Análisis de Crossboard 7 Kinect (Xbox 360)
Seguro que muchos desarrolladores cuando se pusieron a pensar que tipo de juegos se podrían crear para Kinect, se les ocurrió entre otros el deporte del snowboard. Y en la carrera de tener listos títulos para el lanzamiento del nuevo periférico -lo que siempre asegura unas cuantas ventas ante la falta de oferta inicial-, a las japonesas Sega y Konami se les ocurrió realizar algo muy parecido.
En el caso de Sega lanzaron Sonic Free Riders, aprovechando el tirón de su mascota y la nueva forma de jugar, para realizar un juego de carreras sobre tablas voladoras que no ha sido muy bien recibido por la crítica. Y en el caso que nos ocupa, Konami apuesta por una especie de snowboard del futuro -ya que son tablas aerodeslizadoras- con Crossboard 7 -Adrenalin Misfits en América-, un divertido título que se juega de manera similar al juego de Sega y que seguro disfrutarán los más pequeños, ya que está orientado a un público joven.
Antes de poder jugar en cualquiera de las pruebas deberemos superar un tutorial, algo que están haciendo -de momento- casi todos los títulos de Kinect. Los movimientos que debemos realizar están muy bien explicados, con imágenes que dejan muy claro cómo debemos movernos. Nos tenemos que colocar como en una tabla real de snow -de perfil respecto a la pantalla-, y echaremos el cuerpo hacia el pie de delantero si queremos acelerar, balanceándonos giraremos, y si volvemos a poner el cuerpo de frente cruzaremos la tabla y frenaremos. Se permite que usemos cualquiera de los dos pies como apoyo, incluso permitiendo el cambio en mitad de la carrera -con lo que giraremos la tabla- y por supuesto podremos saltar en cualquier momento, elevando del suelo a nuestro personaje.
Cuando estemos en el aire podremos realizar trucos moviendo nuestro cuerpo, agarraremos la tabla si levantamos el pie de apoyo y nos cogemos la rodilla, y podremos planear en el aire estirando los dos brazos, lo que nos evitará alguna que otra caída. También podremos usar ítems -que sirven para atacar o proporcionarnos más velocidad- si levantamos el pie de apoyo y damos un pisotón. El tutorial nos lo deja todo muy claro, y en los primeros y sencillos descensos tendremos una sensación de que la jugabilidad es perfecta y responde sin problemas, pero cuando avanzamos en el juego y los circuitos se complican y la velocidad aumenta, esta primera sensación se va deteriorando. En las curvas más cerradas a veces nos deberemos contorsionar de manera exagerada para que reconozca el giro, y cuando nos choquemos y golpeemos con algo, y nuestra velocidad se vea muy reducida, también cuesta demasiado coger la dirección deseada.
Gracias a Kinect se consigue una gran inmersión en la jugabilidad, al tener que estar moviéndonos constantemente, con tanta inclinaciones y saltos, lo que conlleva que al poco de estar jugando nos sobre algo de ropa. Pero cuando los circuitos nos exigen más, y tenemos que ser más exactos en nuestros descensos, al juego se le ven sus defectos, y creemos que la jugabilidad podría ser bastante mejor, que sin ser mala, se le ven las carencias típicas de un título que quiere llegar con prisas al lanzamiento del nuevo periférico, aun con esto, no deja de resultar divertido, y es un forma de jugar que estamos seguros seguirán explotando con mejores propuestas en el futuro.
Pasa algo parecido con los modos de juego y la cantidad de pruebas, que en un principio parecen muy abundantes, pero que cuando rascamos un poco la superficie nos damos cuenta de que la cosa no es para tanto, y no tardaremos demasiado en completar el juego. Tiene una gran variedad de modalidades -hasta siete modos contando el tutorial- pero cada uno de estos apartados cuenta con pocas pruebas -unas cinco en casi todos-. Carreras por ver quien llega antes a la meta, otras en las que deberemos pasar por las banderas ya que si no se nos resta tiempo, explotar globos durante el descenso, sumar metros en cada salto, conseguir el mayor número de puntos haciendo acrobacias y una sección de circuitos especiales dentro de un estadio. Todas estas carreras se desarrollan en hasta siete mundos con temática distinta, compitiendo contra otros rivales -o jugando junto a otra persona- y cada vez que quedamos primeros se nos desbloquean unos extras.
Al ganar una prueba tendremos acceso a la siguiente de la misma modalidad, así como tablas que cuentan con características distintas. Velocidad, potencia, técnica y salto, unos parámetros que según aumentan se dejan notar bastante, y también desbloquearemos en ocasiones nuevos personajes. Los protagonistas del juego son bastante peculiares, podremos jugar con un par de simples humanos -o con nuestro avatar lo que se agradece mucho-, pero el resto del elenco son unos monstruitos de colores con rasgos animales que, sin llegar a tener un diseño deslumbrante, creemos pueden satisfacer a los más pequeños, sin llegar a ser en exceso infantiles, con un punto de agresividad pero sin dejar de ser simpáticos. Estos también cuentan con cualidades propias, los hay más rápidos, con equilibrio, fuertes, etcétera.
Queremos destacar el sistema para movernos por los menús, ya que tantos juegos hemos probado con Kinect tantas propuestas hemos visto para desenvolvernos por las opciones, y la verdad es que el sistema empleado en el título que nos ocupa nos ha parecido de los mejores gracias a su sencillez. Levantando el brazo arriba confirmaremos, y estirando el derecho o el izquierdo nos moveremos por el menú en la dirección respectiva. Si nos hemos equivocado y queremos volver atrás, con estirar los dos brazos a la vez bastará. Muy sencillo, pero no lleva a equívocos y nunca daremos un paso no deseado como en otros juegos, por lo que es muy apropiado para todos los públicos.
Los gráficos no son gran cosa, con unos personajes vistosos y unos entornos variados y coloridos, donde pasamos por nieve, desierto, selva o incluso un volcán, pero sin ser demasiado detallados ni con una gran inspiración en sus diseños. No cuenta con ningún efecto gráfico destacable pese a esta variedad de entornos, y sí alguna pega como algunas texturas muy mejorables, pero creemos que para el jugador al que va orientado cumple. En definitiva, un apartado técnico sin nada destacable pero sin ninguna chapuza, algo a lo que se prestan muchos títulos orientados a un público juvenil. La música que acompaña las carreras es un rock ligero que le sienta bien al tono general del juego, y los efectos de sonido no tienen nada que destacar ni que objetar.
Un juego que seguro gustará a los más pequeños de la casa
Crossboards 7 está claramente orientado a un público juvenil, desde su estética hasta la baja dificultad para completarlo, y creemos que un niño se lo pasara pipa moviéndose y dando saltos jugando con Kinect. Pero para un jugador adulto no pasará de anécdota, y claro que se podrá divertir durante un rato, pero en cuanto intente profundizar se dará cuenta de que no hay muchos contenidos, y que la jugabilidad tiene ciertas carencias y defectos, así como una falta de profundidad. Una apuesta correcta para Kinect -con cierto potencial no explotado-, sin ninguna ambición que busca descaradamente un jugador de edad muy concreta, pero que como cualquier juego debería espirar a contentar a todo tipo de públicos, y que cumple todos los requisitos y carencias de un título de lanzamiento de una nueva consola, en este caso, periférico.