Análisis de MotoHeroz WiiW (Wii)

Uno de los mayores éxitos en Xbox Live Arcade es Trials HD, juego que sigue captando la atención del público pese a haberse lanzado en 2009. Y tres años es mucho para un videojuego. Sus creadores, RedLynx, apuestan ahora por WiiWare para lanzar su nuevo juego de motor, MotoHeroz, y podemos decir que han vuelto a lograrlo.

Los usuarios verán rápidamente que el juego es uno de los más caros disponibles en el catálogo de distribución digital para la consola de Nintendo sumando 1.500 puntos (esto es, 15 euros), el mismo precio que World of Goo, pero vale la pena. El precio, al fin y al cabo, no está lejos del rango de los juegos descargables de mayor presupuesto en otras plataformas, y a MotoHeroz le sobra calidad para justificar el desembolso, aunque comprendemos que puede causar algunas dudas en el comprador. Habrá suspicacias dado que hay un pack descargable (de pago) en marcha, pero promete añadir muchos más contenidos a un juego que, ya de por sí, y como veremos, viene muy cargado.

En este título conocemos a Gene McQuick, un novato en el campeonato mundial de Gema, planeta que alberga la competición más alocada del motor, con loops, saltos imposibles, teletransportadores y toda suerte de obstáculos aparentemente imposibles que recorrer a toda velocidad con nuestro vehículos. Al centrarse en Gene, un novato, los primeros niveles hacen las veces de tutorial.

El concepto básico es correr tan rápido como sea posible y controlar nuestro ángulo relativo con el suelo, sobre todo en los saltos más complicados, en un estilo de jugabilidad que se sitúa en la línea iniciada por clásicos como Excitebike o el siempre divertido Motocross Maniacs de Konami. De hecho, por sus piruetas imposibles está mucho más cerca del divertido clásico de NES y Game Boy firmado por Konami. Cuantas más piruetas hagamos más velocidad ganamos, pero al darnos un golpe perdemos toda esa velocidad adicional que hayamos ido acumulando.

Todo esto se logra a través de un sistema de física muy bien planteado convincente y uniforme, pero a disposición del concepto arcade que se plantea en el juego, lo que resulta en un título exigente que demanda mucha precisión al jugador según va progresando en los muchos circuitos que componen el universo de fantasía del título.

Manejar los coches con precisión para conseguir el impulso suficiente y luego aterrizar con éxito es una buena parte del diseño jugable, pero no la única. Sin embargo, lo cierto es que el título puede resultar un poco duro y exigente relativamente pronto, de manera que algunos usuarios pueden verse frustrados por los muchos trompicones y accidentes del coche que manejamos en las primeras partidas. Es necesario practicar y conseguir un buen dominio del vehículo para tener opciones reales de éxito, así que un poco de perseverancia vendrá bien en los primeros pasos con el juego. Y es que no se trata de una simple cuestión de una curva de dificultad bien ejecutada sino, más bien, de que muchos usuarios no estarán acostumbrados a esa relación entre velocidad y posición relativa con el suelo, lo que resultará en no saber cómo saltar con éxito.

Superados esos primeros pasos, descubrimos que el juego realmente demanda una precisión notable al usuario cuando ha avanzado un poco, sobre todo porque luego empiezan a incluirse elementos adicionales en el escenario, como potenciadores de diverso tipo, incluyendo los clásicos impulsos turbo, o hasta ruedas con pinchos que nos permiten -casi literalmente- trepar por cualquier superficie. Todo esto ayuda a introducir elementos adicionales que aportan variedad al desarrollo y contribuyen a que el modo para un jugador sea siempre entretenido y muy rejugable.

Con todo, la auténtica chicha está en el modo multijugador para hasta cuatro jugadores, momento en el que además de los obstáculos del camino habrá que tener en cuenta a los demás rivales, con los que nos chocaremos en una carrera muy alocada que resulta en partidas muy divertidas donde a veces hay algo de azar, pero casi siempre triunfa la habilidad de los jugadores, no solo a la hora de correr y saltar, sino también en lo referente a su capacidad para entorpecer a los demás. Si jugar solo es divertidísimo, hacerlo en grupo va mucho más allá de lo que el superlativo puede marcar.

El juego ofrece una cantidad bastante grande de circuitos (más de 70 niveles diferentes), pero si nos parece que se queda corto -como decíamos al principio- los usuarios podrán apostar por un pack adicional llamado MotoHeroz Party Pack, aunque por el momento no hay fecha de lanzamiento. Es una de esas situaciones en las que el contenido digital vale la pena, algo que no siempre se puede decir y nos hace tener esperanzas en packs adicionales que ayuden a que la vida del juego se vaya renovando ya que -esto hay que decirlo claramente- está más que claro que no se trata de un juego capado cuyo cacho retirado te vendan por separado: son nuevos contenidos de verdad.

Además, la rejugabilidad está garantizada ya de serie. Desde internet se descargan retos diarios que podemos superar que nos llegan propuestos desde la desarrolladora. Suponemos que en algún momento empezarán a repetirse, pero de momento resultan originales y entretenidos, además de muy retantes. Hay también tablas de puntuaciones en línea con récords mundiales y coches adicionales por desbloquear (cada uno con diferentes características), por lo que tenemos horas de diversión incuestionable mientras, además, recolectamos toso los objetos y espíritus que podremos encontrar repartidos por los niveles.

En el terreno visual, el juego resulta muy agradable de ver, con entornos que nos recuerdan en ocasiones al estilo visual de Donkey Kong Country Returns, es decir, jugando el estilo de renderizado de imagen de finales de los 90 sumando animaciones muy cuidadas en entornos coloridos que apuestan muchas veces por entornos clasicotes (jungla, hielo, volcanes…), pero otras por propuestas mucho más originales.

La música, por su parte, inyecta ritmo al juego, que es lo que uno busca en estas propuestas, por lo que todo funciona en un conjunto cohesionado que aporta un estilo muy agradable ya apropiado para MotoHeroz. Lo cierto, sin embargo, es que le falta variedad en este terreno, por lo que parece que volvemos a estar ante uno de esos casos en los que el limitado tamaño disponible para los juegos de WiiWare ha obligado a hacer algunos sacrificios y el audio ha sido la principal víctima.

Conclusiones

Carreras en escenarios imposibles, montones de poderes con efectos diferentes, y una jugabilidad exigente pero divertida. Muchos de estos rasgos son ya marca de la casa, RedLynx, y se nota al jugarlo. MotoHeroz es divertido y apasionante en todos sus frentes, lo que lo convierte en una opción muy interesante tanto para jugadores solitarios como para jugadores en grupo. Quizás pueda resultar un tanto complicado en los primeros compases para quienes no hayan jugado a los clásicos de los que bebe, pero una vez nos hemos hecho a sus requisitos, vamos conociendo los ítems y mejoras, y avanzamos en él, descubrimos un título exigente pero gratificante siempre listo para hacernos pasar unas buenas horas.