Análisis de Cave Story WiiW (Wii, Nintendo 3DS, NDS)

El mundo del desarrollo independiente de videojuegos está copado de propuestas claramente retro, tanto por su línea estética como por su dificultad extrema. Ese toque de 8 bits permite explorar el pixel-art, pero también facilita algunas cosas, por supuesto. Pero lo cierto es que, en la mayoría de los casos, se percibe una profunda pasión, real y no impostada, por lo que eso representa.

A lo largo de los años, Daisuke Amaya, conocido en la Red como Pixel, se ha ido labrando todo un nombre, gracias a un proyecto que le llevó cinco años de su vida: Cave Story. Su fama creció, y empezó a ser traducido a múltiples idiomas, aunque sin duda alguna su paso por el inglés fue clave para su alcance a nivel mundial. Puede ser jugado hoy como título freeware en Windows, Linux y Mac, y es el resultado último de un largo proyecto que empezó en los años universitarios de Amaya.

Su adaptación a WiiWare (y DSiWare) ha corrido a cargo de Nicalis, una desarrolladora independiente, que nos ofrece su estilo visual clásico, pero también una revisión que lo sitúa en la esfera de la estética 16 bits, además de adaptar el control desde el teclado hasta el mando de la consola. Eso sí, en todo caso han contado con la colaboración y apoyo de Amaya, dando lugar a los rediseños de los personajes, mejorar la localización idiomática (pero se ofrece sólo en inglés, no hay textos en castellano), y aportando, asimismo, modos de juego adicionales. Sí, es una versión de pago, pero está claro que lo que ofrece bien vale la pena. Incluso podemos jugar como Curly Brace, algo anecdótico, pero lo cierto es que el protagonista del juego, Quote, tuvo ese nombre en las primeras fases de desarrollo del original.

Los puristas deben saber que el juego no pierde ni un ápice de su estilo y esencia en este cambio gráfico, pues lo cierto es que aunque se pierde cierta tosquedad gráfica característica de la estética de 8 bits, la evolución estética sigue siendo retro, y se ha hecho con mucho gusto para mantener el tono original. Lo mismo podemos decir de la banda sonora, que ha sido remezclada para la ocasión, por lo que suena mejor. Además, no nos engañemos: consigue que se vea mejor en la pantalla de nuestro televisor, y eso es algo que, en realidad, le gusta a todo el mundo. Y si no gusta, pues no pasa nada: el título original está incluido en toda su pureza.

Cave Story se sitúa en la línea de videojuegos al estilo Metroid, pudiendo jugarse, además, tanto con el mando remoto en posición horizontal, como con el mando clásico de la consola. El control conseguido da una sensación de suavidad y precisión que nos gusta más que la del teclado, la verdad, y ambas opciones de control dan buenos resultados, así que es más bien una cuestión de qué prefieres tener entre las manos.

El juego, en PC, es uno de esos difíciles títulos independientes, no demasiado largos, pero en los que cada minuto de experiencia jugable se corresponde con algo bien exprimido y medido, porque son juegos que surgen tanto de la pasión como de la necesidad de dejar bien claro de lo que se es capaz, y eso se centra en la calidad, una vez que los valores de producción que alcanzan las grandes compañías, que invierten millones de dólares, son inalcanzables.

En buena parte por eso, y por el gusto retro que sigue vivo en la estética nipona, Cave Story apuesta por una línea visual de 8 bits, un estilo que está muy de moda también en Occidente, tanto por reivindicaciones culturales de los que están ya en la treintena (o a sus puertas), como por productos meramente comerciales que buscan despertar la nostalgia. Megaman 9 y 10, sin ir más lejos, son claros ejemplos de esto. Pero, como decíamos, desde el menú del juego podemos apostar por su estilo de pixelación de 8 bits, o bien por gráficos rediseñados, aunque su salto es a unos tempranos 16 bits, manteniendo el símil temporal-tecnológico. Donde más se nota el cambio es en las ilustraciones de los personajes, cierto, pero aún así encontramos más recomendable apostar por los gráficos actualizados.

El apartado sonoro sigue la misma línea. La banda sonora original, con el inconfundible tono de los chips de sonido limitadísimos de la época 8 bits está presente, pero podemos escuchar también una revisión completa de la misma. En esta ocasión, sin embargo, apostamos por el estilo retro, ya que aunque no suena tan fino al oído, sí consideramos que las composiciones originales son más acertadas y acordes con la atmósfera y estilo de juego. No es que las nuevas melodías sean malas; de hecho, se adaptan muy bien, y tienen una gran calidad, pero quizás por costumbre seguimos prefiriendo la original. Como con los gráficos, es una decisión completamente personal, pero nosotros hemos disfrutado más con el aspecto visual nuevo y la banda sonora antigua.

Cave Story es un juego difícil, pero que ofrece varios niveles a escoger. De esta manera, lo cierto es que el nivel fácil cumple lo que promete, y salvo alguna muerte por torpeza en los primeros compases, luego está muy bien nivelado. A partir de ahí, los saltos son evidentes, y el nivel normal o difícil son más que recomendables para los jugadores que busquen un buen reto, o que ya hayan conocido el título en su encarnación previa y quieran algo más. Esto es interesante, porque convierte un juego que era conocido por su estilo tanto como por su dificultad en una experiencia mucho más accesible si así lo deseamos. La decisión es nuestra, y se agradece mucho. Como hay opción a guardar tres partidas diferentes, podemos tener la progresión en distintas dificultades en paralelo si así queremos.

El sistema de control no añade ninguna dificultad añadida, pues responde bien a la cruceta y los botones. El personaje tiene cierta inercia, y esa física peculiar en los saltos que era habitual hace 20 años. Responde rápido al salto y al disparo, mientras que cambiamos de arma con los botones A o B, que quedan situados en el centro del mando, uno por delante, y otro por detrás, más a la izquierda. Es cómodo y eficiente, algo importante porque aunque tenemos munición ilimitada en algunas armas, otras, mucho más poderosas, tienen munición escasa, y conviene reservarlas. Incluso en los combates contra los jefes es aconsejable disparar, cambiar, disparar, y volver a cambiar para causar el mayor daño posible con el menor gasto de munición posible, aprovechando al máximo sus rutinas de ataque. Como decíamos antes, la opción de usar el mando clásico o el mando de GameCube está presente, pero por comodidad y practicidad nosotros hemos optado por jugar en esta configuración del mando remoto en horizontal, y la experiencia ha sido sobresaliente.

Además del modo de juego principal, podemos desbloquear el modo de luchar contra los enemigos finales de manera directa (Boss Rush Mode), una suerte de modo supervivencia en el que con una única vida debemos eliminar a tantos mostrencos como sea posible. Hay también un modo contrarreloj, Sanctuary mode, ideal para controlar con precisión máxima en cuánto tiempo somos capaces de terminar el juego. Y, claro, como ya os hemos dicho antes, la posibilidad de jugar con otro personaje, Curly, aunque no aporta diferencias en el control.

Cave Story es un juego de acción y exploración al estilo Metroid, con evidentes influencias de rol, y amplias secciones de plataformeo que, además, se beneficia notablemente del rediseño en su curva de dificultad. Esta mezcla de géneros se ve potenciada por una trama que se narra in media res, sin que sepamos mucho de quién es el personaje que controlamos ni qué está pasando en realidad en este extraño mundo subterráneo (pero que, en realidad, es una isla flotante) habitado por seres que son conejos, llamados Mimigas. Tiene, además, importantes dosis de humor, pero el juego está sólo en inglés. No es que la historia sea clave, pero aporta un extra muy destacable, y algunas pistas es muy importante entenderlas para solventar los elementos de puzle del juego, y algunas partes de interacción con los personajes secundarios.

Conclusiones

Cave Story es uno de los bastiones de todo el mundo del desarrollo independiente de juegos, y su paso a Wii hace algo más que convertirlo en un título comercial por el que hay que pagar (mientras en ordenador es gratuito). De hecho, aunque el juego es en esencia el mismo, sus novedades bien valen el desembolso: gráficos y sonido revisados, un acertado sistema de dificultades, un buen control, y los extras son puntos atractivos para los jugadores novatos y los veteranos. Le falta algo de impacto visual, claro, pero es su opción estética, y como tal cumple con creces. Además, algunas decisiones que tomamos tienen cierto impacto en momentos posteriores, así que además tiene incentivos para la rejugabilidad.