Análisis de Dead or Alive Xtreme 2 (Xbox 360)
Dead or Alive es un muy buen juego de lucha, pero sobre todo es famoso por el notable porcentaje de luchadoras femeninas que integran su plantel, y la voluptuosidad de sus formas. La peculiar visión del cuerpo femenino que el Team Ninja de Tecmo ha demostrado tener a lo largo de las cuatro entregas de la saga de lucha ha convertido a Dead or Alive en una especie de mito erótico del mundo del videojuego, con detalles como que según la edad que indiquemos que tenemos haya mayor o menor "fuerza de gravedad" en los pechos de las luchadoras, y Dead or Alive Xtreme Beach Volleyball para la primera Xbox demostró hasta qué punto Tecmo quiere aprovechar la fama que su saga se ha labrado.
Esta segunda parte continúa fielmente la filosofía de la primera, aunque al contar ahora con más actividades que el voleibol, se llama Dead or Alive Xtreme 2. Pero la idea sigue siendo la misma. Las chicas de Dead or Alive han sido invitadas por Zack, uno de los excéntricos luchadores del juego, a su paradisíaca isla tropical, para que pasen unas agradables vacaciones, la mayoría de ellas ignorando el hecho de que a la isla solo van invitadas mujeres.
A lo largo de dos semanas, las luchadoras podrán tomarse un respiro de sus habituales actividades –pegarse entre ellas- y practicar deportes como el voleibol, los saltos en la piscina, las carreras en motos acuáticas y, no se trata de una broma, la guerra de culos.
Tras ver una larga secuencia cinemática de introducción, bastante inspiradora, podremos seleccionar visitar la isla de Zack y, tras seleccionar qué personaje queremos ser (las chicas de Dead or Alive 4, es decir, Kokoro es la única novedad), comenzaremos a visitar la isla, guiados los primeros días por una chica que nos mostrará las principales actividades: Voleibol, carreras de motos acuáticas y saltos en la piscina. Por las noches, tenemos la opción de acostarnos o pasarnos por el casino, donde apostar nuestras ganancias de la jornada.
El casino, y el dinero, cobran una especial importancia, porque hay hasta tres tiendas en la isla de Zack, donde podremos comprar desde todo tipo de bañadores para las chicas (hay más de cien) hasta motos acuáticas de gran potencia, pasando por accesorios como gafas o pelotas de voleibol de diferentes diseños, cámaras de fotos de gran potencia para así poder inmortalizar los cuerpos de las chicas y, lo más importante, nuevos minijuegos. Por ello, tras cada actividad en la isla, recibiremos dinero (especialmente si ganamos), y luego podremos apostarlo en el casino, que contiene un interfaz un poco raro para dejar paso a cuatro minijuegos diferentes: Ruleta (con cero y doble cero), máquinas tragaperras, blackjack y poker (Póker normal, no Texas Hold’em). Estos minijuegos resultan divertidos pero naturalmente acarrean un riesgo proporcional a la recompensa.
Pero naturalmente la "chicha" del juego son las actividades que podemos hacer en la isla, siendo, como ya hemos dicho, voleibol, carreras de motos y saltos en el agua las principales y disponibles desde el primer momento. El voleibol es prácticamente igual al del primer juego, usándose solo dos botones (pase y tiro), y teniendo varios escenarios paradisíacos para jugar contra la pareja controlada por la máquina. No hay líneas en la playa, y el control sigue siendo tan simple como difícil de dominar como en el anterior juego. No hay indicador para el saque, por lo que para hacer bien los saques con salto tendremos que saber cuándo sincronizarlos. También, por el peculiar ángulo de la cámara, resulta a veces muy difícil predecir hacia dónde va a ir la pelota. Los partidos son a siete puntos, como en el anterior juego, sacando el equipo que haya marcado el último punto.
El juego de las motos acuáticas es un poco limitado en lo que a circuitos se refiere, y es una especie de versión rápida de Splashdown o Wave Race, teniendo puntos de control por los que pasar, algunas piruetas para hacer, y dos rivales contra las que competir. La verdadera profundidad de este minijuego consiste en conseguir motos más rápidas que nos den una mayor ventaja sobre nuestros rivales, ya que al principio será muy difícil ganar. Finalmente, el minijuego de los saltos es bastante divertido, no solo por la idea, que es bastante ridícula, sino porque tendremos que coordinar nuestros movimientos bien. Se trata de una carrera de saltos entre colchonetas de colores dispuestas a diferente distancia las unas de las otras, teniendo que pulsar el botón del color adecuado y durante el tiempo adecuado para que el salto tenga éxito y no caigamos al agua. El problema de este minijuego es que al principio perderemos muy rápido, y no podremos reintentarlo inmediatamente, sino volver a entrar en él desde la pantalla general de la isla.
Los otros minijuegos, que tendremos que comprar con dinero, son más breves y sencillos. La pelea de culos nos sitúa en una plataforma sobre la piscina, al estilo gladiadores americanos, con dos chicas con el trasero en pompa empujándose la una a la otra, y esquivando culazos, para ver quién echa primero a quién de la plataforma. El juego de la cuerda funciona de forma similar, teniendo que tirar de la cuerda para echar a la otra de su plataforma, aunque sin la postura graciosa y con la posibilidad de hacer fintas. Los otros dos minijuegos son el tobogán de agua, donde tendremos que evitar caernos, y una carrera en la playa. Al principio son llamativos y divertidos, pero la completa ausencia de profundidad les quita todo su encanto en unos minutos.
Otro elemento importante en Xtreme 2 es la interacción con las otras chicas. Para jugar al voleibol tendremos que tener una compañera, y para mantenerla habrá que tenerla contenta. Para ello no solo tendremos que ganar, sino que también habrá que hacerle regalos que le gusten, y para ello tendremos que conocer sus gustos, pues las respuestas que nos da el juego a los regalos que les hacemos son bastante imprecisas y ambiguas. Obsequiando a nuestra compañera con regalos acertados hará que ella haga lo mismo, y podamos conseguir ítems imposibles de obtener en la tienda, que por supuesto tendremos que visitar a menudo para hacernos con objetos para regalar a nuestra compañera, o de lo contrario un día nos levantaremos y no tendremos con quién jugar.
A nivel gráfico, Dead or Alive Xtreme 2 destaca por el sensacional modelado de las chicas, superior al de Dead or Alive 4, y con el famoso efecto de "baja gravedad" que se nota en el movimiento de los pechos de las luchadoras que, y no estamos bromeando, ahora es independiente para cada pecho. Este logro tecnológico, pues realmente lo es, da lugar a situaciones realmente graciosas en las celebraciones de los puntos de voleibol, pero que pueden llegar a romper el clímax de erotismo que aparentemente el juego intenta crear. Por lo demás, los escenarios están también muy bien, así como el efecto del agua en las carreras acuáticas.
La banda sonora está compuesta por una serie de temas licenciados de estilo festivo, caribeño y pop (a lo Spice Girls), y unos efectos de sonido competentes pero poco variados. Las voces son en inglés, existiendo la opción de ponerlas en japonés. Finalmente, existe la opción de jugar a través de Xbox Live tanto al voleibol como a las carreras acuáticas, siendo estas últimas muy divertidas.
En conclusión, Dead or Alive: Xtreme 2 es un juego extraño, por así decirlo. Aunque los minijuegos son bastante entretenidos, el verdadero objetivo del juego parece ser aparentemente el de lograr dinero para conseguir todos los ítems posibles para nuestra luchadora preferida, ya sea comprándolos en la tienda o intercambiándolas con las otra chicas, y el de hacer fotos sensuales de las chicas con la carísima cámara que también se puede comprar en la tienda. Con esta premisa, solo podemos recomendar Dead or Alive: Xtreme 2 a aquellos que estén locos por las chicas de Dead or Alive o por las chicas virtuales en general. Como videojuego que se vende por casi setenta euros, no podemos recomendarlo a quien busque algo más.