Análisis Maneater, los asesinatos de Débora Hombres (Xbox One, PS5, Switch, Xbox Series X/S, PC, PS4)
Estamos acostumbrados a ser el héroe salvador, el paladín que rescata a la humanidad todas y cada una de las veces. Acostumbrados a ser el bueno de la película. Pero, de vez en cuando, no está de más desatar esa ira que todos llevamos dentro, esas ganas de caos y destrucción sano que sirve para desconectar y divertirnos. Y ¿qué mejor manera de hacerlo que convirtiéndonos en un tiburón y acabar con todo lo que se mueve? Esta es la propuesta de Maneater, un interesante juego con más chicha de la que parece.
Sembrando el pánico
Maneater es una especie de aventura en la que encarnamos a un tiburón –técnicamente, a una tiburona– sedienta de sangre. Este título nos lleva a un mapa abierto en el que tenemos que ir haciendo diferentes misiones para avanzar a la siguiente zona.
Cada zona tiene unos peligros, unos coleccionables y unos secretos diferentes, así como, obviamente, sus desafíos propios rematados por un jefe final. Es un diseño muy tradicional; quizás demasiado para una propuesta tan original.
Completando misiones y comiéndonos a otros seres vivos vamos a conseguir experiencia que nos sirve para subir de nivel, haciéndonos no sólo más fuertes, sino también modificando nuestra apariencia física. A todo esto hay que añadirle la posibilidad de mejorar a nuestra protagonista a través de ciertas modificaciones genéticas que se consiguen explorando y matando. Hay un sistema de mejora un relativamente elaborado, que requiere diferentes recursos que conseguimos en función de los animales que devoremos o los objetos que encontremos, por lo que tenemos que pensar qué presas vamos a atacar si queremos mejorar un habilidad en concreto.
Crecer y fortalecernos supondrá una ventaja clara frente a nuestros nos enemigos, pero también será imprescindible para acceder a ciertos sitios. Vamos a encontrar muchas áreas a las que no podremos acceder hasta que no hayamos alcanzado cierta edad/tamaño, algo que incita a volver a áreas ya jugadas. Además, hay ciertos objetivos que no podemos completar hasta que no hayamos mejorado nuestras estadísticas, haciendo necesaria la vuelta si queremos conseguir el cien por cien.
La policía de mar
Uno de los aspectos más sorprendentes de Maneater es cómo se las ha apañado para darle un argumento a la aventura, e incluso justificar la caza de nuestra protagonista en particular. Curiosamente, la «narrativa», por llamarlo de alguna manera, nos ha encantado. No es sólo la historia como tal, que tampoco hay mucho donde rascar, sino la narración que escuchamos constantemente. Mientras jugamos estamos constantemente aprendiendo cosas sobre animales marinos a la vez que unos comentarios muy sarcásticos nos sacan una sonrisa constante. El juego es una crítica muy sagaz y bien medida a los destrozos que los humanos causamos en la naturaleza, y estas líneas juegan un papel más importante de lo que podríais pensar.
De hecho, estos comentarios salvan del tedio a una jugabilidad que peca de repetitiva, sobre todo en su terrible diseño de misiones. Al final, se hace mucho más divertido explorar e intentar averiguar la manera de llegar hasta los coleccionables que centrarnos en las misiones principales, que la inmensa mayoría del tiempo son «Mata a 10 humanos», «Mata a 10 caballas», «Mata a 10 siluros»... A veces será necesario hacer que nos persigan los cazatiburones, con un sistema parecido a las estrellas de búsqueda de GTA, que se traduce en sembrar el caos en la superficie para llamar la atención.
Esto podría ser más divertido si el sistema de combate tuviese mayor profundidad, pero al final se reduce a pelearse con la cámara (hasta que le cogemos el truco), esquivar en el momento justo y a atacar, incluso si hay otras mecánicas disponibles. Poco a poco las cosas se van complicando, y tendremos que utilizar nuestras mejoras para salir con vida de algunas batallas, sobre todo con los jefes. Estos enemigos especiales pueden ser otros animales submarinos o cazatiburones, y requieren, al menos, concentración y un nivel adecuado para salir con vida. Entendemos que, al fin y al cabo, no somos más que un tiburón, y que nuestras habilidades para luchar son limitadas, pero llega un punto en el que cansa pulsar el gatillo como si no hubiera mañana.
Entre luces y basura
Los valores de producción de Maneater son bastante más altos de lo que nos esperábamos. Que nadie se espere un referente gráfico, pero sí que es un juego que se ve bastante bien. Como curiosidad, usa Quixel Megascan, la biblioteca de assets de la demo del Unreal Engine 5, aunque no hace falta que digamos que usa las versiones reducidas para consola. Lo más importante es que sabe hacer un muy buen uso de la luz y el color para crear paisajes preciosos, así como otros tristes y deprimentes. Nos gusta mucho su contraste entre la riqueza sobre el agua y la basura bajo ella, y cómo empeora cuanto más nos acercamos a la civilización. Como nota, en Xbox One X se mueve a 30 imágenes por segundo, sin problemas graves de rendimiento.
En lo sonoro, tenemos un juego que se centra en los efectos de sonido por encima de todo, y que funcionan bastante bien si jugamos con cascos. La banda sonora, un tanto discreta, se deja notar sobre todo en las batallas, con composiciones belicosas necesarias para este tipo de secuencias. Lo mejor, como decíamos, son los comentarios, que nos llegan en perfecto castellano. La ejecución de estás líneas es perfecta, manteniendo el tono irónico de las mismas a la vez que tienen un toque de documental, y el hecho de que esté en nuestro idioma es ideal para poder seguirlas sin distraernos mientras jugamos.
A ver esos dientes
Nos lo hemos pasado bastante bien con Maneater, incluso si acaba pecando de repetitivo. Creemos que es un juego ideal para combinar con otro, para jugarlo relajado, explorando y haciendo misiones secundarias, en lugar de centrarse en la principales que nos van a saturar bastante más rápido, y es un juego que puede superar las 15 horas. Es una pena que el combate sea un tanto limitado y el diseño de las mencionadas misiones principales tan pobre, porque todo lo demás es sorprendentemente entretenido.
Si se os apetece algo diferente, que combine la paz de preciosos paseos submarinos con frenéticas batallas tanto dentro como fuera del agua, y aderezado, además, con unos comentarios que le dan vida al juego, creemos que deberíais echarle un ojo a este proyecto. No es un juego perfecto, ni mucho menos, pero es uno de esos títulos que tiene la habilidad de divertirte y hacerte reír, que no es poco.
Hemos realizado este análisis en Xbox One X con un código de descarga proporcionado por ONE PR Studio.