Análisis de Soccer Bashi WiiW (Wii)
Antes de empezar a comentar Soccer Bashi, una advertencia: si te compraste el juego en su momento, cuando salió, vuelve a entrar en el Canal Tienda de la consola y bájate la versión actualizada, pues cuando se lanzó el título por un bug en su código no se escuchaba la banda sonora, defecto que ha sido solucionado recientemente.
Aclarado ese punto, veamos qué nos puede ofrecer Icon Games en esta ocasión con una revisión del clásico concepto del Arkanoit/Breakout, pues este Soccer Bashi busca unir fútbol con las bases jugables de ese clásico de los arcades, que ha visto conversiones, adaptaciones y revisiones de todo tipo a lo largo de los años.
El modo principal para un jugador ofrece 90 niveles divididos en múltiples zonas de juego que culminan en el enfrentamiento contra un jefe final. Aunque en principio las continuaciones son limitadas por partida, y cada una aporta cinco vidas, lo cierto es que si perdemos todas las vidas y continuaciones la penalización real es escasa, por lo que aunque se nos atragante algún sector en particular, lo cierto es que siempre tenemos la posibilidad de volver a intentarlo.
El modo arcade para un jugador nos permite desbloquear algunos contenidos que luego podemos usar en el modo de edición, en el que creamos nuestros propios niveles y podemos guardar hasta un centenar de creaciones diferentes. El modo de edición resulta, quizás, algo escaso en opciones y la versatilidad de las herramientas disponibles, pero con cien niveles por crear lo cierto es que podemos potenciar, y mucho, la rejugabilidad. Le falta la posibilidad de poder intercambiar niveles con amigos en línea, y eso es una pena.
En cuanto a la jugabilidad, como era de esperar, el objetivo fundamental es destruir todos los bloques que hay en pantalla moviendo la plataforma que hay en la zona inferior de la zona de juego para que la pelota rebote al impactar con ella. Si fallamos, perdemos una vida. Para las partidas, además, nos encontramos con poderes de diversa índole, como la posibilidad de lanzar rayos, que la bola se convierta en acero, o en fuego, etc., aunque algunos de estos ítems no resultan siempre muy prácticos, por lo que debemos estar atentos para no coger algo que no nos convenga.
El control, sin embargo, tiene un problema. Se sustenta en la función de puntero del mando remoto de la consola, por lo que tenemos que estar apuntando siempre a la pantalla. Esto tiene un lado positivo, obvio: es rápido, analógico, y puede llegar a ser preciso; pero no debemos omitir el lado negativo: si dejamos de apuntar a la pantalla, nos quedamos vendidos. Es algo que puede pasar muy a menudo. Para intentar solucionarlo, hay un puntero (podemos desactivarlo en las opciones, pero no es recomendable) que se pasea por la pantalla indicando exactamente dónde estamos apuntando, con un problema: es posible que interfiera, pues aunque el diseño es diferente, su tamaño es similar al de la bola. Vamos, que nos puede confundir.
Seguramente habría sido interesante ofrecer otras opciones de control, como apostar por el mando en horizontal y centrar el control en la cruceta, o incluso introducir compatibilidad con el mando clásico de Wii y poder jugarlo con las palancas analógicas. El sistema de control por puntero tiene puntos a favor y en contra muy a considerar, por lo que cubrir otras opciones jugables habría ayudado a satisfacer mucho mejor al público potencial.
El elemento futbolístico de Soccer Bashi es bastante anecdótico, pues no han sabido explotarlo lo suficiente. En la zona superior de juego hay un pequeño hueco (la portería), que es protegida por una barra de seguridad. Si conseguimos colarle un gol, pasamos directamente a la siguiente fase. Sin embargo, la respuesta de esta barra defensiva es casi perfecta, haciendo muy difícil conseguir marcar un gol; casi no vale la pena ni planteárselo como una estrategia de juego, y dejar que, simplemente, suceda de casualidad si es que tiene que hacerlo.
El título permite que se sume un segundo jugador en modo cooperativo. Cada uno de nosotros controla una plataforma en la zona inferior de la pantalla, y el efecto que tiene es que, salvo si nuestro compañero de juego es un patán completo, el nivel de dificultad se vea reducido sustancialmente.
Otra opción de juego pasa por los torneos, que nos permite usar tanto los niveles del juego como niveles creados por nosotros, o bien que se seleccionen aleatoriamente entre todo el catálogo disponible. Podemos personalizar las rondas, y poco más, pero ofrece otra alternativa de juego, que es bienvenida.
En el aspecto técnico, para la propuesta jugable que hace Soccer Bashi, el título cumple suficientemente, pero sin alardes. Los fondos cambian en cada planeta del modo arcade, y la estética es simple pero eficiente, con toques robóticos. El tema futbolero en realidad es marginal: el fondo inicial, la pelota con la que jugamos, los efectos sonoros del rebote, y menús. Resulta forzado, pero tampoco juega en su contra. La música, por su parte, acompaña, y tiene toques electrónicos, pero no es precisamente prodigiosa.
Conclusiones
La fórmula Arkanoid/Breakout sigue funcionando y, de hecho, WiiWare ofrece varios títulos en esta línea. Soccer Bashi busca ofrecer algo propio, y su toque futbolero y las opciones de creación de niveles propios, son sus cartas de presentación. Tiene una buena cantidad de fases, y un precio atractivo, que bien pueden captar la atención de los jugadores, si buscan un juego en esta línea y quieren mantener el gasto bien controlado.