Análisis Pepper Grinder, un divertido plataformas sepultado por su propia obsesión con la originalidad (Switch, PC)
Creado por un equipo de apenas tres personas, Pepper Grinder es la nueva apuesta de Devolver Digital por un género y formato que se le da especialmente bien editar: las aventuras de acción y plataformas en 2D. En los últimos años ha publicado varios títulos que no por haber pasado desapercibido son menos recomendables: Gunbrella, Olija... Todos introduciendo mecánicas originales que buscan darle un girito a una estructura muy anclada a lo tradicional.
Grácil excavación en 2D
Pepper Grinder es un juego que se basa en una mecánica aparentemente simple: el personaje principal, en un entorno de plataformas en dos dimensiones, utiliza un taladro para perforar diferentes terrenos. Sin embargo, este taladro no opera de manera lenta y pausada como en Minecraft o Steamworld Dig, sino que su acción es casi como sumergirse en el material, ya sea arena, roca o nieve. Esta dinámica genera un movimiento fluido y gratificante que influye en el diseño de niveles en su totalidad.
Con esta mecánica como base, el juego estructura su progreso en mundos y niveles, al estilo de Super Mario Bros., donde cada mundo presenta una temática específica tanto en ambientación como en jugabilidad. Por ejemplo, mientras que el primer mundo es más estándar, en el segundo se introducen agarres con gancho, y en el tercero, otros elementos nuevos que añaden cierto factor sorpresa muy agradable de experimentar.
El taladro más versátil
A medida que avanzas en el juego, te das cuenta de que Pepper Grinder busca constantemente formas de aprovechar su mecánica base para crear nuevas interacciones.
Por ejemplo, en ocasiones puedes conectar tu taladro a una ametralladora, convirtiendo el nivel en un shooter en dos dimensiones, o controlar un robot gigante que arrasa con todo a su paso.
Pese a la emoción inicial que estas ideas pueden generar, queda la sensación de que no se explora completamente la mecánica principal. Los momentos en los que puedes taladrar son breves y sirven más como burbujas de energía entre las secciones de plataformeo, lo que crea un desafío original pero limitado en su exploración. Además, ese cambio constante también medra de alguna manera en su ya de por sí extraño esquema de controles, dificultando el desarrollo de una memoria muscular inconsciente y gratificante.
Más no siempre es mejor
Nos da la sensación de que Pepper Grinder carece de cohesión en sus ideas, y ninguna de ellas termina de brillar por sí misma. La mecánica principal, aunque bien ejecutada, parece infrautilizada y constantemente eclipsada por nuevas mecánicas introducidas en cada nivel, las cuales tampoco terminan de encontrar el suficiente espacio y tiempo en el que brillar. En las alrededor de 4 horas que dura, Pepper Grinder no termina de hacer cuajar sus buenas ideas de diseño y se guarda los momentos más divertidos para los niveles desbloqueables, uno por cada uno de los cuatro mundos que hay.
A Pepper Grinder le falta convicción en su mecánica principal y confianza en su capacidad de proporcionar diversión. Los momentos de pura satisfacción con el movimiento y el taladro son escasos, y la falta de conexión entre niveles y mundos afecta la experiencia general. A pesar de eso, es capaz de ofrecer diversión y desafío, equilibrando la exigencia de sus niveles con la satisfacción del jugador.
Exigencia justa y buen apartado audiovisual
Tampoco cabe esperar aquí un plataformas de precisión al estilo Celeste, pero sí que hay momentos en los que se plantean situaciones que requieren más habilidad de la prevista en un primer momento. Esto añade cierta rejugabilidad a cada nivel, que ofrece desafíos de tiempo (hay un modo contrarreloj) y de coleccionables (con varias monedas escondidas en cada pantalla con las que se pueden comprar ítems de personalización y otros objetos).
Y en cuanto al apartado visual y sonoro, Pepper Grinder destaca con su pixel art de trazo relajado y animaciones detalladas. Sin embargo, la ya mencionada falta de cohesión en los niveles también afecta la experiencia estética: tan pronto pasamos de estar en una isla tropical que parece desprovista de civilización a desplazarnos por una red de metro abandonada; no es que esto medre demasiado en el conjunto, pero es una incongruencia que está presente. Por otro lado, tanto la música como los efectos de sonido complementan bien la experiencia y acaban por redondearla.
Conclusiones
A Pepper Grinder le juega en contra ese interés constante por refrescar su mecánica principal con nuevas ideas de diseño. Eso es algo que le honra, porque puede parecer que es una mecánica algo básica y simple, pero en realidad también denota cierta falta de confianza en la satisfacción que puede aportar. Cuando se utiliza de manera más libre y juguetona, el juego demuestra ser verdaderamente disfrutable y divertido. Sin embargo, al introducir novedades y adiciones, a veces se queda corto y otras veces no termina de cuajar completamente. Además, hay ciertos problemas con los esquemas de controles, que no favorecen la memoria muscular ni el comportamiento fluido del personaje. Dejando esto a un lado, es innegable que este nuevo juego es bastante divertido y disfrutable. Es una aventura que puede completarse en poco tiempo, sencilla pero con momentos de desafío, y presenta cierta rejugabilidad. El universo que plantea es atractivo, invitando a sumergirse en él con comodidad y apreciando la adorabilidad y gracia en el diseño de los personajes y la paleta de colores. Nos gustaría seguir viendo nuevos juegos basados en esta idea, con ideas más claras en el futuro y un enfoque más definido. Es una fórmula con mucho potencial, y esperemos que pueda seguir siendo explotada en el futuro.
Hemos realizado este análisis en Nintendo Switch con un código proporcionado por Cosmocover.