Análisis Miitopia, rol desenfadado para toda la familia (Switch)
Nintendo sigue apostando por llevar a Switch a muchos de sus juegos recreados para consolas anteriores. Y el más reciente en hacerlo es uno que a muchos les parece bastante inesperado, Miitopia, una obra aparecida en su día para Nintendo 3DS y que la Gran N ha querido convertir para su consola híbrida. Y no nos extraña demasiado dado lo bien que están funcionando en dicha máquina obras relativamente similares en algunos aspectos (tono familiar, simpatía, etc.) como Animal Crossing: New Horizons, por poner un buen ejemplo (lleva más de 30 millones de unidades vendidas). Un título muy familiar que posee una disposición jugable verdaderamente sencilla como vamos a comentar en un instante.
Una aventura rolera que acapara una historia simpaticona y entretenida, aunque desde luego tampoco es que sea de las más sesudas y complejas que hemos disfrutado nunca en un título de estas características. Resulta que el malvado Archimago ha robado todas las caras de los habitantes del mundo de Miitopia, por lo que nos toca tratar de recuperarlas, siendo necesario viajar a multitud de zonas diferentes que se encuentran repletas de enemigos y personajes secundarios.
Una excusa como otra cualquiera para exprimir al máximo el principal atractivo que alberga esta producción: la posibilidad de crear a todos los personajes que se dan cita en el juego (incluyendo al propio Archimago y a los personajes no controlables) mediante la herramienta de creación de Miis. Un editor que se ha visto bastante potenciado en relación a lo plasmado en el título original y que nos permite crear a personajes famosos de la Gran N (o del mundo de los videojuegos en general), futbolistas, vecinos y amigos cercanos, familiares, etc.
Rol para todos los públicos
La intención de los desarrolladores con Miitopia no es otra que la de crear un juego de rol más o menos tradicional que sirva como puerta de entrada para aquellos usuarios que reniegan del género por su complejidad, densidad y demás características habituales de los RPG. ¿Y cómo han encarado esto? Pues simplificando la inmensa mayoría de los aspectos que tienen que ver con este género y que han sido integrados en esta aventura, comenzando por ejemplo con el sistema de combates. Uno de los ingredientes fundamentales de este tipo de propuestas que ha sido bien representado… pero con algunos matices.
Dichas batallas tienen lugar por turnos, y durante las mismas es posible realizar las acciones propias del género… pero de manera mucho más limitada y, también, automatizada. De hecho y a pesar de que durante las mismas se dan cita varios personajes, en realidad nosotros solo controlamos y decidimos las maniobras de un protagonista, mientras que la propia consola se encarga de guiar las acciones que llevan a cabo el resto de nuestros compañeros. Lógicamente, esto despoja a los enfrentamientos de la profundidad y de la carga estratégica propia de los tradicionales combates por turnos, hecho que no gustará lo más mínimo a los jugadores asiduos al género de los RPG… pero, en cambio, los usuarios más novatos seguramente agradecerán bastante esta simplificación.
Un tratamiento similar ha recibido (en mayor o menor medida) el resto de los componentes básicos que dan forma a esta obra, comenzando por todo lo que tiene que ver con la interacción entre los personajes. Dichos Miis, los cuales por cierto pertenecen a una amplia cantidad de oficios (clérigo, científico, ladrón, cantante, etc.) que les proporcionan sus características básicas, pueden ir mejorando sus estadísticas y equipo a medida que progresamos. Y no solo eso, ya que también es muy necesario potenciar su afinidad. El lugar indicado para todo esto son las posadas, las cuales se encuentran justo después de cada fase y aportan bastante gracia al desarrollo del juego. ¿Y qué pasa con la exploración de los escenarios y la interacción con los NPCs? Pues que también está bien presente… pero, como ya imagináis, también se ha simplificado de manera significativa, como todos y cada uno de los elementos jugables que dan vida al título.
Todo esto da como resultado un juego indiscutiblemente entretenido, muy ameno y dotado de bastante sentido del humor, destacando una vez más la gran traducción de todos los textos a nuestro idioma, un elemento que Nintendo cuida mucho generalmente. Eso sí, está muy clara la orientación y el propósito que adquiere esta obra, por lo que los grandes conocedores del género del rol seguramente la encontrarán demasiado facilona y sencilla. Un juego que se mantiene muy fiel (demasiado) a lo registrado en la entrega para Nintendo 3DS, dado que más allá de la nueva disposición del editor de personajes que ya os hemos comentado y, también, de la integración de una mascota entrañable, un corcel, no hay mucho más que echarse a la boca en cuanto al listado de innovaciones introducidas se refiere. Y esto se extiende a su apartado gráfico, el cual resulta muy simpaticón y desenfadado pero no exprime en absoluto el potencial de la máquina, hasta el punto de que, incluso, en ocasiones sufre alguna que otra incomprensible bajada en la tasa de cuadros de animación que no afecta, por suerte, al desarrollo del mismo.
Rol suave y desenfadado
Está claro que no estamos ante el juego de rol más sesudo, complejo ni absorbente del mundo, más bien lo contrario. Pero esto es algo que se ha buscado y que se ha tenido en cuenta a la hora de concebir y moldear el título (tanto esta versión como, sobre todo, la original de Nintendo 3DS). Lo que pretende la Gran N con Miitopia es que aquellos usuarios que se sienten algo "intimidados" por todas las posibilidades, profundidad y complejidad en el mejor de los sentidos que suelen estar presentes en los juegos de rol tradicionales, se sientan más cómodos con un título de este estilo pero bastante más relajado. Evidentemente esto tiene sus consecuencias negativas, como una dinámica de juego más sosa y unos combates que son de todo menos tácticos. Pero también es verdad que otras de sus bondades, como la posibilidad de crear infinidad de personajes protagonistas gracias el editor Mii y la desbordante simpatía que rebosa el juego, compensan en parte dichos defectos.
Hemos realizado este análisis mediante un código enviado por Nintendo.