Análisis de Inazuma Eleven Strikers (Wii)
Ha tardado en llegar a Europa, como todos los juegos de Inazuma Eleven, pero por fin ya tenemos aquí el primer título de la saga para consolas de sobremesa, en concreto para Wii. Tras haber disfrutado en Occidente de dos entregas para Nintendo DS –y otros títulos como Inazuma Eleven 3 e Inazuma Eleven GO, que todavía no han salido de Japón-, la serie en su paso a Wii cambia también de jugabilidad, y en vez de apostar por la genial mezcla de rol y fútbol que tan bien ha funcionado en Nintendo DS, ofrece algo ligeramente diferente.
Ahora controlamos a los jugadores directamente, podemos pasar, tirar, cambiar de jugador, esprintar, regatear, hay faltas, fueras de juego y penaltis, y en apariencia y en un primer contacto puede parecer un juego de fútbol más, con un control muy arcade. Pero en cuanto te sumerges en su propuesta descubres que jugando como a un juego de fútbol normal, intentando meter gol con un simple tiro, es imposible, y tienes que utilizar las supertécnicas, sobre lo que gira toda la jugabilidad.
Una vez tengas la Barra Inazuma llena podrás realizar una; si es en ataque realizando supertécnicas de disparo, o bien de regate, si estás en defensa supertécnicas de bloqueo. De esta manera puedes quitar el balón automáticamente a los rivales, irte de ellos con un espectacular regate sin que huelan el balón, o realizar un increíble disparo a puerta, que el portero para poder pararlo tendrá que realizar su correspondiente supertécnica de parada. Cuando dos supertécnicas se ven enfrentadas, una se impondrá a la otra en función del nivel, la potencia y la afinidad, entrando en juego el componente rolero.
En defensa podemos cargar con el cuerpo, realizar una sesgada e incluso ordenar a los compañeros que intenten cortar el paso al rival, no es demasiado difícil robar el balón, a no ser que el oponente esté realizando una supertécnica de regate, con lo que tendremos que atacarle con una de bloqueo. Cuando controlamos a un jugador vemos sus puntos Puntos de técnica –son los que se consumen cada vez que realizamos una supertécnica-, y la Barra Inazuma –tiene que estar llena para realizar una supertécnica-.
Hay más ingredientes en este peculiar cóctel futbolístico, como la fase de furor, una barra que se va rellenando y que cuando tienes completa y activas los jugadores corren más rápido y arrollan a cualquier rival que se encuentren en su camino. O las supertécnicas combinadas, en las que dos o tres jugadores unen sus fuerzas para realizar un tiro aún más poderoso. Todo suena muy bien y parece muy completo, pero la jugabilidad acaba siendo demasiado simple y repetitiva.
Hacer llegar el balón a los delanteros, realizar una supertécnica de tiro –más o menos potente dependiendo de cuánto tiempo dejemos pulsado el botón de disparo-, y esperar a que el portero no se pare nuestro espectacular lanzamiento. Si no hemos metido gol, a repetir el mismo proceso, hasta que el portero se quede si puntos de técnica suficientes y no pueda detener uno de nuestros disparos. Antes de los partidos podemos realizar la alineación, elegir a los jugadores clave, configurar la estrategia del equipo, seleccionar a los lanzadores, y hasta usar objetos, pero todo esto tiene poca influencia en el transcurrir del partido, todo se limita a realizar supertécnicas una y otra vez.
Se puede jugar solo con el mando de Wii, con el wiimote más el Nunchuk, o con un mando clásico, pero de cualquiera de las tres formas se juega bien, y eso que no usa pocos botones. El juego es entretenido pese a su jugabilidad un tanto limitada, incluso a veces emocionante con los rivales más duros, aunque también de ritmo un poco lento, con constantes paradas en el juego para mostrarnos las distintas secuencias animadas de los movimientos especiales. Pero su mayor punto flojo son los modos de juego, muy escasos y pobres, que no consiguen picarnos lo suficiente para jugar horas y horas.
Entendemos que Level-5 no haya querido ofrecer nuevamente un RPG en su paso a sobremesa, y en esta vertiente más arcade de la saga hayan tomado un camino distinto, más próximo a un juego de fútbol convencional en sus modos de juego, pero la falta de un elaborado modo carrera o historia acaba jugando y mucho en su contra. Podemos echar amistosos entre cuatro jugadores locales, jugar torneos con hasta ocho equipos, entretenernos con los cinco minijuegos para dos jugadores intentando sacar las mayores puntuaciones, o ponernos con el modo Club, el más importante aunque a todas luces insuficiente.
En este modo tienes que crear tu propio equipo, ponerle un nombre, jugar partidos para que tus jugadores mejoren, entrenar, e incluso realizar fichajes de futbolistas de otros equipos. Podemos jugar amistosos para fortalecer la amistad entre los jugadores, o bien disputar los desafíos, una ronda de partidos como si de un torneo se tratase. También hay una tienda donde comprar ítems que se puede usar durante los partidos, o nuevas equipaciones para los futbolistas. Se echan en falta ligas, torneos más elaborados, o desafíos que se salgan de la norma, todo es un tanto soso y poco trabajado, decepciona y mucho el que debería ser el modo estrella.
Los minijuegos son cinco sencillas pruebas que dentro del modo Club, a modo de entrenamientos, aumentan los lazos de amistad y los PT de los jugadores, aunque se pueden jugar fuera de este modo simplemente para divertirse y conseguir las mejores puntuaciones posibles. Siempre son para dos jugadores, en caso de que no tengamos un amigo cerca el segundo personaje lo manejará la consola. En uno tenemos que arrastrar una caravana aporreando botones, en otro golpear un neumático de manera sincronizada, hay una carrera de resistencia arrastrando un neumático, otro en el que hay que golpear un árbol con el balón sin dejarlo caer, y por último meter goles atados a una cuerda elástica. Son simpáticos y entretenidos, pero pocos y muy sencillos, y no nos entretendrán demasiado tiempo.
Como hemos dicho incluye multijugador local para cuatro jugadores, ya sea con dos jugadores en cada equipo o en una modalidad más original, en la que los jugadores pueden encarnar al entrenador dando órdenes a los jugadores, o ser el gerente, animando a los futbolistas para que realicen supertécnicas más potentes o crear zonas de recuperación en el campo, donde los jugadores restablecerán puntos PT y la Barra Inazuma. Se incluyen 150 jugadores, más de 200 supertécnicas, y 15 equipos, aunque todos no están desbloqueados desde el principio. Raimon, Royal Academy, Zeus, Raimon II, Caos, Academia Alius, Inazuma Japón, Neo Japón y Selección mundial, más otros secretos.
Lo que mejor consigue el juego es recrear lo que vemos en la serie de animación, gracias a sus gráficos cel shading y los espectaculares movimientos de los jugadores. A los que ya somos mayorcitos ya nos hubiera gustado tener en su día un juego tan fiel a la serie de animación de fútbol de moda por entonces, Campeones: Oliver y Benji -Captain Tsubasa-. Los niños que sean fans de la serie de televisión disfrutarán de lo lindo con el juego, no solo por sus gráficos, también por su sonido, con un excelente doblaje al castellano, con las voces de los jugadores y un comentarista narrando todo el partido con mucha simpatía.
Es cierto que tantas cinemáticas durante los partidos ralentizan mucho la acción, y estamos ante un juego sin demasiado ritmo. Pero la verdad es que estas secuencias son la gracia del título, emular lo que hemos visto en la serie de televisión o en los juegos de Nintendo DS pero con más espectacularidad. Suelen ser cortas, 4 o 5 segundos como mucho, pero son muy abundantes, y cuando ya has visto las mismas muchas veces, se empieza a hacer un poco pesado. Algo que creemos no molestará demasiado a los más pequeños de la casa, y sí a un jugador más talludito, un público al que no le recomendamos demasiado este título.
Un Inazuma Eleven más espectacular, pero menos divertido
En cuanto a gráficos y sonido, el salto de la saga a una consola de sobremesa es impecable, parece que estemos viendo uno de los capítulos de la serie de televisión, y da gusto ver los espectaculares tiros, regates y paradas. Pero en cuanto a la jugabilidad se refiere ha perdido toda la gracia de las entregas de Nintendo DS. No hay una historia y por tanto no hay exploración, diálogos, ni todo lo que le hacía un peculiar RPG de fútbol.
Ahora solo es un juego de fútbol, con algunos toques de RPG, con una jugabilidad muy sencilla y que se hace pronto repetitiva y monótona. Si hubiera tenido un modo carrera o historia, algo para motivar al jugador lo suficiente para seguir jugando, le hubiéramos perdona un poco más sus carencias jugables, pero es que en cuanto a modos de juego anda muy corto. Un título solo recomendable para los muy aficionados a la serie de animación, y estamos seguro que a los más pequeños de la casa les encantará y perdonarán sus carencias, difíciles de pasar por alto para un jugador más o menos experimentado.