugamos de nuevo, pero esta vez durante mucho más tiempo. Tres horas de partida en dos secciones separadas: el principio del juego, que arranca en un sugerente mundo humano, y una sección más avanzada en la Ilíada, el Mundo Digital, en un colorido archipiélago con criaturas con las que charlar y enemigos a los que combatir. Tras ver los mimbres de la historia, batallar contra numerosos Digimon (incluidos varios jefes) y trastear con la dinámica de Digievolución y DesDigievolución, en las siguientes líneas os contamos por qué todos los aficionados a Digimon y a los JRPG deben esperar el 3 de octubre como agua de mayo.
¿Digimon o ciencia ficción?
Lo que más nos ha pillado por sorpresa es lo enrevesada que aparentemente será la historia. La premisa parece sencilla. Encarnamos a un agente de ADAMAS, una organización secreta que investiga fenómenos paranormales en Shinjuku, Japón.
En una de nuestras indagaciones comprobamos que los Digimon están involucrados en ellos y nos vemos arrastrados al Mundo Digital. Así que toca salvar los mundos: el de los humanos y el de los monstruos digitales.
Pero no es tan sencillo. La trama se parece más a la de un anime de ciencia ficción que a lo que uno podría esperar de esta saga. La desarrolladora Media Vision pone sobre la mesa un montón de misterios. Hay viajes temporales, una guerra en el mundo Digimon, protestas sociales y desconfianza gubernamental en el mundo de los humanos, extraños espíritus, científicos sospechosos y un montón de personas y monstruos digitales por conocer.
Enredando aún más la cosa, se nos presentan unos enigmáticos personajes ataviados con un estilo victorianoy un lugar, el Teatro de la Intersección, que genera aún más interrogantes que nos morimos de ganas por resolver. También ha despertado nuestra curiosidad, sobre todo por ver cuánto importa, que en algunos momentos las opciones de diálogo pues en algunos momentos parecen influir en cómo se desarrolla una situación. Como punto negativo, tememos que será uno de esos JRPG que se enreda demasiado en las conversaciones, explicando lo evidente y entorpeciendo el ritmo.
Combates elementalmente buenos
En esta demo jugamos dos mazmorras, la primera que nos encontramos en la aventura y otra más avanzada. No tienen un diseño alucinante, pero tampoco son un pasillo: tienen obstáculos que sortear, caminos que descubrir y rutas opcionales que nos llevan a recursos útiles y a combates contra Digimon que quizá no estén por la vía principal (algo importante, como explicaremos al hablar de la crianza).
Tanto en una como en otra había mogollón de combates. No son aleatorios, sino que vemos a los Digimon pulular por el escenario, lo que permite que les ataquemos antes de que nos detecten para comenzar la batalla por turnos con ventaja; hay que estar atentos porque los enemigos pueden hacernos lo mismo. Además, si nuestros monstruos son mucho más poderosos que el rival, lo derrotarán sin ni siquiera entrar en el combate, como en Metaphor: ReFantazio. Al igual que agradecemos eso, no nos convence tanto que la salud y la energía de nuestros Digimon se restaure paulatinamente tras pasar un rato sin batallar, pues resta importancia a la gestión de recursos.
La única pega que le podemos poner al combate es la posible ausencia de dificultad; hay que tener en cuenta que jugamos el principio del juego y una mazmorra avanzada en la que teníamos una variedad de monstruos bastante DigiEvolucionados, así que quizá no sea representativa de una partida real. Con todo, los enfrentamientos son tan divertidos y tienen tanta chicha que no nos importaba que hubiera tantos, a lo que sin duda ayuda que la velocidad de los combates se pueda hasta quintuplicar.
Estos combates por turnos podrían definirse como una mezcla entre Pokémon y Shin Megami Tensei, pues se basan en fortalezas y debilidades de distinto tipo. Por un lado, hay siete atributos, como Vacuna, Virus o Datos: Vacuna tiene ventaja contra Virus, este contra Datos, y estos últimos contra Vacuna. Después están los elementos: fuego, agua, electricidad y ocho más. Dependiendo de la combinación de atributos y elementos, un ataque puede hacer desde la mitad de daño hasta el triple.
Con todas esas piezas se arman unos combates por turnos estimulantes en los que tratamos de buscar las debilidades de los rivales y proteger las nuestras. En el campo de batalla desplegamos un máximo de tres Digimon propios y puede haber otro más de apoyo (en la segunda parte de la demo nos acompañaba Aegiomon), y otros tres en la reserva, entre los que podemos cambiar sin perder el turno, al igual que usar objetos consumibles sin que nuestra criatura pierda la posibilidad de atacar, defenderse, potenciar a los aliados o debilitar a los rivales.
Además, el agente protagonista también participa en las batallas con las artes cruzadas. Al curar y al atacar, especialmente si se golpea a las debilidades de los enemigos, se llena una barra que se conserva de un enfrentamiento a otro. Al utilizar esa energía podemos potenciar a nuestro equipo, protegerlo e incluso revivir a algún Digimon. Por si fuera poco, están los Golpes extra: al usar ciertos movimientos aparecen QTE que, si acertamos, curan a los aliados o infligen estados anómalos al rival. Todas estas mecánicas, junto a las vistosas animaciones y la posibilidad de acelerar los combates, logran que los enfrentamientos sean dinámicos y placenteros.
La crianza de Digimon promete ser una obsesión
De igual manera que apetece entrar en combate continuamente, el sistema de crianza tiene los elementos para ser un pozo de horas. Los Digimon no se capturan, sino que para conseguir a las más de 450 criaturas tendremos que combatir. Cada vez que vencemos a un Digimon conseguimos datos para crearlos. Para conseguir a algunos basta con derrotarlos tres o cuatro veces, y otros requieren muchas más. Si bien es suficiente tener el 100 % de los datos para invocar al monstruo digital en cuestión, si lo derrotamos más veces para subir dicho indicador al 200 %, la criatura resultante tendrá mejores estadísticas e incluso poderes únicos.
Cada Digimon tiene habilidades especiales aprendidas (estas, por cierto, tienen las mismas animaciones que en el anime), habilidades accesorias (objetos que encontramos o con las que nos recompensan los enemigos; así podremos equipar ataques eléctricos a Agumon, por ejemplo) y equipamiento (como un objeto que otorga más puntos de salud). A ello hay que sumar las personalidades de los Digimon, que se pueden cambiar charlando con ellos, y que tienen efectos como reducir los puntos de habilidad que gastan los ataques físicos.
Sin embargo, para Digievolucionarlos no basta con subirlos de nivel, sino que requiere que el Digimon tenga ciertas estadísticas y el agente protagonista haya alcanzado cierto rango. También hay que tener en cuenta que la evolución no es lineal: una misma criatura puede mutar en diferentes monstruos. Por ello también se puede DesDigievolucionar, volver a una fase anterior, algunas de las cuáles tienen requerimientos altos, lo que da a entender que trastearemos con ciertos monstruos a lo largo de buena parte de la partida.
Ayudará mucho a completar la colección el que todos ganen experiencia tras los combates: tanto los que han participado como los de la reserva y los de la caja, que llevamos siempre con nosotros. A esto hay que sumar algo con lo que no hemos tenido tiempo de experimentar, pero tiene mimbres de ser un comedero de horas: la Digigranja. Funciona de manera similar a la Guardería en Pokémon, pero es un espacio esférico dividido en hexágonos que podemos personalizar con casillas de hierba, arena y otros terrenos que influyen en la crianza de los monstruos digitales.
Digimon vibrantes, mundo sin lustre
Aunque parezca baladí, la recreación de los Digimon, y la animación al crearlos y Digievolucionarlos, contribuye a que queramos hacernos con todos; se ven tal y como en el anime y en las películas. Quienes solo tengan en el recuerdo las primeras temporadas de la serie, descubrirán un montón de nuevos monstruos, sí, pero también sentirán la nostalgia de ver a criaturas cuyo nombre habían olvidado realizar ataques espectaculares de la manera que los recordaban.
Eso sí, no esperéis una superproducción a la altura de los grandes JRPG recientes. Si bien es un videojuego más ambicioso y cuidado que los anteriores Digimon Story, queda lejos de un Persona moderno. La comparación la hacemos porque claramente quiere replicar su estilo y espíritu, pero le falta lustre. Los escenarios podrían tener más detalle y ser menos estáticos: hay momentos propios de un juego de hace un par de generaciones.
Quizá lo que más choca sea el sonido, o mejor dicho, la ausencia del mismo. Queda raro que unos diálogos estén doblados (al inglés o al japonés) y otros no, y que el protagonista no tenga voz, pero más allá de eso, da la sensación de que faltan por implementar algunos efectos de sonido, algo comprensible al tratarse de una versión en desarrollo. Eso sí, la localización de los textos al español es genial: por ejemplo, Whamon, un Digimon ballena, decía "Balle" en lugar de "vale".
El JRPG de Digimon más esperado llega en menos de un mes
Una historia con un montón de misterios por desentrañar, combates tan espectaculares como profundos, un sistema de crianza con mimbres para tenernos atrapados durante cantidad de horas, un apartado visual que recrea con detalle a los monstruos digitales y sus ataques más icónicos, y la llegada, por fin, de un juego de esta subsaga en español, parecen suficientes ingredientes para que Digimon Story: Time Stranger convenza a los aficionados de la serie y de los juegos de rol japoneses cuando se estrene el próximo 3 de octubre en PC, PS5 y Xbox Series.
Hemos realizado estas impresiones tras jugar una versión en desarrollo para PC en las oficinas de Bandai Namco España.



























