Análisis Figment 2: Creed Valley, aventuras y puzles dentro de la mente (Switch, Xbox One, Xbox Series X/S, PS5, PC)
Figment fue una aventura de acción y puzles –sobre todo esto último- estrenada en 2017 en la que explorábamos un mundo surrealista ambientado en una mente amenazada por pensamientos con forma de criaturas de pesadilla. Dusty, la antigua voz del valor, y su camarada Piper, iniciaron un viaje con el objetivo de restaurar el valor perdido. Pero la paz no es eterna y eso nos lleva a Figment 2: Creed Valley, una entrañable secuela a la que le pesa un poco su continuidad y la falta de ideas frescas.
Los entresijos de una mente confundida
De nuevo Dusty y su escudera Piper deben explorar lo más profundo de la mente humana para derrotar el caos provocado por unas pesadillas que han destruido la brújula moral. El problema viene por El Bufón, una criatura fiestera que altera la tranquilidad mental de nuestro protagonista, al que veremos de vez en cuando en unas secuencias tipo cómic no demasiado llamativas.
El desarrollo general de Figment 2 es bastante similar al de su predecesor, lo cual no es malo del todo –los grandes juegos suelen ser iteraciones de gameplay y conceptos ya conocidos- pero sin duda resta ese factor sorpresa del primero. La historia -¿vives para trabajar o trabajas para vivir?- tampoco transmite la misma emoción de Figment, pero por suerte la jugabilidad sí nos trae una entretenida aventura que destaca en los desafíos de ingenio.
Figment 2 nos vuelve a llevar a un mundo imaginativo con puzles y combates. Aunque la impresión inicial es que vamos a ver el mismo tipo de osbtáculos que ya vimos hace unos años, pronto empezaremos nuevas mecánicas que dan más variedad al tipo de gameplay, alguno por ejemplo con exploración del escenario para encontrar pruebas sobre un crimen. Casi ningún puzle es excesivamente complejo y en el peor de los casos se pueden superar con ensayo y error, pero no será lo normal, de hecho habrá quien prefiera algo más elaborado. Este es el eterno debate sobre el punto exacto del reto: ¿más dificultad equivale a más diversión? No necesariamente, y Bedtime Digital Games lo ha hecho más accesible que Figment a costa de contar con pocos puzles memorables.
Gran parte del tiempo lo pasaremos con puzles que nos piden cumplir tareas en un orden concreto, del estilo activar interruptores que activen ascensores o alguna plataforma móvil. Para dar otra vuelta de tuerca, en muchas pantallas podremos alternar entre las dos versiones de la mente, la abierta y cerrada, lo que modifica no solo la ambientación sino el recorrido y puntos de interacción. ¿Un camino bloqueado? Cambia de "mundo" y comprueba qué ha cambiado, seguro que ahí tienes la respuesta. Aunque no es demasiado original y cualquiera con un mínimo de experiencia conocerá la mecánica en sus muchas versiones, todavía da mucho juego en los rompecabezas con exploración.
A veces será necesario actuar contra las pesadillas con un estilo de combate simple de hack’n slash –estilo Zelda clásico o el más moderno Tunic-, que funciona sin hacer nada especial y no va más allá de esta base; ciertos enemigos se repiten demasiado y lo mejor que podemos contar de esta jugabilidad es que queda como algo secundario y para animar un poco más el desarrollo, pero se siente algo forzado y de lo que se podría prescindir: ¡no hay nada de malo en un juego exclusivamente de puzles! Por suerte de vez en cuando hay jefes y algunos están bien diseñados en cuanto a patrón de ataque, aunque de nuevo ninguno nos costará mucho. Esta acción ya era algo que sobraba un poco en Figment y nos ha extrañado que el equipo no se replantease su inclusión.
Mencionar que, aunque es un título diseñado para un jugador, da la oportunidad de disfrutarlo en cooperativo. Es casi anecdótico en cuanto al impacto en jugabilidad porque el jugador que maneja a Piper se limita a colaborar, pero nos ha gustado su inclusión: hace que Figment 2 pueda ser jugado en familia y eso siempre es un plus.
Una cuidada presentación, con algún punto mejorable
El precioso aspecto audiovisual de Figment 2 no se aleja mucho de Figment, e incluso lo mejora. Este mundo de la mente combina gráficos 2D con otros 3D para dar un aspecto único. Y no solo es bonito; el juego se basa mucho en la música y los ritmos sonoros, así que también destaca en la pegadiza banda sonora y las canciones de los jefes, que narran así sus motivaciones.
Lo hemos jugado en Nintendo Switch y tenemos que mencionar un fallo visible de esta versión, su injustificable mal rendimiento. La mayor parte de la partida funciona por debajo de los 30 fps, así que el gameplay está plagado de tirones y nula fluidez, y es algo constante en pantallas prácticamente vacías, no hablamos de ralentizaciones puntuales por la presencia de un efecto o un enemigo de gran tamaño. Obviamente no es una cuestión de potencia de la consola híbrida sino de una mala optimización y probablemente tendrá solución con parches, pero esta es la impresión que hemos tenido con el juego ya a la venta. Recomendamos otras versiones o esperar a parches de estabilidad.
Conclusiones
Figment 2 no te llevará demasiado tiempo –unas cinco horas- y la sensación es que salvo la ambientación, poco ha mejorado respecto al original. Nos siguen sobrando las zonas de acción y no hay ese pulido que uno espera de una secuela. Advertir, en el caso específico de Nintendo Switch, que a falta de alguna actualización que mejore el rendimiento de manera importante esta versión rinde por debajo de lo que se puede esperar de un lanzamiento técnicamente modesto.
Todas estas pegas no lo convierten en un mal juego, al contrario, es bastante simpático y va a encantar a los fans del primero –no es necesario jugarlo, por si alguien se lo pregunta- o todo aquel interesado en una aventura ligera sin más pretensiones que pasar un buen rato en un mundo imaginativo, pero es una pena que desaproveche esta oportunidad para extraer todo el potencial que hay detrás.
Hemos realizado este análisis en su versión de Nintendo Switch con un código que nos ha proporcionado ICO Partners.