Análisis de Sushi Striker: The Way of Sushido (Switch)

Cuando un juego te plantea un argumento tan loco y demencial como es el de liberar al mundo de un malvado imperio que ha prohibido el sushi, obligándonos a iniciar una revuelta popular a base de comer este suculento manjar en dosis industriales y lanzar platos como si de shurikens se tratasen para acabar con nuestros enemigos, no te queda más remedio que pararte y, como mínimo, prestarle un poco de atención para saciar tu curiosidad.

Esto es justo lo que nos ha pasado con Sushi Striker: The Way of Sushido, un divertidísimo juego de puzles con toques de rol que ya está entre nosotros tanto para Nintendo 3DS como para Nintendo Switch, convirtiéndose de este modo en una agradable sorpresa perfecta para disfrutar a lo largo de este verano que está a punto de empezar.

La Guerra del Sushi

Como acabamos de comentar, la historia de esta aventura nos lleva a encarnar a Musashi, un joven huérfano (o una, ya que nos permiten escoger su sexo al iniciar partida por primera vez) que acaba convirtiéndose en Lanzaplatos tras un encuentro predestinado, guerreros que combaten a sus enemigos comiendo sushi y apilando sus platos para lanzarlos posteriormente contra todo aquel que ose desafiarles.

A partir de aquí, comenzaremos una odisea bastante peculiar en la que nuestro objetivo será derrocar al Imperio que gobierna el mundo con mano de hierro y que monopoliza el sushi prohibiéndolo en todas las regiones que controla, dejando a la población sin la oportunidad de probar este delicioso plato japonés, toda una crueldad que, evidentemente, no podemos permitir, ya que no hay nada más importante y sagrado en esta vida que la libertad del sushi.

Con esta premisa os podéis hacer una buena idea de la locura de guion que nos ofrece, repleto de humor, situaciones absurdas y personajes a cada cual más extravagante. No hay ningún momento en el que se tome en serio y nunca pierde la oportunidad de parodiar los múltiples clichés que hemos visto en decenas de animes, algo que le sienta muy bien.

Gracias a esto, la historia siempre nos tendrá con una sonrisa en la cara y debido al buen ritmo que tiene y a lo ligero que se hace su desarrollo, con multitud de vídeos de animación de gran calidad intercalados entre los clásicos diálogos con ilustraciones estáticas, nunca llega a aburrir o molestar.

En lo puramente jugable tenemos un juego de puzles centrado en los combates contra otros jugadores o contra la IA, de modo que para alcanzar la victoria nos tocará reducir la barra de vida de nuestro rival a cero. ¿Y cómo hacemos esto? Muy fácil, enlazando platos de sushi de igual color para acumular pilas de los mismos y lanzarlas como potentes proyectiles que dañen a nuestro adversario.

Estos platos van apareciendo ante nosotros en tres cintas automáticas, más una cuarta que es compartida por ambos contendientes, y para poder enlazar unos con otros necesitaremos que no haya ningún otro de por medio, obligándonos a "zigzagear" por las cintas para poder apilar el mayor número de proyectiles posibles de una sola tacada.

Esto es muy importante, ya que solo tendremos siete segundos para enlazar platos cada vez (si nos pasamos de tiempo perderemos la jugada entera, así que toca estar atentos al sonido que nos indica cuando vamos a llegar al límite) y cuanto más grandes sean los montones, más daño harán cuando los lancemos, por lo que siempre aspiraremos a aprovechar cada movimiento al máximo.

Bajo esta sencilla propuesta, se esconde una profundidad de juego mayor de lo que podría aparentar, ya que existen multitud de pequeños detalles y mecánicas que tenemos que tener en cuenta. Por ejemplo, solo podemos tener un máximo de cinco montones acumulados en la mesa, de modo que si obtenemos uno más, lanzaremos el más antiguo de forma automática.

Además, si lanzamos de forma consecutiva pilas que sean del mismo color, estas harán combos y aumentarán su daño. Algo parecido ocurre si los platos que acumulamos son exactamente del mismo tipo de sushi, de modo que un montón que esté formado por platos únicamente de salmón será más efectivo que no que haya sido formado por diferentes variedades.

Tampoco podemos olvidarnos de los Festivales de Sushi, los cuales se producen cuando uno de los dos jugadores rellena su respectivo medidor, incrementando el daño de forma temporal y aumentando la calidad de los platos que podemos obtener, así como ofreciéndonos una mejor colocación de los mismos para que sean más fáciles de encadenar.

Todo esto quizá no suene muy complicado, pero os podemos asegurar que con la velocidad a la que se mueven las cintas y lo frenéticos que son los duelos, nos veremos obligados a actuar rápido y a pensar a una velocidad todavía mayor, poniendo constantemente a prueba tanto nuestros reflejos como nuestra agilidad mental.

Para complicarlo todo más todavía tenemos a los genios del sushi, unas criaturas que podemos coleccionar, entrenar y evolucionar. Nos permitirán "equiparnos" con hasta tres de ellas, las cuales definirán los platos de sushi que circularán por nuestras cintas (cuanto más nivel tengan, de más calidad serán y más daño realizarán cuando los lancemos), nuestro índice de defensa y las habilidades activas y pasivas de las que dispondremos durante la batalla. Para utilizar las primeras, necesitaremos recargar la barra de energía del genio en cuestión a base de comer, de modo que cuanto más útil sea, más nos costará rellenarla.

De esta forma, podremos personalizar nuestro estilo de juego, pudiendo centrarnos, por ejemplo, en habilidades que entorpezcan al rival o, en cambio, en darnos ventajas como un aumento de daño o convertir nuestro sushi en suculentos postres que recuperen nuestra vida. Hay un buen número de genios para conseguir, lo que se traduce en muchas posibles técnicas, algo que consigue darle cierta variedad a las batallas.

Pero la cosa no acaba aquí, ya que, al igual que estas criaturas, nuestro héroe o heroína también subirá de nivel para aumentar su vida máxima, y cuenta con la posibilidad de equiparse con diversos objetos que le ayuden a la hora de luchar.

Finalmente, tenemos que destacar la presencia en muchos duelos de las llamadas "cápsulas". Estas suelen aparecer en la cinta central (la que comparten ambos lanzaplatos) y para utilizarlas necesitaremos enlazar con ellas el número de platos que nos indiquen. Si conseguimos reclamarla, ganaremos algún tipo de ventaja, como rellenar nuestra barra de festival, regenerar la energía de los genios o incluso congelar a nuestro adversario para que no pueda hacer nada durante unos segundos.

Con esto se consigue que los momentos en los que aparece una cápsula en pantalla se produzca una lucha despiadada entre ambos contendientes para hacerse con ellas, lo que le da mucha emoción a los enfrentamientos más igualados. Ojo, también existen cápsulas especiales que pueden aparecer en nuestras cintas, como las de las bombas, las cuales nos harán daño si no las abrimos antes de que desaparezcan.

En general, Sushi Striker es un juego muy divertido y su fórmula jugable funciona bastante bien gracias a la cantidad de posibilidades de personalización que nos ofrece para desarrollar nuestras propias tácticas y estrategias, con batallas muy intensos, ágiles y desafiantes.

Sin embargo, no se libra de varios problemas. Uno de los más graves lo tenemos en los propios controles de la versión de Switch, que es la que hemos podido jugar para este análisis. El título nació como un proyecto para Nintendo 3DS (la única edición anunciada originalmente) y es algo que se nota demasiado, ya que su propuesta está totalmente pensada para controles táctiles con stylus en una pantalla relativamente pequeña.

Así pues, si queremos jugar en sobremesa nos tocará usar mando, algo que no se lo recomendamos a nadie, ya que tendremos que mover un cursor para seleccionar el plato que queremos empezar a encadenar. Si bien al principio esto es más o menos viable, a poco que las cosas se empiezan a complicar notaremos una falta de precisión y de velocidad de respuesta que nos arruinará por completo la experiencia.

Evidentemente, todo esto mejora muchísimo si jugamos en modo portátil con controles táctiles, aunque incluso así dista mucho de ser la opción ideal por varios motivos. Por un lado tenemos el propio peso de la consola, haciendo muy incómodo el sujetarla con una mano (cuya muñeca no debería tardar mucho en cansarse) para jugar con la otra, así que necesitaremos apoyarla de alguna manera (por ejemplo, sobre nuestras piernas estando sentados) para jugar con cierto nivel de confort.

Por otra parte, dependiendo de cómo la coloquéis y debido al tamaño de la pantalla, muchas veces tendremos que desplazar el dedo a ciertos puntos que harán que tapemos sin querer con nuestra propia mano una porción del terreno de juego, impidiéndonos ver los platos de sushi de la zona y, por lo tanto, pensar con antelación nuestras jugadas.

Pueden parecer unas apreciaciones algo tontas y extremadamente concretas, especialmente durante los primeros compases de la aventura, aunque a medida que progresamos y todo se va volviendo más exigente, estas carencias van quedando cada vez más en evidencia y pueden acabar por molestar más de lo deseable, como en los retos de ingenio.

La historia principal es bastante larga, con más de 140 fases obligatorias y otras muchas opcionales que nos tendrán entretenidos durante horas. Lo único negativo de todo esto es que hay muchísimos combates de puro relleno que son demasiado similares entre sí y que no aportan mucho más allá de ayudarnos a subir de nivel, por lo que hay tramos muy monótonos, por no hablar de los inevitables momentos en los que nos tocará pararnos a entrenar y mejorar a nuestro equipo para poder seguir avanzando con ciertas garantías.

A pesar de todo, el título es muy entretenido y ameno, cuenta con una gran cantidad de contenidos (si queremos hacerlo al 100%, cumpliendo todos los desafíos opcionales de cada fase, las pantallas secretas y sacando el máximo rango posible en cada duelo, tenéis juego para decenas de horas) y sabe rematar la jugada con un modo multijugador repleto de opciones para que podamos disfrutar de los diferentes tipos de enfrentamientos que iremos desbloqueando a lo largo de la historia (con cápsulas, sin ellas, con bombas, etcétera).

A nivel gráfico luce realmente bien sin necesidad de ser ningún portento técnico, algo que se consigue gracias a su encantador apartado artístico, con unos diseños de personajes muy llamativos y con personalidad. Aquí queremos destacar especialmente los vídeos de animación que nos narran la historia, de una calidad altísima.

En lo referente al sonido, la banda sonora nos ha gustado muchísimo y está repleta de temas muy movidos y desenfadados que animan a la perfección cada uno de nuestros duelos. Los efectos son variados y de calidad, y el doblaje en inglés nos ha parecido simplemente correcto, compaginando interpretaciones muy decentes con otras demasiado forzadas. La buena noticia es que los textos están fantásticamente traducidos al español, lo que realza todavía más el magnífico sentido del humor del que hace gala toda la obra.

Conclusiones

Sushi Striker: The Way of Sushido es una aventura de puzles y rol muy divertida y completa que ha conseguido que las horas se nos pasasen volando mientras lanzábamos platos, comíamos sushi como si no hubiese un mañana, entrenábamos a nuestros genios y disfrutábamos de su alocada historia.

Quizá no sea un juego perfecto, tal y como evidencian sus problemas de control en Nintendo Switch o la cantidad de monótonas batallas de relleno por las que tendremos que pasar, pero si te atraen este tipo de propuestas, dudamos que te vaya a decepcionar y estamos convencidos de que te va a dar muy buenos momentos junto a tu consola. Una compra muy recomendable y a tener en cuenta.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para Nintendo Switch que nos ha facilitado Nintendo.