Análisis de Full Mojo Rampage (Xbox One)
Durante la "revolución independiente" que protagonizaron Phil Fish, Edmund McMillen y Jonathan Blow hubo varios títulos independientes que llamaron la atención a propios y extraños, y curiosamente aparecieron en la posteriormente denostada plataforma WiiWare. Nintendo supo jugar sus cartas al principio, y atrajo a una buena cantidad de desarrolladores al dejar unos requisitos bastante bajos de publicación, lo que mezclado con la buena cantidad de unidades de Wii vendidas hizo que varios desarrolladores publicasen juegos, hasta que se desató la voz de alarma de muchos de ellos ante las pírricas ventas que conseguían (en algunos casos se podían hasta considerar nulas dadas las condiciones de cobro).
Antes de que se provocase el éxodo definitivo a otras plataformas (por aquel entonces hacia dispositivos iOS principalmente), un juego español funcionó realmente bien tanto a nivel de crítica como de ventas. Hablamos de Icarian: Kindred Spirits, que posteriormente se tuvo que renombrar como NyxQuest: Kindred Spirits. Este juego, que tuvo la fortuna de coincidir con cierto deseo masivo de una continuación de los clásicos Kid Icarus, y su empresa creadora, Over the Top Games, fueron durante bastante tiempo los referentes internacionales de los desarrolladores independientes españoles, cuando no había tantos desarrolladores de ese tipo como ahora.
Por desgracia, tras este pequeño éxito, y su posterior trabajo junto a EA Partners en Xbox 360 y PlayStation 3 basado en la licencia Fancy Pants, sufrieron un bajón de creación, tan sólo interrumpido por el desarrollo de Full Mojo Rampage, el cual se publicó en PC tras un proceso de Acceso anticipado de Steam.
Afortunadamente, una empresa vieja conocida de los tiempos de WiiWare, Nicalis, ha decidido rescatar este juego de PC y llevarlo a consola, de manera que los usuarios de Xbox One y PlayStation 4 puedan disfrutarlo también.
Sobre Full Mojo Rampage podemos decir que cuando se anunció, allá por finales de 2012 principios de 2013, los juegos de su estilo no eran tan comunes como ahora. De hecho, es previo a la moda de títulos como Nuclear Throne, que ha hecho que muchos juegos de este estilo llenen las diferentes tiendas digitales.
Porque si podemos definir de una manera breve Full Mojo Rampage, es uniendo los conceptos anglosajones de videojuegos "rogue lite" y "twin stick shooter". Así, nosotros comenzamos una partida eligiendo a nuestro sacerdote Voodoo, lo que implica elegir la máscara, el alfiler y la loa, y esto nos otorga unas habilidades u otras, además de ciertas características diferenciadas. Al principio empezamos con sólo una loa, un alfiler y un par de máscaras, pero posteriormente las podemos desbloquear ya sea dentro del juego (los alfileres, que nos iremos encontrando como ítems), o fuera, como las loas o las máscaras, que las desbloqueamos con medallas que vamos encontrando durante la partida.
Cada partida es diferente, y consta de cuatro capítulos que se van creando de manera independiente cada vez que los jugamos. Dentro de cada capítulo tenemos un pequeño itinerario de pantallas principales, y además nos encontramos con pequeños desvíos que puede ser desde un altar, un lugar donde mezclar "mojos" (los diferentes ítems que podemos usar durante la partida) o incluso misiones especiales, como una fase del estilo del original Rogue, con el personaje principal y los enemigos con forma de letras, o otra donde tenemos que enfrentarnos a problemas del ordenador.
Las fases principales suele tener o una misión principal (por ejemplo, cerrar un par de portales), o sencillamente durar hasta que encontremos la salida. En cada una de ellas nuestro sacerdote se enfrenta a una cantidad de enemigos salidos de ultratumba enorme, y de hecho lo normal es que avancemos con cierto cuidado, porque un par de golpes y recibiremos el temido "Fin de la partida". Así que es mejor andar con tiento e ir superando a los diferentes enemigos conforme aparezcan, teniendo en cuenta que las zonas que hayamos limpiado de enemigos se pueden considerar seguras, y nos podemos refugiar en ellas para tomar un respiro.
El juego en sí es muy divertido, pero tal vez adolezca de un ritmo algo lento. En lugar de premiar la velocidad, los reflejos y los ataques certeros, se premia un estilo de combate más conservador, con enemigos que duran bastantes golpes ya desde el principio, y teniendo siempre que estar con toda la atención para evitar golpes. Es bastante mejor jugarlo en multijugador, ya que entonces la potencia de fuego es mucho mayor, y se puede avanzar sin tantos problemas.
Además, el juego tiene muchos detalles, como el multijugador online o un modo infinito que se desbloquea una vez hemos superado los diferentes capítulos. No añade más historia, como es normal, pero es un detalle para aquellas personas que prefieren seguir dedicándole tiempo en lugar de pasar a otros juegos.
A nivel visual Full Mojo Rampage engaña, para desgracia suya. Si vemos capturas, o tal vez incluso vídeos, nos podemos encontrar con un título oscuro que usa una estética a la que estamos poco acostumbrados, como es la tradición voodoo. Pero una vez nos ponemos a jugar, encontraremos que tiene mucho detalle, y que hay un verdadero trabajo artístico detrás que debe ser considerado. Por ejemplo, la gran cantidad de juegos de luces, en fases donde la oscuridad reina excepto donde nos encontramos nosotros, de manera que iremos iluminando con nuestro personaje ese área, bañándola de luz de una manera muy interesante. O el diseño de las máscaras, que tiene cierto trabajo y expresión. O las diferentes áreas donde nos encontramos, cada una de una forma distinta. Es uno de esos juegos que lucen mejor al ser jugados que al ser vistos, y esto juega en su contra.
El aspecto sonoro es obra de Alistar Lindsay, alguien que seguramente no tengáis en vuestros recuerdos sonoros más profundos, pero que ha trabajado en juegos tan conocidos como Jet Force Gemini (que ahora ha vuelto a la actualidad gracias al Rare Replay de Xbox One), juegos de Introversion como Defcon, Darwinia, Multiwinia o Prison Architect, y juegos de Frontier como Lost Winds, Kinectimals o el malogrado The Outsider. En el juego esto se aplica en un tipo de música bastante variada, desde tonos vudús clásicos, con composiciones algo tétricas, hasta melodías celtas que recuerdan a historias piratas. El resto de sonidos también funcionan bastante bien, reforzando el sentido del humor de todo el juego.
Conclusiones
Lo cierto es que este Full Mojo Rampage se merece cierto reconocimiento, especialmente por lo divertido y adictivo que es. Tal vez las partidas sean algo largas, pero cualquiera de ellas sirve para mejorar nuestro personaje en forma de nivel, dinero, medallas o nuevos alfileres, de manera que nunca tenemos la sensación de haber perdido el tiempo incluso en el caso de haber sido derrotados relativamente pronto. Es muy gracioso, tiene detalles de gran inteligencia y sentido del humor, tiene mucho contenido, y se puede jugar a varios jugadores tanto en casa como a distancia. Tal vez le falle algo el diseño de menús para quedar todo más claro, pero sin duda alguna si alguien se dispone a zambullirse en los misterios del vudú de este juego, se verá gratificado de múltiples formas.
El juego se ha podido analizar en su versión de Xbox One gracias a un código proporcionado por Nicalis.