Análisis Horace, una aventura pixel art muy variada y original (Switch)
Los usuarios de PC suelen disfrutar con un mayor adelanto al resto de jugadores de ciertas producciones independientes que se dejan ver en las distintas tiendas online. Por desgracia no todas ellas reciben el apoyo y la dedicación que se merecen, y una de las últimas en representar esto que os explicamos es Horace. Editado hace más de un año por 505 Games, ahora le llega el turno a la consola de Nintendo de recibir esta excelente y brillante obra indie ideada casi exclusivamente por un autor, Paul Helman en este caso (con la ayuda de Sean Scaplehorn). Un título que según parece estuvo en desarrollo durante más de cinco años, una larga travesía que sin duda ha acabado dando como fruto un juego sobresaliente que no debería dejar pasar ningún usuario que se precie, sobre todo los amantes de las producciones de carácter retro.
Además es una de esas obras que comienza de manera algo lenta y tarda un tanto en enseñar sus mejores cartas, siendo justamente esto que os comentamos uno de los escasos defectos que podemos señalar acerca de ella. Pero vamos, que en cuanto superamos la primera hora de juego donde abundan los tutoriales, empezamos a atisbar todo lo bueno que nos ofrece esta producción, comenzando por su laboriosa y realmente magnífica narrativa. Choca bastante encontrar historias profundas y atractivas en este tipo de propuestas, y por eso mismo sorprende tanto descubrir un argumento tan profundo, sensacionalmente escrito y narrado de viva voz (en inglés con subtítulos en nuestro idioma) por el propio protagonista como el que acapara este título.
El robot Horace, dotado con inteligencia artificial muy avanzada y al que controlamos durante toda la aventura, nos va contando su experiencia personal a lo largo de los más de 20 capítulos de los que consta esta odisea. Un personaje que es acogido por una familia bastante particular, contando con todo lujo de detalles sus sensaciones al conocer a cada nuevo miembro de la misma, lo que opina sobre diversos temas como los videojuegos, la vida humana en general, etc. Una historia que tan pronto nos hace sonreír como, instantes después, nos sorprende con un giro argumental muy dramático.
Mucho más que recoger basura
Si os comentamos que el objetivo principal de nuestro robot consiste en recoger un millón de piezas de basura de los escenarios, seguramente muchos de vosotros pensaréis (y con toda la razón) que no es que sea la meta más llamativa que hayáis visto nunca en un juego. Pero tranquilos, porque este objetivo tan poco sugerente (a pesar de que es necesario llevarlo a cabo) es una mera excusa para disfrutar de unas mecánicas de juego que para sí quisieran muchos otros títulos de mayor presupuesto y entidad. Y es que si de algo puede presumir Horace es de integrar un sistema de juego tremendamente entretenido, variado y hasta sorprendente en más de una ocasión. Una jugabilidad que va ampliándose y haciéndose cada vez más interesante en cada nuevo episodio que acometemos.
Lo que de primeras da toda la impresión de ser un arcade de plataformas clásico de scroll lateral y jugabilidad en 2D con una fuerte carga narrativa, pronto se transforma en una aventura increíblemente diversa. De entrada, nuestro robot poco a poco va ganando nuevas aptitudes a medida que va encontrando (o le regalan) ciertos complementos como guantes, zapatos, sombreros y cosas parecidas. Y a esto se suman ciertas actualizaciones de su sistema operativo, que le permiten desempeñar nuevas acciones. Deambular por techos y paredes, transportar objetos pesados y mejoras similares nos permiten ir avanzando en un mundo que ha sido diseñado de forma excelente. Un mapeado que permite el backtrackeo constante, por lo que gran parte del encanto que posee esta aventura es su disposición en plan metroidvania.
Aun así, el título no se conforma solo con eso, para nada. Horace toma prestados multitud de elementos de otros títulos y estilos de juego diferentes. Y lo hace de una forma impecable y con la cohesión suficiente. Por citar varios ejemplos, los diversos combates contra jefes finales recuerdan en algunos casos a los mismos dispuestos en las máquinas recreativas de los 80 y 90, existen fases al más puro estilo Super Meat Boy (las cuales son increíblemente difíciles en los niveles finales), secciones en plan shooter horizontal, viajes en tren para desplazarnos de una zona a otra que nos han recordado a los mismos plasmados en Flashback… Y junto a esto también nos esperan otras sorpresas más, como una buena remesa de minijuegos de naturaleza coin op (con nombres tan curiosos como Dance Invaders, DayOff, Rhythm King, Meryl Streep Fighter II), con torneo final incluido. Un cóctel lúdico explosivo de más de 12-15 horas al que se unen innumerables guiños a series, películas y videojuegos clásicos, desde Superdetective en Hollywood a Friends o Out Run.
Por todo esto, Horace es una aventura que sabe cómo enganchar al jugador y le reta continuamente con nuevas mecánicas jugables. Una propuesta muy bien conducida por un argumento excelente y arropada por una factura audiovisual muy atractiva. La estética pixel art es muy preciosista y quitando algunos primeros planos algo "forzados" en nuestra opinión donde cuesta distinguir lo que se refleja en la imagen, el resto del juego es una auténtica delicia visual, al menos si te gusta ese tipo de estética retro. Personajes, fondos, colorido… Todo denota un esfuerzo y un gusto por el detalle encomiable. Y en cuanto a la parcela sonora, las melodías resultan muy apropiadas y se adaptan perfectamente a cada sección del juego, mientras que el doblaje en plan robótico puede hacerse algo monótono por cuestiones evidentes, pero a pesar de eso nos ha parecido muy convincente.
Una aventura inolvidable y emocionante
Son muchos los títulos de carácter independiente los que llegan al mercado cada año, pero precisamente por este hecho son realmente escasos aquellos que consiguen destacar. Paul Helman y su obra Horace es una de las mejores propuestas para Switch dentro de su género de cuantas han aterrizado esta temporada en la consola de Nintendo (lo hizo hace más de un año en PC). Horace es una magnífica aventura plataformera en 2D con trazas muy evidentes de metroidvania, un título sensacional que integra numerosos detalles, puzles, minijuegos, enfrentamientos contra jefes finales y todo lo que podáis imaginar. Una maravilla pixel art que, además, ha sido agraciada con una de las mejores narrativas que recordamos en un juego de esta misma índole, un guion muy trabajado que tan pronto nos hace sonreír como, instantes después, logra conmovernos por su dramatismo. Un título excelente y totalmente recomendable.
Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por 505 Games.