Análisis de Trauma Center: New Blood (Wii)
La saga Trauma Center se ha convertido rápidamente en una de las más identificativas de Nintendo DS y Wii gracias al uso específico que ha dado a las particularidades del control de ambas consolas. Tras dos entregas de Trauma Center: Under the Knife para NDS y una adaptación de la primera de ellas a Wii (Second Opinion) llega ahora a esta última New Blood, un título completamente nuevo cuya mayor novedad se encuentra en la inclusión de un modo cooperativo para dos jugadores.
New Blood transcurre diez años después de lo relatado en Second Opinion. Los protagonistas en esta ocasión son Markus Vaughn y Valerie Blaylock, dos cirujanos que solían trabajar en el Instituto Médico Concordia de Los Ángeles y que ahora se encuentran operando en el hospital Montgomery Memorial de la helada Alaska.
Aquí comenzará la trama del juego, con nuestros dos protagonistas ejerciendo su profesión en el noroeste de América, pero el descubrimiento de un misterioso y peligroso parásito conocido como Stigma les hará tener que intervenir en clínicas de todo el mundo.
Éste es el mayor cambio en la estructura del juego respecto a sus antecesores. La trama ya no se concentrará en una única localización y los protagonistas visitarán numerosos y variados hospitales a lo largo y ancho del planeta, incluyendo un regreso al Instituto Médico Concordia de Los Ángeles del que salieron.
A Markus y a Valerie les secundarán otros personajes que aparecerán en los segmentos en los que se va relatando la historia del juego. Entre ellos se encuentra Miles Hoover, el director del Montgomery Memorial que se ocupará de interrumpirnos cuando lo hagamos especialmente mal y estemos a punto de acabar con la vida de nuestro paciente.
Como enfermeras ayudantes encontraremos a Marcy Bloom y Elena Salazar. Ésta última es una antigua paciente de Markus que decidió estudiar enfermería tras su encuentro con él. Las referencias al pasado de Markus se completan con Lloyd Wilkens, catedrático del Instituto Médico Concordia que trabajó con él en un proyecto de investigación.
La jugabilidad se mantiene prácticamente intacta con respecto a lo visto en anteriores entregas. El juego se encuentra dividido en capítulos, y en cada uno de ellos veremos un pequeña introducción que nos meterá en situación a nivel argumental. Ésta estará contada como es habitual mediante ilustraciones de aspecto anime y cajas de textos, incluyendo además en esta ocasión voces (en inglés) para los diálogos de los personajes.
Tras esto asistiremos a la reunión preoperatoria, en la cual se nos describirán más detalladamente las características del paciente: peso, altura, constantes, etc. Este será también el momento de elegir con que personaje queremos intervenir: Markus o Valerie. Tras la operación, y dependiendo de cómo lo hayamos hecho en diferentes campos (tiempo restante, puntos de operación, cadenas de acciones sin cometer errores) se nos otorgará una puntuación que podremos compartir y comparar mediante una tabla de marcadores a través del servicio online de la consola.
El uso de las herramientas médicas es el de siempre, con el stick, o el puntero del mando en su defecto, elegimos qué utensilio queremos utilizar (pinzas, bisturí, jeringa, etc.) seleccionándolo de la rueda situada en la esquina inferior izquierda de la pantalla, y con el propio puntero del mando y los botones se llevan a cabo las acciones (cortar, suturar, drenar, etc.) En ocasiones será necesario también hacer uso de la función giratoria del pad para ajustar el ángulo de colocación cuando utilicemos las pinzas.
El objetivo es terminar la intervención antes de que se acabe el tiempo dado y de que las constantes de nuestro paciente lleguen a cero, algo que ocurrirá con mayor frecuencia si cometemos demasiados errores. Para evitarlo contaremos como de costumbre con inyecciones de soluciones y medicamentos que harán subir las pulsaciones del paciente.
Además, ambos cirujanos contarán con el famoso Toque Curativo ya visto en la saga, una habilidad especial que conseguiremos según avance el juego y que sólo se puede utilizar una vez en cada operación. En el caso de Markus el Toque Curativo hace que el marcador de tiempo vaya más lento, mientras que en el de Valerie conseguiremos que las constantes del paciente se estabilicen y no continúen bajando. Ambas habilidades permanecen únicamente activas durante un tiempo determinado.
Habrá ocasiones en las que el paciente sufra un paro-cardíaco, momento en el cual tendremos que hacer uso del desfibrilador para reanimarle y que su corazón vuelva a latir. Algunas veces el desfibrilador no estará disponible en el quirófano, por lo que tendremos que recurrir a un masaje cardiaco si queremos continuar con la operación.
Las tareas a realizar en cada procedimiento van desde curar pequeñas heridas hasta extirpar tumores, pasando por recolocar huesos, drenar sangre acumulada, extraer proyectiles o, por supuesto, coser heridas mayores o las incisiones necesarias que nosotros mismos hayamos realizado. Como novedades más llamativas en este aspecto encontramos la posibilidad de realizar injertos de piel u otros tejidos y tener que manipular y restaurar los sistemas nerviosos y circulatorios del paciente de forma directa.
A pesar de transcurrir en un futuro cercano en el que los cirujanos tienen más y mejores recursos a su disposición que en la actualidad las operaciones no resultarán precisamente sencillas, principalmente porque en la mayoría de casos nos encontraremos con pacientes en estado crítico y el tiempo jugará siempre en nuestra contra. Esto hará que tengamos que combinar la paciencia, algo indispensable en cirugía, con las prisas necesarias para evitar que el reloj o las constantes lleguen a cero. Dos aspectos que colisionan frontalmente y con los que tendremos que lidiar si queremos salir con éxito de la intervención.
A esto último hay que añadir la gran precisión que se requiere para llevar a cabo la mayoría de las tareas. Existe alguna excepción, como por ejemplo el uso de la aguja y el hijo para coser, dónde nos darán las puntadas por buenas con bastante facilidad, pero por lo general las herramientas principales (bisturí, pinzas, etc.) requieren apuntar bien y saber mantener el mando con un buen pulso, de lo contrario nos encontraremos cortando a nuestro paciente por dónde no debemos o dislocándole aún más los huesos que tendríamos que colocar.
Incluso una opción tan natural como mover el mando ligeramente después de soltar un par de botones tras tenerlos presionados durante varios segundos está penalizada, algo que sin duda pondrá a prueba nuestros nervios. Afortunadamente el juego cuenta con tres niveles de dificultad (fácil, normal y difícil) que podremos seleccionar antes de cada operación y que aunque no alivian el tema de la precisión sí ajustan el tiempo que se nos da para realizar la intervención, pudiendo así tomarnos con más tiempo y mayor tranquilidad las tareas más complicadas. De este modo podemos ajustar la dificultad a nuestra experiencia como cirujanos en cualquier momento.
Las propias operaciones también cuentan con un curva de dificultad bien medida, introduciendo nuevas tareas y procedimientos cada vez más complejos y arriesgados poco a poco, ayudándonos además a realizarlos correctamente a través de fases especiales en las que se nos dan consejos para operar.
Pero sin duda alguna la mejor ayuda y el mayor incentivo de New Blood se encuentra en su modo cooperativo para dos jugadores en el que podremos realizar cualquier operación con la colaboración de otra persona en multijugador local. Las características de dichas operaciones y el tiempo que se nos da para superarlas permanecen inalterables respecto al modo para un jugador, de modo que esta será una forma más asequible de llevarlas a cabo, ya que seremos cuatro manos en vez de dos pero tendremos que cumplir los mismos objetivos que antes.
Además, el repertorio de herramientas médicas también se duplica, pudiendo coger cada jugador aquella que desee en cualquier momento. El primer jugador lo hará como es habitual accediendo a la rueda que se encuentra en la esquina inferior izquierda de la pantalla, mientras que el segundo jugador contará con una rueda idéntica en la esquina inferior derecha.
En este modo será fundamental la coordinación entre ambos jugadores y saber repartirse las tareas de la forma más adecuada, todo ello procurando no interferir negativamente en las acciones del otro. Esto eleva un peldaño la experiencia de juego que conocíamos hasta ahora en Trauma Center, convirtiendo el desarrollo de las partidas en algo menos previsible y más intenso.
A nivel gráfico New Blood se mantiene muy similar a Second Opinion, recreando huesos, tejidos y órganos de forma suficientemente realista como para identificarlos pero sin demasiados detalles, para no resultar desagradable a aquellos jugadores que no disfrutan de las entrañas del cuerpo humano. Los segmentos en los que se relata la historia se siguen representando con personajes y fondos de estilo anime, siendo estos últimos más numerosos en esta ocasión gracias a los cambios de hospital que llevan a cabo los protagonistas a lo largo del juego.
A nivel sonoro lo más destacable es la inclusión de voces, que no sólo aparecerán durante las partes en las que se desarrolla el argumento sino también durante las operaciones cuando las enfermeras tengan que indicarnos el siguiente paso.
La música y los efectos siguen la línea marcada por el resto de la saga. La primera se centra principalmente en acompañar, aunque también posee algunos momentos destinados a provocar algo de tensión. Los segundos se harán notar mayormente durante las operaciones, ya que existen sonidos para cada herramienta y cada acción que además nos ayudarán a identificar rápidamente si hemos cometido algún error. Si, por ejemplo, tocamos los bordes de una herida al extraer una bala, sonará un ruido chirriante que nos alertará de nuestro fallo. Mención especial merece el ya clásico pitido que mide las pulsaciones del paciente y que se acelerará a medida que éstas bajen, poniendo a prueba nuestra capacidad de concentración.
En definitiva, Trauma Center: New Blood es un juego que no posee demasiadas novedades, pero sí un buen número de nuevas y desafiantes operaciones acompañadas de una nueva trama y un más que interesante modo cooperativo que satisfarán a aquellas personas que disfrutaron de las anteriores entregas de la saga.