Final Fantasy Tactics es, sin lugar a dudas, uno de los mejores juegos de rol y estrategia que jamás hemos tenido el placer de disfrutar. La obra de Yasumi Matsuno para la PlayStation original supo llevar la narrativa de la saga y del género a un nuevo nivel, sumergiéndonos en un mundo complejo, plagado de carismáticos personajes con sus propios intereses y con unos profundos conflictos políticos que se alejaban de las convenciones habituales de la época. Si a esto le sumamos una jugabilidad impecable y con un nivel de profundidad abrumador, nos queda un clásico inolvidable y todo un referente de los SRPG que todavía añoramos y al que acabamos volviendo de vez en cuando.
A pesar de que recibió dos nuevas entregas en GBA y Nintendo DS y ambas resultaron ser enormemente disfrutables, ninguna de ellas llegó a estar a la altura del original. Tras el lanzamiento en 2007 de una remasterización para PSP, la saga prácticamente desapareció.
Sí, en Square Enix se acordaron de su existencia para realizar conversiones a dispositivos móviles, pero ya han pasado demasiados años desde el último Final Fantasy Tactics completamente original.
Por ello, cuando la compañía anunció War of the Visions: Final Fantasy Brave Exvius para dispositivos móviles, no pudimos reprimir cierta emoción ante lo que los tráilers y capturas nos estaban enseñando: un nuevo SRPG heredero espiritual de esta serie de spin-offs. Gracias a Koch Media y Square Enix hemos podido participar en su beta cerrada y hacernos una mejor idea de qué es lo que nos vamos a encontrar cuando se produzca el inminente estreno de su versión comercial. ¿Nos ha convencido? Sí, pero con reservas.
Un "gacha" con un modelo de negocio y progresión abrumador
Para que no haya ningún tipo de dudas: War of the Visions: Final Fantasy Brave Exvius es, ante todo, un "gacha". Es decir, un juego gratuito en el que tenemos que acumular un tipo de moneda virtual para hacer tiradas y así recibir personajes aleatorios mientras cruzamos los dedos para que nos toquen los más raros y poderosos. Por supuesto, esta divisa la conseguiremos jugando, aunque también existe la posibilidad de pagar unas cuantiosas sumas de dinero real para comprar más monedas y así poder hacer más tiradas.
Un detalle que nos ha llamado mucho la atención es que sus desarrolladores han apostado por copiar montones de sistemas de los "gachas" más famosos del mercado para así maximizar beneficios y asegurarse de que el jugador siga enganchado e invirtiendo su tiempo y dinero, dando como resultado un auténtico revoltijo que abruma y agobia a partes iguales, y que no siempre da los resultados deseados.
Esto es algo que se hace muy evidente en el sistema de progresión de nuestros personajes, especialmente agresivo y retorcida e innecesariamente complejo. Por un lado tenemos lo típico: subirlos de nivel, mejorar sus niveles de clase y enseñarles nuevas técnicas, hechizos y pasivas con los puntos de habilidad que obtengan. Además, si reunimos los materiales necesarios podremos "despertarlos" para aumentar su límite de nivel y desbloquear nuevas subclases que nos permitan acceder a más habilidades.
El problema llega cuando nos damos cuenta de la enorme importancia que tienen los "dupes", es decir, las copias de los héroes que ya poseemos, pues son imprescindibles para aumentar cosas como nuestro nivel máximo, tanto de personaje como de clase y el número de ítems de equipo con los que nos podemos equipar. Considerando, además, que el nivel de clase determina a qué habilidades podemos acceder y a cuáles no, os haréis una idea de lo vital que resulta sacar duplicados de nuestros guerreros.
Lo peor es que no nos bastará con sacarlos repetidos una o dos veces, ya que cada copia nos dará unos fragmentos que tendremos que acumular para romper sus límites y cuantas más veces lo hagamos, mayores cantidades nos pedirán. Evidentemente, esto no es mucho problema con las unidades más comunes, pero con las de categoría UR (el máximo actual) puede ser un auténtico infierno si tenemos en cuenta el ínfimo porcentaje de probabilidades que tienen de aparecer.
Sabiendo esto, la desarrolladora ha incluido una tienda cuyos contenidos van cambiando periódicamente en la que podemos invertir giles (se consiguen jugando o vendiendo ciertos objetos) para comprar algunos fragmentos concretos, aunque los más raros casi nunca salen y las cantidades que podemos adquirir de esta manera son ridículamente bajas. De igual manera, también hay algunas ofertas "temporales" con las que comprar el equivalente a una o dos copias de un personaje UR a cambio de lo que nos costaría hacer una o dos tiradas de diez unidades. Pero no os penséis que esto acaba aquí, ya que si conseguimos hacer todos los despertares y rompelímites de un héroe, este nos dará una pieza de equipo exclusiva que no se puede conseguir de ninguna otra manera y que, por supuesto, suele ser extremadamente poderosa y útil.
Para rematar, tenemos las Visiones, unas cartas especiales con las que podemos equipar a nuestras unidades para que así adquieran habilidades y mejoras que les afecten tanto a ellos como a todo el grupo. Si habéis jugado a Fate/Grand Order, entenderéis esto más fácilmente si os decimos que las Visiones serían el equivalente a las Craft Essences. Y sí, pueden salirnos al realizar una tirada en vez de un personaje y también necesitaremos varias copias de ellas para aumentar su nivel y sus efectos.
Como veis, es un juego en el que vamos a necesitar ingentes cantidades de cristales para hacer multitud de tiradas y poder llevar a nuestros personajes al máximo de sus posibilidades incluso si tenemos la suerte de nuestro lado, algo que puede dar margen al equipo para crear eventos muy restrictivos y difíciles que nos incite pagar algo más para poder afrontarlos. Siendo una beta, esto es algo que no hemos podido comprobar todavía y queda por ver si en Square Enix son capaces de encontrar un buen equilibrio para facilitar el avance a los jugadores gratuitos, ya que por lo que hemos podido comprobar, al principio conseguir cristales es una tarea relativamente rápida y sencilla, pero tras unas horas se ralentiza bastante, obligándonos a ahorrar y a medir muy bien dónde los queremos invertir.
¿Puro Final Fantasy Tactics?
Todo esto nos choca un poco con lo que luego es la propuesta jugable del título, centrada en batallas muy estratégicas por turnos en las que debemos mover a nuestros personajes por unos escenarios divididos en casillas. El título hereda muchísimos de los sistemas vistos en Final Fantasy Tactics y en todo momento se siente como su sucesor espiritual, ya que la base jugable es excelente y nos obliga a estar pendientes a muchísimas cosas, como las armas y elementos a los que son débiles nuestros rivales, el tiempo de ejecución de una técnica o hechizo, el orden de los turnos (dependiendo de lo que hagamos adelantaremos o retrasaremos nuestra próxima acción) la posibilidad de hacer diversos tipos de combos entre nuestros guerreros para maximizar el daño, la importancia de la altura (un arquero situado en una posición elevada podrá llegar más lejos con sus disparos) y verticalidad de los escenarios e incluso de utilizar ciertos elementos interactivos del entorno en nuestro favor, como derribar un árbol para aplastar a quienes se encuentren debajo de él.
Los combates son una auténtica delicia, los mapas están muy bien diseñados y ofrecen la suficiente variedad de situaciones como para que siempre resulten en batallas muy amenas y entretenidas. Además, nuestras unidades pueden llegar a aprender tantas técnicas y habilidades que siempre dispondremos de numerosas herramientas para adaptarnos a los que suceda durante un enfrentamiento. De hecho, existen dos tipos de medidores de energía y cada uno de ellos tiene su propio funcionamiento (uno se va recargando a medida que pegamos y el otro actúa como el maná clásico), permitiéndonos acceder a movimientos muy diferentes.
Como decimos, nos gusta mucho la base jugable del título, ya que es muchísimo más profunda que lo que solemos ver en un juego para móviles y se nota que tiene bastante trabajo detrás. Lo que no nos termina de convencer es que su "pureza táctica" se ve desvirtuada por su modelo de negocio y no serán pocas las veces en las que sintamos en que en vez de una buena estrategia lo que necesitamos es darle ítems de experiencia a nuestras unidades para que suban de nivel y hacer tiradas para adquirir algún guerrero que sea efectivo en determinados tipos de situaciones.
Por otra parte, su historia nos está pareciendo muy interesante, sumergiéndonos de lleno en complejos entramados políticos con multitud de facciones y personajes cuyas intenciones no siempre están del todo claras, recuperando de este modo parte de la esencia de la obra en la que se inspira. Tras haber jugado sus dos primeros episodios tenemos muchas ganas de descubrir cómo continúa, lo que habla muy bien de lo que se ha conseguido en términos narrativos.
Evidentemente, hay muchas cosas para hacer más allá de la historia, como participar en eventos temporales, librar batallas multijugador, realizar misiones diarias y secundarias que nos permitan avanzar en las tramas individuales de nuestras unidades e incluso habrá raids, aunque estas últimas no las hemos podido probar, pues no están disponibles todavía.
A nivel audiovisual tampoco se queda atrás, con unos modelados de personajes muy conseguidos, un diseño artístico fantástico y unos efectos muy chulos, especialmente cuando entran en juego las invocaciones y ataques definitivos. La banda sonora también es una maravilla y el doblaje, tanto en japonés como en inglés, nos ha parecido muy profesional y convincente. Por suerte, todos los textos estarán traducidos al español.
Un juego muy prometedor
War of the Visions: Final Fantasy Brave Exvius es un juego muy prometedor y con una propuesta jugable que nos ha convencido y que demuestra tener un potencial enorme, pero que plantea muchas dudas por culpa de su sistema de negocio y progresión. Ahora mismo, la impresión que tenemos es que le hemos visto "el cartón" demasiado rápido, lo que nos hace temer por su desarrollo y los "trucos" que pueden usar contra nosotros para limitar nuestros avances y "animarnos" a pasar por caja de una manera nada descarada. No es que esto sea algo nuevo o fuera de lo habitual en el mercado de los títulos para móviles, pero sí que nos ha parecido un tanto más agresivo que otros "gachas" de éxito. Como decimos, al final todo dependerá del equilibrio que Square Enix consiga encontrar a lo largo de los próximos meses, pero si lo hacen bien y dan con la tecla, estamos convencidos de que podría llegar a ser una aplicación que no querremos desinstalar de nuestro móvil.
Hemos escrito estas impresiones tras probar una beta cerrada a la que nos dio acceso Square Enix.