Análisis de Table Tennis (Wii)
En mayo de 2006, Rockstar hizo su entrada en el mundo de los juegos deportivos con el título de ping-pong Table Tennis para Xbox 360, el juego que fue, además, su carta de presentación en la nueva generación. Ahora, a la espera de que Manhunt 2 llegue a Wii (junto a PSP y PS2), la compañía se estrena en la doméstica de Nintendo con una nueva versión de juego de tenis de mesa, adaptado, claro, a las peculiaridades de este sistema.
Los cambios principales son bastante obvios: en la consola de Microsoft, el juego en línea fue uno de los principales pilares de este juego, pero en Wii el sistema de juego en línea está todavía en un estado bastante primigenio (aunque ya ha habido pasos significativos).
Y en Wii, el control por detección de movimiento aporta una jugabilidad imposible en Xbox 360.
Pero las premisas básicas son las mismas: accesible, rápido, sencillo. Esas son las claves que dotaron al juego en Xbox 360 de unas buenas ventas y una, también, buena recepción entre crítica y aficionados, ya que su relativa escasez de profundidad se solventaba con su planteamiento adictivo y su sobresaliente multijugador. Lo completaba con un aspecto visual sorprendente por el cuidado y casi enfermizo nivel de detalle de los personajes, algo que dadas las diferencias técnicas entre ambas consolas no se ha dado también en Wii. Eso no significa que el juego sea malo gráficamente, pero desde luego el nivel de detalle alcanzado no es comparable, con texturas mucho más sencillas y, claro, menos resolución. El nivel de poligonización es, con todo bastante elevado, y las animaciones son suaves y resultan especialmente bien hiladas.
La estructura del juego resulta sencilla, con tres niveles de dificultad aplicados en los torneos, y un modo de exhibición que nos da el acceso a las partidas rápidas, y no mucho más. El plantel de jugadores es variado, cada uno con unas estadísticas lo suficientemente diferenciadas como para justificar su presencia más allá de lo puramente estético, y con un amplio surtido de contenidos desbloqueables, como más personajes o mesas para jugar.
Las opciones, por tanto, son muy escasas, pero tampoco hay mucho más terreno por explorar en un juego deportivo, salvo quizás modos específicos de entrenamiento y similares, que hubiesen ayudado a dotar al juego de más contenido. Al menos, el tutorial resulta completo y nos explica de manera muy eficiente cómo se controla el juego, siendo absolutamente recomendable. En este sentido, el título presenta tres sistemas de control diferentes.
Una propuesta se centra en el uso en exclusiva del mando remoto de Wii, usando su detección de movimientos mientras el personaje se mueve de manera automática. Habrá que usar la cruceta antes de dar el golpe con la pala para aplidar efectos a la pelota: hacia abajo, tiro cortado; hacia arriba, liftado; hacia la derecha, efecto a la derecha, y hacia la izquierda para efecto a la izquierda. Además, el botón B servirá para hacer un tiro concentrado, y A para un tiro suave.
Las otras dos opciones implican el uso del nunchuk. El esquema del control es el mismo en el mando remoto, pero con el nunchuk conectado en el modo obseso del control, moveremos al personaje con el stick analógico, y saremos el botón C para activar la concentración total, mientras que Z servirá para el lanzamiento concentrado, haciendo que B se emplee para el lanzamiento concentrado manual. Si optamos por el modo más avanzado, el de tirador de primera, el mando remoto, una vez más mantendrá las mismas funciones, y el nunchuk nos va permitir usar el stick analógico para colocar la bola, con los botones C y Z realizando las mismas funciones que antes. Se trata del control más preciso y complejo, pero lo cierto es que cada una de las tres configuraciones aporta diferentes sensaciones a la hora de disfrutar de las partidas.
Esto hace que el control sea muy completo, pero desde luego no pretende en ningún momento hacer de la detección de movimientos del mando remoto de Wii un simulador en el que nuestro gesto se traslade con precisión a lo que hace el personaje para, por ejemplo, dar efectos a la bola. De hecho, como se deduce de los diferentes esquemas de control, se trata de una combinación de control tradicional con control "a lo Wii Sports". Esto, por un lado, hace que el juego sea más accesible pues no requiere la rápida capacidad de reacción y precisión del ping-pong real, pero por otro puede representar una decepción para quienes buscaran un control más realista aprovechando el potencial del mando de Wii. Table Tennis, claramente, no pretende eso. De hecho, es éste un arcade, no un simulador, y funciona bien.
El modo de control más sencillo, el que usa únicamente el mando remoto, consigue plenamente su objetivo de hacer que éste sea un título asequible para todo el mundo, pese a dar una importancia relativamente alta al momento en que realicemos el movimiento, es lo suficientemente básico como para que incluso quien no haya tocado nunca el juego obtenga buenos resultados en su primera partida. Esto es, sin duda alguna, digno de elogio, pero el resto de sistemas de control no nos parece que marquen una diferencia sustancial con respecto a lo que se hace en Xbox 360 con dos sticks analógicos y sin detección de movimientos.
Una buena muestra de su intencionalidad es el código de colores asignado a los diferentes tipos de golpes (esto es, los efectos que se consiguen con las diferentes direcciones de la cruceta), de manera que el rival puede saber qué golpe estamos preparando y reaccionando en consecuencia. Antes de dar el golpe, será importante cargar ese punto de efecto, lo que se hace en función de cuánto rato estemos pulsando la cruceta, lo que alimenta el medidor de concentración, que está, como en Xbox 360, dividido a su vez en tres niveles, con la función esencial de proporcionarnos la facultad de hacer golpes de gran potencia y efectividad.
Por otro lado, frente a su espíritu arcade y su control alejado de los planteamientos de la simulación, la física de la pelota está realizada de la manera más realista posible, logrando emular con una perfección inusitada las reacciones de las ligeras pelotas que se emplean en el ping-pong con holgura y gran fidelidad. Por supuesto, esto afecta a los efectos, a la dirección y velocidad de la pelota, variables que habrá que tener muy en cuenta a la hora de afrontar partidas serias.
El multijugador, evidentemente, es de gran calidad, aunque limitado a dos personas y –ya lo hemos dicho- sin opciones de juego en línea. La lástima es que la pérdida de esas funcionalidades de juego en línea no se haya visto compensada con la inclusión de modalidades extra dentro de la vertiente multijugador, lo que hubies supuesto un interesante remiendo ante la pérdida de una importante característica.
Ya hemos comentado que el juego no consigue equipararse en el apartado técnico con la versión de Xbox 360. Pero, ¿cómo luce dentro del catálogo de Wii? El resultado general es contradictorio, en la medida en que los escenarios son sosos y anodinos (bueno, esto no es un cambio con respecto a lo que vimos en la consola de Microsoft), pero los personajes se mueven muy bien y se muestran bien diseñados, sin aristas en su caracerización, aunque en ocasiones las texturas y el nivel de detalle nos parece que podría haber sido un poco más elevado. Con todo, la verdad es que es un juego poco variado en su estética y por su propia concepción limitado artísticamente. De hecho, su gran virtud en este campo era su gusto por los detalles más nimios, y la muy cuidada iluminación, lo que se pierde en una consola no tan potente, como es Wii.
El sonido nos ofrece una banda sonora animada, con buenos ritmos, que en ocasiones parece sonar no tan nítida como desearíamos, pero bien condimentado con efectos sonoros de gran calidad. De hecho, los efectos de sonido se convierten en el mejor elemento técnico de este título, acompañando a los partidos de ping-pong con una solidez poco habitual.
Si exceptuamos eso, el juego es, como decíamos, ágil y muy entretenido, ideal para quienes busquen un arcade deportivo de un deporte inusual (desde luego, mucho menos común que el tenis y otras prácticas deportivas, aunque no inédito en la historia de los videojuegos), y eso, junto a su precio, lo hace muy atractivo.