Análisis de Radiant Silvergun XBLA (Xbox 360)

Actualmente nos encontramos en una época en la que el género de los shoot 'em up no está pasando por su mejor momento. Los clásicos matamarcianos que una vez gozaron de un gran éxito ahora se han visto recluidos a un segundo, e incluso tercer plano. Además, para desgracia de los aficionados occidentales, de los pocos que se lanzan, son menos aún los que salen de Japón.

Para aquellos que nunca hayan oído hablar de Radiant Silvergun, se trata de un shoot 'em up de scroll vertical desarrollado por Treasure y que apareció en recreativas en 1998, recibiendo ese mismo año una versión para Sega Saturn, con algunas novedades como un modo historia y vídeos anime. Por desgracia, nunca salió de Japón, obligando a los fans a recurrir a la importación, aunque aun así hacerse con él se convirtió en toda una odisea debido a la escasa tirada que tuvo, lo cual lo ha convertido en toda una pieza de coleccionista valorada en más de 100 euros en mercados virtuales como eBay. Por eso, la alegría de encontrarnos con un lanzamiento como el de Radiant Silvergun es doble. Y si encima se trata, como es el caso, de uno de los mejores juegos que ha visto el género, no podemos más que celebrarlo por todo lo alto. Preparaos para manejar vuestras naves, esquivar cientos de proyectiles y luchar por el futuro de nuestro planeta.

La última batalla por la tierra y la humanidad

A pesar de pertenecer a un género en el que el argumento es algo secundario y donde lo que realmente importa es la jugabilidad rápida y directa, Radiant Silvergun esconde una historia de lo más interesante y que se nos narra de una manera muy peculiar. Todo comienza con la activación de un extraño artefacto, que destruye toda la vida en la tierra. Por suerte, los tripulantes de la nave espacial Tetra, que se encontraba en ese momento en órbita, consiguen salvarse de este cataclismo. Por desgracia, tendrán que volver a la Tierra a por recursos, siendo este el punto de partida del juego.

A partir de aquí, la historia se desarrollará a través de diversos flashbacks y flashforwards, lo cual nos va llevando tanto hacia el futuro como hacia el pasado, sin un orden cronológico definido. Esto conforma un argumento bastante sólido y muy atractivo, con un final completamente inesperado y que hará reflexionar a más de uno. Respecto a la jugabilidad del juego en sí, como ya hemos dicho se trata de un matamarcianos de scroll vertical que tiene ciertos elementos tomados de otros juegos de la misma compañía que lo diferencian del resto y lo hacen único.

Una de las primeras cosas que nos llamarán la atención será la total ausencia de los clásicos power up, objetos que vamos recogiendo por los escenarios y que nos van potenciando y dando nuevas armas. En cambio, aquí siempre tendremos siete armas diferentes y de munición ilimitada. Cada una de ella tiene una función específica y se comporta de una forma particular. Por ejemplo, el Vulcan será nuestro disparo básico principal hacia adelante, con el Homing dispararemos dos rayos teledirigidos y con la Radiant Sword sacaremos una espada que gira alrededor de la nave para ataques a corta distancia y que al cargarla de energía nos permitirá realizar un espadazo que ocupa toda la pantalla.

El diseño de niveles está cuidadosamente pensado al milímetro para que cada una de ellas tenga su función y su momento para ser utilizadas, por lo que deberemos saber muy bien cuándo usar cada una para salir airosos. Además, a medida que vayamos ganando experiencia, nuestro arsenal irá mejorando y haciéndose más poderoso, ganando tanto en daño como en rango de ataque.

La otra característica especial de Radiant Silvergun (y otro de sus grandes aciertos), es la forma de hacer combos basados en un código de colores. Cada enemigo tiene un color asignado, si conseguimos matar a tres seguidos del mismo color conseguiremos un chain, que nos dará un bonificador de puntos, lo cual nos reportará más experiencia para que suban más rápido nuestras armas y por supuesto una mejor posición en las tablas clasificatorias por puntos, principal reclamo y atractivo de la rejugabilidad de este tipo de títulos.

Esto nos brinda dos maneras completamente diferentes de enfocar su jugabilidad. Por un lado, podemos jugar tradicionalmente, intentando sobrevivir como podamos y llegar al final de la fase. Por otra parte, podemos escoger refrenar nuestro fuego e ir acabando sólo con enemigos específicos para incrementar nuestros chains y hacer que nuestro marcador de puntos se dispare. Como todo buen shoot 'em up que se precie de serlo, el nivel de dificultad es bastante alto y exigente. No tendremos ningún momento de respiro y deberemos de esquivar cientos de proyectiles y obstáculos que nos quitarán una de nuestras preciadas vidas con un sólo golpe que nos impacte de lleno. Esto puede que eche para atrás más de uno y no lo haga un título para todos los públicos, ya que además, la curva de aprendizaje es bastante alta y requerirá de muchos intentos y práctica.

Por otra parte, tampoco faltan a la cita los jefes finales de dimensiones gigantescas. Están construidos por partes diferenciadas, característica heredada de Alien Soldier, por lo que deberemos encontrar la estrategia adecuada para cada uno de ellos y demostrar toda nuestra pericia a los mandos para derrotarlos. La aventura podremos afrontarla en cooperativo en compañía de un amigo, tanto de forma local como online, algo que eleva los niveles de diversión bastante al poder trazar nuestras estrategias conjuntamente, tanto para acabar con los jefes como para realizar chains con mayor facilidad.

Respecto a los modos de juego, tenemos dos variantes principales: Historia y Arcade. En Historia el argumento se nos irá narrando con vídeos anime (hechos por el estudio de animación Gonzo, encargados de series como Afro Samurai, Black Cat o Gantz) y conversaciones entre personajes, las cuales en ocasiones nos costará bastante leer, debido a que desviar la atención de la acción supondrá con toda probabilidad una vida menos. En este modo sólo tendremos tres vidas y además si jugamos en cooperativo serán compartidas entre los dos jugadores. A cambio, la experiencia que ganemos podremos guardarla, por lo que las próximas veces que lo intentemos será más fácil al tener mayor potencia de fuego. Esto consigue que nos sintamos como que no perdemos el tiempo, ya que cada partida cuenta y supone un avance, por muy mal que lo hayamos hecho.

Por su parte, en el modo Arcade no podremos guardar la experiencia, pero tendremos tres créditos y podemos configurar cuántas vidas tendremos por cada uno, y cuántos puntos necesitamos para que nos den una vida extra. Además, en cooperativo no serán compartidas las vidas, aunque sí los créditos. En ambos modos, podremos seleccionar jugarlos en normal, en una modalidad por puntos, o en un entrenamiento, en el que podremos seleccionar cualquier sección que hayamos jugado, para practicarlas, pudiendo configurar diversos parámetros, como el nivel de nuestras armas.

Un revisado técnico con sabor añejo

Radiant Silvergun no es un juego que destaque precisamente por sus gráficos. Estamos hablando de un juego de 1998, por lo que no puede rivalizar con títulos más recientes en este aspecto, como Ikaruga, su secuela espiritual. Aun así, se ha hecho un revisado gráfico, para adaptarlo a la actual generación y que luzca de forma decente en alta definición. Podremos escoger entre diversos filtros y aspectos, pudiendo escoger entre ellos jugar como se veía en la recreativa original. Con todo ello, apreciaremos bastantes píxeles en pantalla. De todas formas, esto es algo que no afecta para nada a la jugabilidad, que es lo realmente importante. Lo que sí que duele un poco es el hecho de que suframos alguna que otra vez, en los momentos de más carga gráfica, varias ralentizaciones, algo que no habría estado de más que optimizaran aprovechando la ocasión. Por suerte ocurren pocas veces y no llegan a ser determinantes.

La banda sonora por su parte sigue siendo genial. Los diez temas compuestos por Hitoshi Sakimoto no han perdido nada de calidad y vuelven a conseguir sumergirnos de lleno en el fragor de la batalla.

Conclusiones

La aparición de Radiant Silvergun en Xbox Live Arcade supone la oportunidad perfecta para poder disfrutar de uno de los mayores clásicos de los shoot 'em up. Una obra atemporal, con una jugabilidad exquisita, una gran banda sonora y una dificultad endiablada como ya no se ve hoy en día. Puede que precisamente esto último no lo haga recomendable para todo el mundo, pero no hay duda de que es una compra obligada para todos los fans del género que presuman de serlo.