Análisis de Tony Hawk's Project 8 (Xbox 360)

Desde su mismo lanzamiento, hace ya siete años, la saga Tony Hawk se convirtió en el referente de los juegos de deportes extremos. El acertado diseño de sus niveles, donde teníamos libertad de movimiento para cumplir una serie de objetivos de habilidad con el monopatín, y su fantástico control, lo convirtieron en el modelo a seguir por sus competidores, que nunca lograron hacerle sombra. En solitario, sin rivales, desde hace ya unos años, los hábiles diseñadores de Neversoft han mantenido la esencia de la saga durante las últimas entregas, pero variando gran parte de su diseño.

Desde Tony Hawk’s Pro Skater 4, que por primera vez eliminaba las limitaciones de tiempo tomando como modelo a Agressive Inline, la saga intentó subirse al carro de los juegos "de mundo libre", con las dos entregas Underground y American Wasteland. Estos tres últimos juegos intentaban integrar la jugabilidad clásica en una historia, con movimiento libre por una ciudad, como una mezcla entre el diseño de un GTA y las mismas piruetas y desafíos de habilidad que han hecho grande a la saga. Aunque esta fórmula ha funcionado bien, en esta nueva entrega, primera desarrollada específicamente para la nueva generación, los desarrolladores han decidido volver a los orígenes: Bienvenidos a Tony Hawk’s Project 8.

Como comentábamos, Tony Hawk’s Project 8 supone una vuelta a los orígenes de la saga, casi eliminando por completo cualquier atisbo de componente historia y todo lo que no tenga que ver con montar en monopatín, y retándonos simplemente a ser los mejores encima de una tabla con cuatro ruedas. La historia, que Tony Hawk quiere reunir a los ocho mejores patinadores del mundo, es tan solo un pretexto para retarnos a ser los mejores en todo tipo de escenarios, especialmente diseñados para que mostremos nuestra habilidad sobre el monopatín.

Sin embargo, y como ya decíamos en el avance, que se vuelva a los orígenes en el planteamiento y en el diseño a gran escala del juego no significa que Tony Hawk no incluya novedades. La primera entra por los ojos, y es que se ha renovado por completo el apartado gráfico del juego, comenzando por el motor. La anterior versión Xbox 360 del juego estaba limitada por el hecho de ser una conversión de la original de Xbox –como muchos de los títulos de lanzamiento de la nueva consola-.

En cambio, este Project 8, que también tiene versión "de vieja generación", ha sido realizado desde cero para Xbox 360 y PlayStation 3. El único componente negativo de esto es que el motor gráfico no está tan depurado como nos gustaría, pues hay algunas ralentizaciones, pero los beneficios compensan con creces estos ocasionales defectos.

Una de las mejoras que este nuevo motor gráfico permite es un nuevo sistema de animaciones, que no tiene nada que ver con lo visto en anteriores Tony Hawk, donde las animaciones estaban realizadas "a mano". Para esta ocasión no solo se ha utilizado, por primera vez en la saga, la captura de movimientos, sino que además se ha programado un nuevo sistema de fusión de animaciones que permite combinar hasta seis tipos de movimientos distintos. No nos referimos a combos, sino a que se combinen en una sola animación un salto, la pirueta que hagamos y el aterrizaje, cambiando según la velocidad y el tipo de superficie.

La mayor novedad jugable, aparte del diseño de los escenarios, del que hablaremos más adelante, es el sistema "nail the trick". Como ya adelantábamos en el avance, este sistema nos permite hacer nuestra propia pirueta con el monopatín moviendo los pies independientemente sobre la tabla, usando para ello cada stick analógico. Haciendo clic en los analógicos, el juego hará zoom en la tabla de monopatín y nuestros pies, y veremos cómo según los movamos haremos un movimiento u otro, resultando en un tipo de pirueta. El uso de este sistema tiene una divertida curva de aprendizaje. Al principio casi siempre nos estrellaremos, pero una vez dominado nos permitirá hacer movimientos espectaculares y, sobre todo, muy satisfactorios para el jugador.

El modo carrera está muy bien diseñado. Neversoft ha prescindido de la historia, y nos sitúa en diferentes escenarios abiertos, donde diferentes personajes nos propondrán nuevos desafíos. Los escenarios son en principio pequeños pero a medida que completemos desafíos iremos abriendo nuevas partes; lo bueno es que no tendremos que completar todos los desafíos para abrir la siguiente, por lo que siempre tendremos un buen abanico de posibilidades si un desafío en concreto se nos atraganta. Estos desafíos siguen la línea habitual en la saga, siendo algunos muy imaginativos, e interactuando la mayoría de ellos con elementos del escenario y otros personajes.



Uno de los grandes aciertos del modo carrera es la forma de gestionar la dificultad y la experiencia. En Tony Hawk’s Project 8 no elegiremos el nivel de dificultad al principio, sino que cada desafío podremos cumplirlo en un nivel de dificultad concreto, pudiendo volver luego para intentar lograr el siguiente nivel. Un ejemplo sencillo es uno de los primeros desafíos. El nivel amateur nos pide hacer una pirueta con un giro de 180, el profesional una más complicada con uno de 360, y el nivel enfermo nos la pide todavía más complicada, y con un giro de 540 grados. Independientemente de qué nivel de dificultad satisfagamos, habremos pasado el desafío, pero siempre podremos intentarlo de nuevo para lograr el nivel superior, y por lo tanto mayor recompensa. Otro buen ejemplo, y una de las novedades del juego, son ciertos desafíos donde tendremos que saltar hasta cierta altura, o hacer un deslizamiento de una determinada cantidad de metros. Cada nivel de dificultad tiene un requisito de altura o distancia.

El hecho de poder completar los desafíos en los diferentes niveles de dificultad también depende de las características de nuestro personaje, y ahí entra, como mencionábamos hace unas líneas, el nuevo sistema de experiencia del juego, un gran acierto. En vez de conseguir puntos y subir niveles, iremos mejorando nuestra habilidad en cada faceta del "arte" del skateboard según vayamos haciendo uso de ella. Cuanto más (y mejor) nos deslicemos, más habilidad para deslizarnos obtendremos, de igual modo para los saltos o para las piruetas. Un sistema muy sencillo para el jugador y que verdaderamente recompensa sus avances en cada faceta.

Aparte de los desafíos normales, en el modo carrera también tendremos que participar en exhibiciones de monopatín, en las que tendremos que divertir al público que asista, y desafiar a diferentes patinadores clásicos de la saga, como Bob Burnquist o Bam Margera, hasta llegar al mismísimo Tony Hawk, cuyo desafío dependerá de cuántos objetivos hayamos cumplido en el juego. Junto a tanto patinador famoso que nos encontraremos según vayamos escalando puestos en el proyecto 8 de Tony Hawk (comenzaremos de número 200) se encuentra un viejo conocido de ellos haciendo apariciones ocasionales para guiarnos, el actor Jason Lee (Mallrats, Me Llamo Earl), ex patinador profesional y contemporáneo de los inicios de Tony Hawk.

Finalmente contamos con el modo online como principal modo de juego extra aparte del ya comentado modo carrera. En esta versión Xbox 360 se permiten ocho jugadores en la red, con modos de juego conocidos de anteriores entregas como Trick Attack, Score Challenge o Combo Mambo. La novedad es el modo Wall, que hace que cada jugador vaya dejando una estela, como si de la película Tron se tratase, y si chocamos con la estela de otro jugador, perderemos. El modo online funciona bien, sin retardo, pero el problema es que los escenarios pueden llegar a ser demasiado grandes para ocho jugadores. Sin embargo puede resultar muy divertido y, además, es exclusivo de esta versión 360.

A nivel gráfico Tony Hawk’s Project 8 luce bien, con un sistema de animaciones que merece toda la expectación que Activision se ha encargado de crear, y un buen diseño de escenarios. Aunque no llama la atención dentro del catálogo de Xbox 360, está a un buen nivel en comparación con otros juegos deportivos, con unos escenarios amplios, llenos de detalles. El único problema son las ya mencionadas ralentizaciones, ocasionales, pero un tanto chocantes si lo ponemos al lado de juegos mucho más espectaculares que no las sufren. El apartado sonoro sigue exactamente la misma línea que los anteriores juegos de la saga, con voces en inglés, efectos de sonido variados y acertados, y una extensa banda sonora principalmente de punk rock que incluye temas de bandas como The Ramones, The Cure, Bad Religión y Nine Inch Nails, entre otros. Como curiosidad, incluye "Club Foot", de Kasabian, que ya ha estado en otros títulos como Pro Evolution Soccer 5.

Tony Hawk’s Project 8 es un buen juego de deportes extremos, que mantiene la línea de calidad a la que estamos acostumbrados. Con la misma jugabilidad divertida y adictiva de las anteriores entregas y la interesante novedad "nail the trick", parece que, si las ventas acompañan, la veterana saga de Neversoft tiene todavía cuerda para rato. Sin embargo, nos habría gustado ver un motor gráfico más depurado (tradicionalmente los Tony Hawk siempre han ido como la seda), y alguna novedad jugable más, aprovechando la nueva generación, sobre todo en lo que a diseño de niveles y forma de jugar se refiere. Probablemente el año que viene tendremos la respuesta.