Análisis de Kirby's Adventure (Wii)

Dentro de la saga protagonizada por Kirby, la bola rosa más famosa del mundo de los videojuegos, podemos encontrar dos estilos bien diferenciados. Por una parte, tenemos juegos clásicos de plataformas de corte tradicional, mientras que por otro lado tenemos todo tipo de extraños experimentos y que paradójicamente han sido títulos de lo más destacados, como bien ha ocurrido dos veces este año con Kirby's Epic Yarn para Wii y con Kirby Mass Attack para Nintendo DS. A pesar de que sí que hemos recibido juegos al estilo clásico de la serie para diversas consolas portátiles, la verdad es que hace ya diez años que no hemos podido disfrutar de un título así en consolas de sobremesa, teniendo como último exponente al notable (aunque no brillante) Kirby 64: The Crystal Shards, lanzado en el 2001.

Por suerte eso va a cambiar gracias al lanzamiento de este Kirby's Adventure.

El hecho de que recupere el nombre de su mítica entrega para Nes no es algo fortuito, ya que nos encontramos con una aventura plataformera muy similar a esta, con todo lo que eso conlleva, tanto para bien como para mal.

¡Aspira, traga y copia!

En esta ocasión, la historia nos sitúa nuevamente en el planeta Pop, donde Kirby y sus amigos hacen su vida tranquilamente, hasta que de repente un portal dimensional se abre en el cielo y sale de él una nave espacial dañada que se estrella. Rápidamente, Kirby, Meta Knight, Waddle Dee y el Rey Dedede se dirigen al lugar del accidente, donde se encuentran con Maglor, un extraño ser de otro mundo, y deciden ayudarle a encontrar las piezas de la nave que se han desperdigado por todo el planeta para repararla y que pueda volver a su hogar.

Como podéis ver, la historia es tan simple como siempre, pero cumple su función de servir como excusa para adentrarnos en una nueva aventura e incluso se permite el lujo de dar un giro argumental en cierto momento. Pero si por algo es conocido Kirby, no es por tener grandes guiones, sino por la genial jugabilidad que ofrece y por todo el carisma, personalidad y encanto que desprenden sus juegos.

Para jugar, tendremos que coger el mando de Wii en posición horizontal, de forma que usemos la cruceta para movernos, el botón 1 para aspirar y el 2 para saltar. Sólo con eso ya nos bastará para realizar prácticamente todos los movimientos del juego. Decimos prácticamente porque en ocasiones tendremos que agitar el mando, como por ejemplo cuando intentemos absorber rocas pesadas.

La mecánica de su jugabilidad es bastante sencilla. Existen dos tipos de enemigos, los que nos dan poderes y los que no. Al aspirar a uno podemos escoger entre tragárnoslo pulsando abajo o escupirlo volviendo a pulsar 1. Si nos tragamos a uno que dé poderes, copiaremos sus habilidades, por lo que Kirby ganará nuevas movimientos que usaremos con el botón 1 y las distintas direcciones. En caso de que tengamos dudas sobre los movimientos que podemos realizar, en el menú de pausa podemos consultar rápidamente la lista de cómo hacerlos.

El control con estos poderes se ha mejorado incluyendo más movimientos a cada uno, haciéndolos muchos más versátiles y ágiles que nunca. En total hay 20 habilidades para copiar, aunque hay muy pocas que sean realmente nuevas, y de las viejas hay alguna que otra que se echa de menos, sobre todo cuando vemos a enemigos que en anteriores Kirbys nos daban poderes y aquí cuando nos los tragamos no nos dan nada.

Tampoco podemos olvidarnos de la capacidad de volar de nuestros personajes, ya que si pulsamos 2 en el aire nos volveremos a impulsar y podremos flotar, aunque si estamos transportando un objeto o tenemos algo en la boca no podremos hacerlo. Esta habilidad facilita bastante las cosas, al evitarnos caer por precipicios en un salto mal dado o sencillamente sortear enemigos en una sección plagada de ellos.

Y es que como viene siendo habitual en esta saga, volvemos a encontrarnos con una dificultad bastante baja, lo que lo hace ideal para los más pequeños de la casa y lo convierte en un juego muy familiar, disfrutable por todos los miembros de la familia. Por contra, para los jugadores más veteranos superar la aventura al 100% será poco más que un paseo por el campo. A medida que vayamos progresando, veremos que la dificultad es bastante suave. Así por ejemplo, será bastante complicado que perdamos alguna vida en los tres primeros mundos. A partir del cuarto notaremos un leve aumento en su dificultad, algo que será progresivo hasta el sexto y séptimo mundo, donde las cosas se complican bastante más y consiguen plantearnos algo de reto.

Hay que señalar, que una vez terminada la historia principal, se desbloqueará el modo Extra, donde nuestra vida quedará reducida a la mitad, los jefes son más duros y los escenarios contienen muchísimos más enemigos y de mayor tamaño, aunque hay que señalar que el diseño de niveles es el mismo, con los secretos escondidos en los mismos sitios. Este modo hará que los más veteranos disfruten mucho más del juego, aunque sólo lo consigue a medias, ya que el aumento de dificultad no quita que estemos repitiendo las mismas pantallas de nuevo, por lo que tenemos que criticar el hecho de que no se pueda seleccionar desde el principio.

En cuanto al diseño de niveles hay que decir que no es precisamente el más inspirado de la saga. Si bien son bastante largos y variados, y en la segunda mitad la cosa mejora bastante ya que todo se vuelve mucho más frenético, nos ha dado la impresión de que les ha faltado esa chispa de genialidad a la que nos tienen habituados. Creemos que esto se ha podido deber al desarrollo errático que ha tenido, ya que en principio estaba pensado para salir en Gamecube. En cada pantalla podremos recoger un número determinado de esferas de energía, que en principio se encuentran oculta, aunque la gran mayoría de ellas están escondidas de forma muy obvia y en muchas ocasiones hasta nos las encontraremos en mitad del camino principal, así que hacerse con ellas no supondrá mayores problemas.

En total hay 120 esferas y nos servirán para desbloquear todo tipo de extras, como unos geniales minijuegos especiales de lanzar shurikens o matar robots gigantes que nos obligarán a usar el mando de Wii en posición vertical, o diversos desafíos donde usando un poder determinado deberemos llegar a tiempo a la meta intentando conseguir la mayor puntuación posible para batir los récords establecidos.

Una de las pocas novedades que encontramos son las "super habilidades". En determinados momentos de ciertas pantallas encontraremos un enemigo que brilla. Si nos lo tragamos adquiriremos una super habilidad. Con ellas ganaremos un poder destructivo descomunal con el que arrasar con todo lo que haya en pantalla. Las secciones en las que usamos este tipo de poderes suelen ser bastante similares. En ellas hay oculta una entrada a un mundo en blanco y negro, donde tendremos que avanzar mientras el scroll del nivel nos persigue. Tras esto llegamos a un área con un minijefe que nos dará dos esferas de energía por derrotarle y hará que el mundo recupere su color.

La otra gran novedad que encontramos es la inclusión de un modo multijugador cooperativo para hasta cuatro jugadores, aunque ya se había visto esto antes en otros títulos de la saga, por lo que es difícil tomarlo como algo realmente novedoso. Los jugadores extras podrán escoger entre Meta Knight, Waddle Dee y el Rey Dedede. Los controles de cada uno son los mismos que los de Kirby con la espada, con lanza y con martillo respectivamente. Si lo preferimos, también podemos escoger entre ser un Kirby de otro color para poder aspirar y copiar. Aunque jugar con amigos es mucho más divertido que hacerlo sólo, el multijugador adolece de un par de problemas que le impiden ser todo lo bueno que debería.

El primero es la falta de opciones y acciones cooperativas. Las pocas que hay son completamente prescindibles y no ayudan en casi nada. La segunda es su sistema de reparto de vidas. En esta ocasión todos los jugadores comparten la misma cantidad de vidas. Al igual que en anteriores juegos de la serie, el jugador 1 será el que tenga la voz cantante y si muere él tocará volver al último punto de control, mientras que si muere el resto simplemente se descontará una vida de ese contador, lo que lo hace algo injusto para quien lleve el mando uno. Lo curioso es que en caso de llegar a 0 vidas, mientras no muera el jugador uno el resto podrá morir todo lo que quieran que tendrán vidas infinitas. Una decisión de diseño bastante cuestionable que probablemente se habría solucionado con un contador de vidas individual para cada personaje. Por pedir también habría sido un detalle la posibilidad de poderlo jugar online, ya que el multijugador es exclusivamente local.

Como se puede comprobar, las novedades incluidas son bastante escasas y se podría haber aspirado a bastante más, pero a pesar de que nos hubiera gustado que se hubieran arriesgado con más elementos nuevos, la verdad es que su jugabilidad mantiene toda la frescura y diversión de siempre, por lo que se nos hace difícil criticar realmente este punto, ya que las bases sobre las que se asienta siguen funcionando a las mil maravillas, consiguiendo engancharnos con suma facilidad. En cuanto a su duración, completar la primera vuelta con las 120 esferas de energía nos ha llevado unas 6 horas.

Simpleza y colorido visual

Como viene siendo habitual en casi todos los juegos protagonizados por esta carismática bola rosada, gráficamente nos encontramos con un título simple que no destaca especialmente, ni para bien ni para mal. Aunque lo que no se le puede negar es que mantiene todo el encanto de la serie a nivel artístico, como en su genial diseño de personajes o en lo variado de sus escenarios. Además, toda la aventura está salpicada por varios momentos visualmente brillantes. Como detalle mencionar que Kirby vuelve a hacer uso de una amplia gama de gorros para representar el poder que ha copiado.

No cabe duda de que nos encontramos ante un juego muy bonito y agradable para la vista, por mucho que no sea una bestia tecnológica que ponga en aprietos a los circuitos de la Wii. Aunque donde más destaca en este apartado es sin duda en las animaciones, muy fluidas y suaves, transmitiéndonos la sensación constante de estar viendo dibujos animados en movimiento.

En cuanto al apartado sonoro, volvemos a encontrarnos con un repertorio de sonidos clásicos y que los fans del personaje sabrán reconocer al instante, pues llevan oyéndolos desde Kirby's Dreamland de Game Boy, juego donde debutó el personaje por primera vez. Respecto a la banda sonora volvemos a encontrarnos melodías muy pegadizas y alegres, tanto clásicas como nuevas. Aunque nuestros temas favoritos son las nuevas versiones que se han hecho de los clásicos, probablemente motivado por el punto de nostalgia que suponen, es de decir que los de nuevo cuño no desmerecen tampoco, a pesar de que hay alguno que otro menos inspirado de lo normal.

Conclusiones

Kirby vuelve a sus raíces con un nuevo plataformas clásico que sabe cómo enganchar y divertir, especialmente a los más pequeños de la casa y a sus fans, que serán los que más disfruten de esta nueva entrega. Sin embargo, también adolece de ciertos problemas, como un multijugador algo desaprovechado, un diseño de niveles no tan bueno como era de esperar y la necesidad de tener que pasarnos el juego para poder acceder a un modo de dificultad que plantee algo de reto a los veteranos. A pesar de ello, su jugabilidad sigue siendo excelente y no son pocos los títulos que envidiarían lo bien que se ha mantenido con el paso de los años. Eso sí, esperamos que en futuras entregas los chicos de HAL Laboratory se arriesguen algo más y combinando esta jugabilidad de siempre con alguna novedad, nos traigan una nueva entrega de un nivel de calidad similar a lo que supuso para la saga el magnífico Kirby: El Laberinto de los Espejos.