Análisis Cotton Reboot, un genial matamarcianos de la vieja escuela (Switch, PS4)

Para los que disfrutamos mucho con los shoot'em up de toda la vida (los mata-mata o mata-marcianos, vaya), cada vez que llega un nuevo título perteneciente a ese mismo género en los tiempos que corren, nos llevamos una alegría considerable. Y más cuando dicha producción pertenece a una saga relativamente conocida (aunque en este caso y en nuestro territorio es muy nicho) y, lo más importante, cuando posee un nivel de calidad más que notable. Cotton Reboot aterriza en Switch y PS4 de la mano de ININ Games sin levantar apenas ruido (reconocemos que a nosotros su lanzamiento nos ha pillado bastante por sorpresa), pero atesorando unos niveles de diversión muy elevados y una factura técnica y sonora magnífica.

Catalogado en su día como uno de los primeros títulos pertenecientes al subgénero de los cute’em up (un estilo al que también pertenecen otros tan conocidos como las sagas Parodius y TwinBee de Konami), es decir, shooters dotados de líneas estéticas rebosantes de alegría, personajes alocados y colores chillones, Cotton: Fantastic Night Dreams fue todo un Mega-Hit en Japón. Aparecido en recreativas y más tarde trasladado a otros sistemas como el maravilloso (e inédito fuera de tierras niponas) Sharp X68000, su excitante jugabilidad y más que atractivo apartado audiovisual conquistaron los corazones de miles de usuarios nipones. Una obra que acaba de ser revitalizada hasta limites extremos gracias a Beep e ININ Games.

Disparos y festival multicolor

Lo primero que tenemos que comentar es que estamos ante un pack que incluye tanto el título original (en su versión para el mencionado X68000) como una edición Arrange que respeta los niveles y la jugabilidad básica de dicha producción… pero, a su vez, también integra varias innovaciones jugables y un apartado gráfico muy mejorado. Dos títulos que, como vamos a ver a continuación, poseen el suficiente empaque y características únicas que son capaces de ofrecer dos experiencias de juego claramente diferenciadas. La base es la misma, al igual que el desarrollo de los niveles y su disposición (enemigos finales, extensión, diseño, etc.), pero ciertos cambios establecidos en la versión moderna cambian de manera sensible parte de su jugabilidad primigenia.

El título original de 1991 es un shooter de scroll lateral que está protagonizado por una brujita llamada Cotton. Un personaje bastante carismático que sobrevuela los fondos subida a su escoba mágica en compañía de su inseparable hada Silk, la cual viene a ser un power up que nos ayuda a dar cera a los adversarios. Decenas de ellos nos atacan en cada una de las seis fases principales (sin contar el apoteósico enfrentamiento final) de las que consta el título. Unos niveles bien diseñados y de un tamaño respetable que vienen a ser como una especie de reinos de fantasía poblados por criaturas de todo tipo que varían en función del propio nivel. Y al final de los mismos nos aguarda un jefe final que, como suele ser habitual, goza de un tamaño desproporcionado y una resistencia y capacidad de ataque considerable.

El desarrollo de cada fase es un frenesí de disparos en los que, con frecuencia, la pantalla de inunda de rivales y proyectiles en plan bullet hell, pudiendo ir potenciando el disparo principal de la protagonista así como usar diferentes magias que actúan como ataques especiales o ítems defensivos. Y aquí justamente interviene la principal característica que acapara este shooter. Siguiendo la mecánica jugable dispuesta en el clásico de Konami TwinBee en esta misma faceta (pero sustituyendo las campanas por cristales), a medida que progresamos van apareciendo unos cristales que actúan como potenciadores y, en función de su color, nos premian con unas mejoras u otras. Y para cambiar dicho color es preciso dispararles, una tarea que tiene su miga dado que la gravedad hace que se precipiten rápidamente hacia la parte inferior de la pantalla, por lo que tenemos solo unos instantes para acertarles y hacer que "floten" mientras cambian de tonalidad.

Una característica que añade mucha gracia al asunto y que, evidentemente, ha sido mantenida en la versión moderna… pero con algunos matices importantes. Además de introducirse un par de nuevos colores (verde y morado) que otorgan nuevos ataques especiales a la protagonista, en esta versión los cristales no se precipitan hacia la parte inferior de la pantalla, sino que permanecen estáticos. Otra innovación es el medidor Fever que aparece en la parte inferior de la pantalla y que, una vez activado, nos permite multiplicar nuestra puntuación para tratar de alcanzar el mejor High Score posible, una de las características más definitorias del género. Y como es posible comparar nuestras puntuaciones con las del resto de usuarios, esto aporta bastante vidilla al título, como también sucede con el modo adicional Time Attack.

Lo cierto es que dichos cambios introducidos, así como el ritmo más acelerado al que transcurre la acción en la versión Arrange, hacen de una y otra edición dos experiencias claramente diferenciadas como ya os hemos comentado hace un momento. Y dada la inherente rejugabilidad que poseen la inmensa mayoría de los shooters de toda la vida, la escasa media hora en la que es posible superar cada uno de los títulos multiplica su vida útil de manera impactante. Y este mismo calificativo es el que podemos emplear para adjetivar lo que los desarrolladores han realizado con la versión moderna de este juego. Si ya cuesta creer que el original tenga a sus espaldas tres décadas por lo bien que ha envejecido en materia técnica, el espectáculo que nos depara el Arrange Mode es algo increíble. Pocos títulos de su estilo pueden competir contra esta obra en materia gráfica sin acabar con el rabo entre las piernas. Gloria gráfica que ha sido aderezada por una banda sonora remezclada sobresaliente y efectos muy bien realizados. Y por si fuera poco, se han incluido voces (con subtítulos solo en inglés y francés) durante las curiosas escenas que se dejan ver entre fase y fase.

Disparos clásicos muy disfrutables

Aquellos que no conozcan la franquicia de Success deberían dar una oportunidad a este sensacional cute’em up porque es una auténtica delicia visual y jugable. Dos títulos que a pesar de ser iguales en la inmensa mayoría de sus aspectos, lo cierto es que poseen las suficientes diferencias como para que puedan ser considerados casi como dos experiencias únicas. Un pack que goza de una jugabilidad irresistible a poco que te gusten este tipo de producciones y que ha sido aderezado en su versión moderna con un aspecto visual que lo sitúa en la cúspide de este tipo de producciones recientes en esa misma faceta. En definitiva, Cotton Reboot es un juego altamente recomendable.

Hemos realizado este análisis en su versión de Switch con un código proporcionado por PR Hound.