Análisis de ZHEROS (Xbox One, PS4, PC)
Si existe un género (con permiso de las plataformas 3D) que apenas ha evolucionado algo en las últimas décadas (de hecho, para muchos ha ocurrido todo lo contrario) ese es el de los beat 'em up. Atrás quedan los viejos dominadores y referentes de esa clase de títulos como Double Dragon, Final Fight, Streets of Rage y tantos otros, juegos que a lo largo de los 80 y de los 90 nos hicieron pasar muchas horas pegados a la recreativa de turno o al mando.
Bien, pues precisamente a este género pertenece esta nueva propuesta que nos ofrece el desconocido equipo de RimLight Studios, que nos trae uno de los dos juegos descargables gratuitos para miembros Gold de Xbox Live y poseedores de Xbox One. Se trata de Zheros, un juego de peleas y combates constantes de ambientación futurista y no demasiada originalidad ni "punch", pero entretenido al fin y al cabo.
Peleas en el espacio
Como suele ocurrir en este tipo de propuestas de acción, la trama es secundaria y sirve solamente como apoyo a la acción. La humanidad se encuentra bajo la amenaza del Dr.
Vendetta, un tipo que pretende transformar a todos los seres vivos de la galaxia en sus súbditos, algo que un comando especial debe impedir.
Dicha fuerza de élite está formada en realidad por tan solo dos personajes, que son los protagonistas y héroes controlables que conforman esta aventura. Por un lado está Mike, el típico "puño de hierro" más bien lento de movimientos pero contundente a la hora de dar cera. Y este tipo tan poderoso está acompañado por la ágil Capitana Dorian, menos poderosa en cuanto a fuerza bruta se refiere pero más rápida y atlética.
Como ya estaréis imaginando, uno y otro pueden abatir a los rivales en perfecta sintonía merced al modo cooperativo que se ha implementado en esta producción. Y debido al exigente nivel de dificultad que posee esta producción, esta opción de juego se convierte en un gran aliciente y en una forma recomendable de solventar las secciones más complicadas. El problema más criticable que presenta esta modalidad cooperativa es que sólo puede ser degustada en la misma consola en modo local. Y este hecho puede resultar algo incomprensible y puede molestar a ciertos usuarios que estén acostumbrados a jugar online a este tipo de producciones.
En cuanto a su jugabilidad, estamos ante un beat 'em up que sigue el patrón clásico de los títulos de la era de los 8 y 16 bits… aunque le falta alma y carisma para poder competir contra los mejores representantes del género que a todos se nos vienen a la cabeza.
El ritmo al que transcurre el juego nos ha parecido algo lento. La consecución de los ataques nos ha parecido demasiado parsimoniosa y, también, muchos de los combos que es posible realizar terminan siendo algo mecanizados. Eso sí, la simplicidad que reina en todo el juego hace que repartir cera sin ton ni son sea entretenido, aunque como ya os hemos comentado, a partir de los seis primeros niveles (de los 18 que conforman el modo Campaña) la dificultad sube hasta niveles realmente elevados. Un detalle que seguramente encantará conocer a los usuarios más expertos.
Para dotar al título (o al menos intentarlo) de mayor empaque en su faceta jugable, a medida que superamos los niveles podemos ir obteniendo puntos de experiencia. Y dichos puntos nos permiten ir mejorando alguna de las tres áreas fundamentales de los protagonistas como su escudo, combos y arma.
En fin, que se trata de un título que no aporta nada novedoso a su género y que adolece de la grandeza y singularidad de los grandes del género pero que, por otra parte, puede acabar siendo entretenido si lo disfrutamos a dobles y pasamos por alto sus pequeños defectos. Podría haber sido un juego dotado de una mayor sofisticación y encanto si se hubiera trabajado más en ciertos aspectos del mismo, pero por lo menos divierte.
Golpes no especialmente vistosos
Su acabado técnico sigue más o menos lo expuesto en su área jugable, o lo que es lo mismo, que cumple sin más. Lo más destacado es la estética que ostenta esta producción, sobre todo la realización de los personajes y enemigos, bastante acertada y con personalidad. Las animaciones de los personajes no son tan notables, ya que nos han parecido algo robóticas y no demasiado variadas, aunque tampoco es que sean mediocres. Mejorables pero sin desmerecer.
Y en cuanto a la realización de los fondos, éstos se repiten más de la cuenta pero su modelado 3D está bastante conseguido y se muestran sólidos. En global se trata de una obra sencilla pero que cumple con su cometido.
La banda sonora, centrándonos ya en el apartado relacionado con el audio, es de corte futurista-electrónico y se adapta bien a la acción. El problema es que ésta resulta demasiado machacona y monótona en ocasiones y acaba haciéndose cansina en sesiones extensas de juego.
En cuanto a sus efectos, ninguno de los personajes emite voz alguna y no existen diálogos hablados entre los protagonistas, lo cual resta cierto empaque a esta faceta. Por fortuna los efectos sonoros están bien recreados, resultando variados y rotundos, aunque tampoco sorprenden en ningún aspecto.
Conclusiones
Sin ser el mejor beat'em up del mundo, este título de RimLight Studios se deja jugar, sobre todo a dobles. Resulta invariable y comparado con los grandes referentes del género de los 80 y 90 es una broma, pero para ser un juego gratuito (para usuarios Gold de Xbox Live) no está mal. Lo dicho, entretenido sin mayores pretensiones.
El juego ha sido analizado tras descargarlo gracias a una suscripción Xbox Live Gold.