Análisis de The Splatters XBLA (Xbox 360)

Hay juegos que parecen marcar tendencias, cambios, o renovaciones de género. Es bastante común ver cómo, un título de éxito, revoluciona e influencia una miríada de juegos tras su salida. A veces, incluso trascendiendo plataformas o consolas. Cuando analizamos The Splatters, no podíamos dejar de pensar en dos títulos. El primero de ellos, y bastante obvio, es The Blob, que nos sorprendió hace unos años ayudándonos a pensar en la pintura y sus efectos como un divertido entretenimiento en Wii (llegando posteriormente a sus competidoras). El otro, más evidente si cabe, es Angry Birds. Los pájaros furiosos están comenzando a levantar el vuelo, despegando más allá de los smartphones y tablets de rigor, y demostrado que han llegado para quedarse, gozando de ventas e ingresos realmente apabullantes. A grandes rasgos, The Splatters es una curiosa y hábil mezcla de ambos. ¿Buscas un juego de puzles interesante para tu Xbox 360? ¿Deseas perder gran parte de tu vida social delante de la consola? Pues enfúndate un buen mono de pintor o un chubasquero bien avenido y prepárate a ponerte hasta las cejas de pintura.

Balas de pintura

The Splatters, finalista de varias ediciones y certámenes de juegos independientes, llega de la mano de Microsoft Game Studios y se presenta bajo la apariencia de un juego de puzles arcade en dos dimensiones. En The Splatters, encarnaremos a una serie de bolitas de pintura con habilidades únicas, que nos ayudarán, llegado el momento, a celebrar la resolución de los diferentes niveles a los que haremos frente. La mecánica jugable de The Splatters es bastante sencilla de entender, ya que nuestro principal objetivo será el de hacer estallar a sus compañeros en una serie de bombas y explosivos con los lanzamientos de los simpáticos bichos compuestos en base a pintura.

Da igual si los estrellamos contra cualquier elemento del escenario. La pintura acabará, literalmente, salpicando por todas partes. El resultado final, como os podéis imaginar será poco menos que curioso, ya que a pocos lanzamientos de haber comenzado una fase en concreto, nos encontraremos rodeados de manchas de pintura por todos lados, lo que acrecienta (y no sabéis cuanto) el índice de diversión una vez entramos en faena.

Al igual que pasaba en títulos como el citado Angry Birds, calcular la distancia y la potencia con la que vamos a disparar o posición en la que se encuentra nuestro objetivo, será algo esencial para dominar el juego en su máxima expresión, ya que como es habitual, se nos retará a conseguir mejores registros y puntuaciones, y para pugnar por los puestos más altos del ranking online, hace falta tener la mente fría. A su vez, y para facilitar las cosas en los niveles más diabólicos, se han incluido unas habilidades especiales. No son demasiadas, pero irán desde sacudidas a nivel general de la fase en concreto, a pequeñas cargas que modificarán trayectorias y parábolas de lanzamiento. Son muy útiles. La curva de dificultad, está muy ajustada, dejando paulatinamente los niveles donde la solución directa y evidente es la más útil de seguir, y apostando poco a poco por la rocambolesca o la estrategia más retorcida. Al igual que otros congéneres, estrujarse los sesos antes de un lanzamiento, puede traer su recompensa.

The Splatters no se corta en llenar sus niveles de elementos interactivos que modificarán las condiciones de la victoria, así como de trampas y objetos con los que perfeccionar un lanzamiento de pintura ya de por sí meditado. Con un poco de suerte, encadenaremos verdaderos trucos, que desencadenarán en llamativas orgías pictóricas plagadas de litros y litros de pintura. De hecho, The Splatters premia el riesgo, y no pasa nada si nos quedamos atascados, ya que otra de sus originales opciones radica en la inclusión de vídeos y grabaciones realizadas por otros jugadores, que nos vendrán de perlas para copiar o inspirarnos en casos de estancamiento mental y físico en algún nivel determinado (algo que pasará).

Muchas veces, estas situaciones de parón en el avance vendrán influenciadas por la suerte y la aleatoriedad de la física, que parece abogar por unas leyes un tanto "extrañas" (por así decirlo) en muchas de las ocasiones en las que intervienen más objetos de la cuenta. ¿Por qué lo decimos? Es sencillo. Habrá situaciones en las que, como decíamos anteriormente, la confrontación o el disparo directo no funcionará, con lo que disparar desde lejos, buscando el rebote o la interacción de algún objeto, será esencial. Pues bien, una vez disparemos a nuestro gelatinoso amigo, la suerte tendrá un papel demasiado predominante, ya que por alguna extraña razón, The Splatters presenta un motor de físicas no del todo depurado. Y eso le perjudica.

Gráficamente, The Splatters es un juego bastante bien avenido. Los viscosos amigos de pintura se mueven (o tiemblan) de una manera particular, demostrando su buena física de fluidos. Los escenarios, aunque sencillos y de estructura original, acabarán hastiando al más paciente de los jugadores, ya que nos parecen algo repetitivos. Sí, el fondo cambia, pero básicamente, es el mismo nivel. No es algo especialmente sangrante, pero sí se podría haber puesto un plus extra en el desarrollo de nuevas estructuras o fases. Nunca está de más ofrecer variedad al jugador, sobre todo cuando pasa tantas horas delante de la pantalla (y es que pese a todo, The Splatters es un juego muy adictivo).

Conclusiones finales

The Splatters es un excelente juego. Puede que no sea perfecto (se queda varios puntos por debajo), pero entretiene, ofrece tres modos de juego y una jugabilidad endiablada. Su sencillez, unida al espectáculo gráfico (no es un alarde técnico, pero sí agradable de ver) dan como resultado una experiencia grata y adictiva en Xbox 360. Por 800 MS Points, lo podéis descargar en vuestra máquina. No os arrepentiréis.