Análisis de Overlord (Xbox 360, PC)
¿Estás estresado y tienes ganas de arrasar con todo lo que encuentras a tu paso sin tener que responder ante nadie? ¿Tienes ganas de dar órdenes sin que en ningún momento sean cuestionadas? ¿Te caen mejor los malos de la película que los buenos? Viendo la famosa película de Peter Jackson ¿te entraron unas ganas irrefrenables de arrasar con la pastelona fiesta hobbit? Si tu respuesta es afirmativa a alguna (o todas) de estas preguntas y además te gustan los Dungeons & Dragons o el mundo fantástico de Tolkien, este es tu juego.
En él encarnarás al Mal, al Overlord, el Señor Oscuro que reina en la Torre Oscura, quién tras largos años de forzado sueño en la mazmorra más profunda, es revivido por sus fieles esbirros. Años ha fuiste derrotado, ahora es el momento de tu venganza y de recobrar todo lo que una vez fue tuyo.
Lo primero que se percibe al comenzar a jugar, es que todo el juego de los holandeses Triumph Studios es una parodia más o menos sutil de los mundos antes citados, sobre todo del Tolkiniano: la Torre Oscura, Sauron, los orcos, los enanos, los elfos, los medianos, los humanos, toda o casi toda la imaginería de este autor la encontrarás en este juego, tamizada por el filtro del humor.
El hecho de que vayan cogiendo elementos del escenario y vayan integrándolos a su utilería es bastante gracioso y en más de una ocasión cuando los veas destrozar y arrasar los escenarios cual marabunta no podrás impedir que como mínimo una sonrisa se esboce en tu rostro. Otras animaciones como cuando beben cerveza, cuando se hacen con un botín o verlos transportando entre todos algún elemento pesado, también despertarán la simpatía del jugador. Lo cierto es que contemplar a 50 esbirros arrasando con todo mientras vociferan y sueltan chanzas es un espectáculo digno de ser visto y realmente acabarás cogiendo cariño y empatía a tan tiernas criaturillas, llegando a sentir su muerte cuando son exterminados por algún enemigo especialmente poderoso.En la parte negativa debemos destacar que el motor gráfico del juego produce a veces la aparición repentina de algún elemento del escenario, sobre todo el sombreado, siendo este defecto excesivo en algunas fases al aparecer todo el fondo del decorado de repente ante nuestros ojos.
Dependiendo de la clase de ánima que sea producirá un esbirro de una clase u otra. Deberás también localizar y llevar a tu torre las colmenas de cada tipo de esbirro para poder luego disponer de ellos en cualquier momento; y la cantidad total de esbirros que puedes manejar a la vez en el transcurso de juego se irá ampliando según vayas encontrando por las fases unos ítems encargados de tal fin. Además, en este sentido, nos encontraremos con cuatro grupos distintos de esbirros:
Parduzcos: son los esbirros más resistentes y fuertes en el campo de batalla.
Vermejos: de elemento fuego, son inmunes al fuego y pueden atravesarlo o pagarlo. Atacan a distancia con este elemento, pero son muy débiles cuerpo a cuerpo.
Viridios: elemento veneno, pueden atravesar zonas venenosas y destruir plantas que producen veneno. Menos resistentes que los parduzcos, pero se especializan en el ataque sigiloso y por la espalda al enemigo
Zarcos: elemento agua, son los únicos inmunes a tal elemento, especializados en lanzar hechizos y en resucitar a los esbirros caídos en combate.
A pesar de que eres un Señor del Mal, el juego te da la libertad de ser más o menos malo, con logros por maldad o bondad absoluta, de hecho en ocasiones te dará la opción de elegir entre quedarte con un botín o unos alimentos robados por ejemplo, o devolvérselos a sus legítimos dueños. Si haces esto último te ganarás la gratitud de los lugareños, quienes lanzarán parabienes y demostrarán su gratitud a tu paso. Si por el contrario te los quedas aumentarán tus pertenencias, pero a cambio ganarás su odio incluso llegando a las manos contigo.
Esto agranda la rejugabilidad del juego ya de por sí bastante largo, en caso de que desees ver las diferencias de ambos caminos. El juego no tiene unos escenarios libres como puedan ser los de Zelda u Oblivion, sino que sigue una mecánica de pasillo bastante parecida al Medievil, por poner un ejemplo. En un principio es totalmente lineal, pero al llegar a una aldea se abrirán varias misiones a la vez que podrás hacer en el orden que prefieras, o que podrás ir alternando según vayas consiguiendo nuevos esbirros con unas características que te permitan acceder a nuevas zonas de los escenarios.
El protagonista, además de sus armas, también tendrá la posibilidad de utilizar conjuros mágicos, que se pueden dividir en conjuros de ataque, defensa, de esbirro y dominación, dichos conjuros a su vez se subdividen y pueden cambiar de características o intensidad según nuestro mayor grado de maldad o bondad, conformando finalmente un número bastante respetable de ellos.
Otra posibilidad que este juego nos brinda es la de personalizar nuestra Torre Oscura, gastando nuestros dineros podremos adaptarla a nuestro gusto en arquitectura y decoración. Poco a poco se irán abriendo diversas salas, en un principio cerradas, que ampliarán las posibilidades jugables: la sala principal es donde está el trono y el portal de enlace con las distintas zonas del juego, la zona del criadero arcano, donde reposan las colmenas de las distintas razas de esbirros y donde se ofrecen distintas estadísticas del juego, el coliseo donde podrás combatir con cualquier enemigo que hayas derrotado previamente, otra sala, muy importante, es la de forja, donde podrás forjar y mejorar nuevas armas, de varias clases, cada una con sus distintas características, armaduras y yelmos, luego otra escalera conducirá a los aposentos privados, donde está la sala del tesoro, el dormitorio, etc. Como veis, un apartado muy completo y con bastantes opciones.
Existe alguna sombra, como puede ser que las misiones, a priori bastante variadas, finalmente pueden dar la impresión de que se reducen a repetir siempre lo mismo ya que todas siguen la premisa de arrasar los escenarios y utilizar los esbirros necesarios para encontrar/utilizar lo necesario para avanzar. De todas formas esa sensación no será tan fuerte como para quitarte las ganas de continuar. También la cámara, que manejarás con una combinación de mando más botón, no acaba de ser totalmente manejable y muchas veces te costará conseguir la panorámica que deseas del área, -el resto de acciones, en cambio, han sido trasladadas con bastante pericia al mando de la Xbox 360 y no nos costará mucho hacernos con el su manejo- y finalmente nos hubiera gustado encontrarnos un pequeño mapa en pantalla, tipo Zelda, que hubiera ahorrado unos cuantos paseos inútiles por los escenarios, sobre todo a la hora de encontrar los generadores de esbirros.
El apartado multijugador, que no tiene demasiadas opciones, se compone un modo competitivo donde vía on-line dos overlords se medirán en las modalidades "masacre", donde deberás eliminar antes que tu rival el número de enemigos que dicte el servidor y "saqueo" donde deberás robar o encontrar objetos también antes que tu rival, en ambos casos ganarás también si eliminas primero a tu contrincante y un modo cooperativo, donde, como su propio nombre indica, ambos overlords lucharán codo con codo para hacerse con el reino.
En resumen, como hemos dicho, si eres seguidor de este tipo de fantasía heroica deberías darle sin duda una oportunidad puesto que sus continuos guiños a seres y lugares comunes del genero te encantará. Si por el contrario no lo eres, también. Se trata de un juego de acción y estrategia (suave) que obligará a que te estrujes el cerebro, combinando el uso de las distintas características de tus tropas si quieres llegar a buen fin. Aunque a veces se puede hacer un poco repetitivo, sus 25/30 horas de juego no se las salta un galgo, por lo que puede ser un juego perfecto para acompañarte en las tardes de verano, mientras esperas el desembarco de títulos a partir de septiembre.