Análisis de NBA Live 15 (Xbox One, PS4)
La historia de los videojuegos deportivos está plagada de malas decisiones, errores y e inesperados giros de los acontecimientos. Aquel que un día fue un dios indiscutible en el ámbito de los juegos de fútbol y baloncesto puede, en un momento determinado y fruto de las premisas anteriormente citadas, pasar a ser el eterno segundón durante una generación entera de consolas, costándole sangre, sudor y lágrimas volver a tener la posición privilegiada que antaño tuvo -como si de un descenso a una liga o división inferior se tratase-. Por norma general, las sagas deportivas -tanto de Konami, como de 2K Games o en este caso, de EA Sports-, tienen un público fiel y voraz, que se desvive por buscar año tras año su juego de deportes favorito para consola. Poco influyen las notas, los comentarios o las noticias: se vuelcan con una franquicia hasta las últimas consecuencias.
Pero no es un público idiota, y tampoco se deja llevar a las primeras de cambio. Desgraciadamente, en los últimos tiempos, NBA Live, la saga de videojuegos de baloncesto de EA Sports, no ha sabido cuidar a sus usuarios -que bien han migrado a al 2K de turno o han dejado aparcado el avanzar de manera anual-, ofreciendo entregas con muy baja calidad y con problemas graves en la jugabilidad. Tras alguna que otra cancelación por el camino y tras pasar el año pasado a la nueva generación de consolas -esto es, Xbox One y PS4- con una entrega muy mejorable, EA Sports reemprende el complicado camino por conquistar el podio y el trono de los videojuegos de baloncesto que otrora, llegó a poseer.
Un control accesible y una I.A un tanto pobre
NBA Live siempre ha buscado ofrecer un término medio entre diversión directa y simulación, priorizando sobre todo, la primera. Pero con la irrupción de nuevos competidores y estilos de control, quizás en su afán por dotar de profundidad al control, EA Sports acabó perdiendo el rumbo. Los partidos de NBA Live 14 -el ejemplo más reciente- eran excesivamente rápidos y poco claros, consiguiendo que hasta el más acérrimo seguidor acabase sobrepasado por la algarabía de botones, combinaciones y trucos que hacían falta para anotar y encestar.
En EA Sports, conocedores de la ruptura con pasadas entregas, han decidido proponer al jugador una suerte de tutorial -con uno de los emplazamientos publicitarios más intensivos que hemos visto en un videojuego- bastante extenso, en el cual aprenderemos las principales mecánicas ofensivas -del pase y el timing del tiro básico, a las filigranas y malabares y combinaciones más complejas- y defensivas, siendo estas, el punto negro del juego. Nuestros compañeros de equipo son algo más espabilados que los de la edición anterior, y procurarán ofrecerse con líneas de pase y tiro claras, o haciendo pantallas muy exactas para poder garantizar el éxito de la jugada, pero en defensa siguen dejando demasiados huecos, demostrando que siguen siendo torpes e inocentes, y obligándonos por consiguientes a realizar todo el trabajo sucio.
Es decir, NBA Live 15 consigue que podamos enlazar ataques y jugadas tácticas rápidas y muy precisas, dándole un sentido del espectáculo al juego sin parangón en terreno del rival, pero a la hora de defender nuestra canasta, sigue destilando ese caos inherente a las anteriores ediciones, en las que ver realizar a nuestros compañeros de equipo un buen tapón o un buen marcaje de zona, era algo bastante raro. Como consecuencia, tendremos partidos con un ritmo muy acelerado, en el que marcar una diferencia holgada de puntos al comienzo de los dos primeros cuartos nos garantizará en menor o mayor medida, un serio colchón a la hora de las posibles pifias que pueda llegar a cometer nuestra defensa.
Al poco tiempo, sabremos qué rutinas marca l.A y qué jugadores son aquellos que tienen más tendencia a realizar determinados tipos de jugadas -como os podéis imaginar en una liga como la NBA, hay jugadores franquicia y estrellas que son realmente capaces de desequilibrar un encuentro-. Debemos permanecer siempre al mando, siempre al control, algo que no nos importaría si la inteligencia artificial de NBA Live 15 fuese un reto, pero es que desgraciadamente, no lo es.
Si nos ceñimos al aspecto más básico y simple de la jugabilidad, la verdad es que sí, NBA Live 15 es un juego accesible y divertido, fácil de comprender y entender para todo aquel que desee echarse una partida -sobre todo a dobles, en la misma consola-, pese a no haber tenido contacto en tiempo con un juego deportivo de su corte. Pero, una vez nos inmiscuimos en su tejido más profundo, y comenzamos a querer un plus extra tras invertir horas en reforzar nuestra escuadra y nuestra manera de plantear los partidos, nos damos cuenta de que la anodina I.A no está a la altura.
Completo y bien presentado, aunque no del todo pulido
NBA Live 15 sigue la línea de otros juegos deportivos de EA Sports -sobre todo a nivel de menús, eventos, desafíos y modos online-, ofreciéndonos una oferta jugable muy completa. Los hay para todos los gustos: el modo Ultimate Team comienza a hacer acto de aparición al igual que en FIFA, Dinasty nos inmiscuye en el control total -al estilo mánager- de una franquicia y Rising Star hace las veces de modo carrera, invitándonos a tutelar un jugador desde sus inicios hasta lo más alto de la NBA. Tanto Dinasty, como Rising Star, nos garantizarán sendas horas de entretenimiento, si bien sigue pareciendo modos de juego alternativos muy poco pulidos, en los que a la mínima podemos predecir lo que sucederá.
También encontramos los clásicos Head to Head -modo en el que no hemos encontrado problemas de conexión ni usuarios indeseables que abandonen las partidas a las primeras de cambio-, verdadero núcleo jugable de todo el entramado de modos de NBA Live 15, y en el que pasaremos más horas. y Live Season, en el que podemos disputar encuentros concretos al instante, pero siguiendo el calendario oficial de la liga nacional de baloncesto norteamericana. En la edición de este año volvemos a tener la sensación de que estamos inmersos en una retransmisión deportiva -a cargo de ESPN-, con repeticiones, seguimientos pormenorizados de los jugadores, estadísticas o momentos estrellas, todo ello narrado -con los míticos comentaristas Mike Breen y Jeff Van Gundy- y presentado con bastante buen gusto. Este tipo de detalles -que abundan en los partidos que disputamos-, aportan un contexto enorme al título, que acaba entrando por los ojos.
NBA Live 15 es un juego a nivel técnico, correcto. EA Sports tomó nota de las voces críticas lanzadas a la edición anterior, en la que nos encontrábamos serios problemas de escala -algunos jugadores no correspondían en altura con respecto al escenario y sus compañeros de equipo o rivales- y físico, con recreaciones un tanto libres de las estrellas de turno. NBA Live 15 se desvive por ofrecer al usuario las habituales recreaciones de jugadores reales en un videojuego, con algunas milimétricas versiones virtuales de jugadores como Kevin Durant, Carmelo o LeBron James, que cuentan a su vez con animaciones únicas e intransferibles marca de la casa.
También se ha mostrado especial atención a la utilería deportiva, desde zapatillas a brazaletes, medias compresoras o cintas para el sudor. Dicho lo cual, cabe destacar que las físicas y las animaciones, pese a estar en clara desventaja con las vistas en 2K15, mantienen un cierto cuidado. Sí, hay transiciones malas entre posiciones, algún que otro error en el comportamiento y el movimiento del balón -algo que llega a ser molesto cuando pasamos horas jugando, e imperdonable en un juego de esta índole-, pero son pequeños puntos negros en comparación al enorme catálogo de desbarajustes de la versión anterior.
Sí, quizás la propuesta de EA Sports no sea tan increíble de ver y enseñar tanto como su competidor directo por parte de 2K Games, pero NBA Live 15 viene ofreciendo un cierto aspecto muy acorde con lo que el jugador puede esperar de consolas como Xbox One y PlayStation 4, pese a que todavía hay mucho por hacer.
Conclusiones finales
NBA Live tiene por delante un duro trámite: volver a estar como saga en tono competitivo tras permanecer en la estacada durante varios años. NBA Live 15 bien podría considerarse como el tímido y dubitativo debut de un jugador de gran calidad tras meses de dolorosa lesión, y a efectos prácticos, es realmente eso. Quizás en unos años NBA Live vuelva a ser una alternativa viable y real en el género del baloncesto, pero de momento, pese a su presumibles aptitudes y su evolución, sigue siendo carne de banca.
Sí, NBA Live 15 es un juego entretenido, de corte arcade, completo en opciones y gráficamente decente. Ofrece al jugador más neófito un agradable sistema de control ofensivo -que lo hará anotar mucho y bien en las primeras partidas-, y un plantel de modos de juego en los que invertir muchas horas. El problema es que hay otros competidores y juegos de corte simular con mucho más rodaje, empeño y ganas, y va a ser muy complicado alcanzarlos a corto plazo, con lo que la propuesta de EA Sports sale perdiendo de forma clara y a la mínima comparación.