Análisis de Knytt Underground PSN (PSVITA, PS3)
Los videojuegos independientes suelen, en muchísimos casos, distinguirse por un particular aspecto gráfico, un diseño atrevido y/o muy personal que los hace fácil de diferenciar de la mayoría de las obras de otros estudios más consolidados. Apoyados por un fortísimo aspecto jugable, los títulos independientes que más éxito han cosechado en los últimos años derrochan una personalidad abrumadora, y sería posible reconocerlos con tan sólo ver un fragmento de una captura de pantalla. Pensad en Braid, Limbo o Fez, algunas de las maravillas independientes de las plataformas que han destacado este año. Puede gustar más o menos, pero su diseño es una seña de identidad que, de algún modo, invita a jugarlo.
Bien, esto es lo que falla en Knytt Underground. Lo destacamos desde el primer instante porque no queremos que su estilo visual os eche para atrás. Detrás de un estilo visual un tanto particular y un diseño de personajes que deja muchísimo –pero muchísimo– que desear se esconde un juego de plataformas interesante, que merece una oportunidad. Tras esta mejorable apariencia se esconde un juego de plataformas bidimensional, basado en la búsqueda de objetos y que seguro que atrapará a los aficionados de los títulos más clásicos.
Una particular historia
Empezamos encarnando una joven protagonista que se despierta sin saber quién es. Ha perdido totalmente la memoria, y se encuentra perdida en un lugar que ni conoce ni reconoce. La cosa se complica cuando descubrimos que junto con nuestra memoria hemos perdido nuestra voz, lo que servirá para dar interés a la historia. Así comienza nuestro periplo jugable, en el que tendremos que recorrer amplios escenarios divididos en "cuadrículas" (es decir, no hay desplazamiento lateral de la cámara, sino que cambiamos de pantalla al llegar a un lateral, como en el The Legend of Zelda original), con un útil mapa que se irá completando de manera automática según progresamos.
La historia se va relatando a través de distintos y variados diálogos escritos, ya que no hay voces, pero muy bien traducidos al castellano y con un punto de humor digno de agradecer. Poco a poco comenzará a progresar el argumento mientras vamos encontrándonos con distintos tipos de seres, como hadas o duendes, y todo se vuelve más enrevesado de una manera un tanto surrealista. No sólo se complicará el argumento, sino la jugabilidad, ya que según avanzamos obtendremos nuevas habilidades que serán necesarias para progresar por el amplio mapa de Knytt Underground.
Un breve periodo de adaptación
Knytt Underground comienza con un "menú jugable" –es decir, en el que caminamos hacia las opciones, algo similar al visto en el ya mencionado Braid– que nos servirá para adaptarnos al particular control del personaje protagonista. Es un control "frenético", es decir, reacciona a nuestras órdenes muy rápido y se mueve aun más rápido, algo similar a Super Meat Boy. Tenemos la posibilidad de trepar por todas las paredes verticales, saltar y "volar" con distintos potenciadores que encontramos repartidos por los escenarios. Se mezcla así habilidad y puzles, creando situaciones en las que tendremos que apurar al máximo nuestros saltos y utilizar sabiamente estos ‘power-ups’ de un sólo uso.
Os recomendemos, si no queréis que os destripemos las sorpresas, obviar este párrafo. Y es que tras el primer capítulo, comenzaremos a controlar a una pelota. La pelota, también muda, cambia por completo el estilo de juego llevándonos a base de botes por los escenarios. Tenemos la posibilidad de ahora de controlar si botar más o menos alto, pero nunca dejaremos de botar y el control será igual de frenético que con la otra protagonista. Esto hace también que cambie la manera en la que miramos los escenarios, y dar un giro casi de 180 grados una vez nos habíamos acostumbrado a su jugabilidad. Y por si esto fuera poco, una vez hemos completado el segundo capítulo, nos encontramos con un tercero en el que ambos protagonistas combinan sus habilidades, permitiéndonos –y obligándonos– a llegar a nuevas zonas inexploradas hasta el momento.
En general, tras adaptarnos a las exigencias del control que mencionamos, el juego responde muy bien. Se ha facilitado el trepar por los escenarios, permitiendo saltar cuando estamos agarrados a una pared únicamente con el stick, mientras que si estamos de pie en el suelo tendremos que recurrir a la X para el salto. Knytt Underground responde muy bien tanto en PlayStation 3 como en PlayStation Vita, siendo compatible con la compra cruzada y con las partidas guardadas en la nube, ofreciéndonos la posibilidad subir la partida de manera manual, algo muy útil si queremos hacer un cambio rápido de plataforma. De igual modo, desbloquea los trofeos en ambas consolas, unos trofeos, dicho sea de paso, poco tradicionales y bastante complejos de conseguir, si bien nos dan pistas sobre cómo desbloquearlos.
El diseño
Aunque podéis juzgar vosotros mismos viendo las pantallas que acompañan este análisis, es como mezclar Limbo con fondos hechos con fotografías. Esto hace que Knytt Underground muestre un cierto atractivo que se desvanece con los personajes. Son, fácilmente, las criaturas más feas y con menos personalidad que hemos visto en mucho tiempo en un videojuego. El carisma es tan inexistente como las animaciones, y de no ser porque los textos son interesantes e innecesarios, os pediríamos que adelantaseis rápidamente cada diálogo para acabar con el suplicio de verlos. El icono del juego en el menú de la consola nos quita las ganas de jugar, y ver al personaje moverse de una incompresiblemente tosca nos tira para atrás, pero una vez superado el impacto –que volvemos a sentir con cada nuevo personaje que conocemos– podremos disfrutar de lo que de verdad oculta. Como decimos, los escenarios llegarán a sorprendernos, ya que están generalmente bien diseñados y algunos incluso llegan a ser bonitos.
Musicalmente sí que sobresale mucho más, con composiciones que buscan ambientar la experiencia y destacar sólo en el momento grave. Recurre a muchas notas graves, que con un buen equipo de sonido hacen vibrar la habitación y crean una mayor inmersión en el juego. Los efectos sonoros son prácticamente nulos, pero están cuando se les necesita. La experiencia acústica es muchísimo mejor que la visual, y es una pena, porque de poder haber trabajado con un mejor equipo de diseño Knytt Underground podría haber conseguido un mejor conjunto audiovisual y atraer al público que no conoce la obra.
Sólido y satisfactorio
Como decimos, el mayor problema que tiene Knytt Underground es que es que sus personajes son feos con ansias. Como juego, estamos frente a un título sólido y muy satisfactorio, que sabe organizar su presentación para allanar el terreno para el jugador. Sus dos primeros episodios funcionan a modo de "macrotutorial" para las sorpresas que nos esperan después. Los desafíos están generalmente claros, y si no lo estuviesen, simplemente consultando el mapa (de muy fácil acceso, con tal sólo pulsar el círculo) sabremos rápidamente, si no qué tenemos que hacer, al menos a dónde tenemos o podemos ir.
También tenemos un inventario en el que consultar qué tenemos y si ya hemos cumplido algunas de las misiones que nos han mandado –que serán, una vez más, recoger más objetos–. La curva de dificultad está muy bien adaptada, y si bien es cierto que al final podría volverse un poco caótico, Knytt Underground sabe a grandes rasgos guiar al jugador por los distintos problemas a los que tendrá que enfrentarse. No podemos concluir sin quejarnos del sistema de guardado. Los checkpoints o puntos de control están repartidos por el escenario, y no podemos guardar nuestros progresos hasta que no lleguemos a uno de ellos. Hay bastantes (sesenta en total), pero consideramos que un juego disponible para una consola portátil como PS Vita tendría que permitir guardar en cualquier momento, o al menos de manera automáticamente cada cierto tiempo, sencillamente para adaptarse a la naturaleza de la consola.
La belleza está en el interior
Tras un envoltorio bastante mejorable se encuentra un regalo (en el caso de los miembros de PlayStation Plus) que bien merece una oportunidad. Knytt Underground es un juego sorprendentemente adictivo y bien construido que por desgracia se apoya en un aspecto artístico que hará que muchos pasen directamente de él sin ni siquiera probarlo. Sabemos que con la cantidad de juegos que entran por los ojos es muy difícil abrirse hueco en una PlayStation Store repleta de grandísimos títulos, pero esta propuesta bien se merece nuestra confianza.
Knytt Underground combina puzles, plataformas y exploración de manera muy satisfactoria, y una vez dominemos su rapidísimo control nos haremos fácilmente con su jugabilidad. Compatible además con PlayStation 3 y PlayStation Vita –tanto la compra cruzada como el guardado en la nube–, este título independiente no es ninguna obra maestra atemporal, pero sí un juego que sabrá satisfacer a los que apuesten por él y descubran su esencia. Largo, bien planteado y con varios secretos por descubrir, Knytt Underground se las arreglará para mantenernos un rato frente a la pantalla.