Análisis de Disgaea 3: Absence of Detention (PSVITA)

No somos muy amigos de las conversiones a portátil de juegos ya lanzados en consola doméstica, pero hay casos en los que hacemos alguna excepción. Algunos de estos ejemplos son Rayman Origins o el juego que nos ocupa, Disgaea 3: Absence of Detention, que de alguna forma parece que encajan mejor en el concepto de portátil que en el de una consola doméstica en una gran pantalla. Esto por supuesto no es incompatible con que Disgaea 4 para PlayStation 3 haya sido uno de nuestros juegos favoritos del año pasado, especialmente desde que se renovaron sus gráficos 2D para ser más nítidos que nunca.

Disgaea 3: Absence of Detention es una adaptación de Disgaea 3: Absence of Justice, de PS3. No es el mejor capítulo dentro de la saga, pero aun así es una compra obligada para cualquier aficionado al rol estratégico. No entraremos en grandes detalles, pues a grandes rasgos es el mismo juego de Nippon Ichi en 2008, por lo que recomendamos la lectura de su análisis para mayor profundidad en algunos aspectos. Lo que sí ha hecho el estudio desarrollador es pulir algunos aspectos, añadir el contenido que se lanzó como descargable, añadir cameos de Disgaea 4 y utilizar funciones exclusivas de PS Vita, que hacen de esta la versión definitiva del título aunque el núcleo central sigue siendo el mismo de hace cuatro años.

Disgaea 3 nos presenta a Mao, un joven estudiante que dice tener un altísimo cociente intelectual, que un día decide convertirse en héroe. Esto choca un poco con su estilo de vida, ya que es un habitante del Netherworld, y además supone enfrentarse a su padre, el cual ha cometido la gran osadía de estropear partidas de videojuegos con 4 millones de horas acumuladas –¡para que luego te quejes cuando pierdes tú las tuyas!-. Mao no tiene mucha idea de lo que son estos personajes que tanto admira, pero sí que se guían por el amor y la justicia –palabras que tampoco entiende-.

Un delirante argumento que se va enredando con la entrada de esos personajes secundarios que siempre han sido un gran ingrediente en los Disgaea, como una delincuente y sus amigas o un héroe del que Mao querrá aprender. Una historia que en este juego optaba por una temática estudiantil y aparentemente menos adulta que en anteriores juegos, aunque con la ya misma barrera idiomática de otras ocasiones: textos en inglés, voces en inglés o japonés. La historia es un punto fuerte del juego –aunque tarda en arrancar- y es una pena que algunos jugadores no puedan disfrutar de ella con todo lujo de detalles.

Aunque el juego recibe con el obligado tutorial para dar a conocer las normas típicas del género, como el movimiento por turnos en las casillas, las formaciones para ataques conjuntos, los combos, y las no tan típicas fuera de Disgaea como los geocubos, hay que reconocer que tras esa colorida, graciosa y divertida imagen se esconde un juego tremendamente profundo, complejo de dominar. Diferentes alturas, posibilidad de lanzar a compañeros y bloques a larga distancia, tiendas de armas y protecciones, compra de nuevas habilidades y dos opciones tan complejas como interesantes, el Item World y The Class World con los que mejorar parámetros en batallas generadas aleatoriamente, opcionales pero recomendables cuando la dificultad tiene algún pico insuperable. En algunos momentos da la sensación de que NIS se olvida un poco de facilitar la entrada en sus juegos a nuevos usuarios, y la curva de aprendizaje se hace un poco empinada si es tu primer Disgaea.

Además de toda la parte habitual del sistema de batalla en los mapas, otra característica de Disgaea 3 son las aulas de la academia, donde colocamos a los personajes en pupitres para mejorar su relación con compañeros consiguiendo habilidades conjuntas y formando grupos para que se protejan entre ellos o repartir la experiencia. Esto suele estar presente en la saga cambiando la representación del lugar, así por ejemplo en Disgaea 4 evolucionó a un mapa llamado Cam-Pain debido al tema político del argumento pero que en esencia tenía la misma utilidad. Y lo que en otros juegos se hacía mediante votación en Congreso, aquí el cambio de normas –como en el reparto de puntos, mejores objetos en tiendas o creación de nuevas clases de personaje- también se realiza en el aula.

Se trata de un juego exigente, que consumirá decenas de horas entre la historia principal –unas 30- y todo el contenido extra –aquí puedes dedicarte durante centenares de horas-. ¡Quizás demasiadas! O lo que es lo mismo, es uno de esos juegos que no podrás jugar en breves sesiones, ya que algunas batallas tienen una duración importante. O por ejemplo, entrar en el Item World supone que sólo podrás escapar de la zona en el piso diez –o con un objeto especial-, algo que inclina más Disgaea 3 para ser jugado con tranquilidad. Por suerte, existe la posibilidad de dejar Vita en "stand by" sin apagarla totalmente en caso de necesidad. Por lo demás, no hay grandes novedades en la jugabilidad frente a otros Disgaea, pero es complejo de dominar y siempre encontrarás una batalla a tu altura. El argumento y lo bien medida que está toda la mecánica siempre te anima a continuar tras una dolorosa derrota. Es lo que tienen los buenos juegos.

Meter Disgaea 3 de Blu Ray en la tarjeta de memoria –o en descarga, si así lo prefieres- para PS Vita, incluso con el contenido descargable ya en él –con más personajes-, habría sido un trabajo demasiado vago aunque aceptable si no dispones de la versión original. Pero se han incluido unas cuantas funciones específicas de la portátil entre las que se encuentra el uso de la pantalla y el panel táctiles. Hay nuevas cámaras y ya no tenemos que limitarnos a la típica isométrica girando en cuatro posiciones, también podemos optar por una incluso superior y otras ligeramente inclinadas arrastrando el dedo por el cristal. Otra opción es controlar las casillas indicadas por el cursor de manera táctil, que para ciertos usuarios podría ser más cómodo y rápido que el sistema clásico de direcciones, el cual tampoco nos desagrada. El panel trasero se utiliza para desplazarse por los menús, no utiliza toda la superficie, sólo las esquinas superiores para ser algo así como L2 y R2 virtuales. Como por descuido quizás coloques tus dedos sobre estas zonas, puedes desactivar esta opción y tirar del control clásico, por lo que queda a gusto del jugador utilizar o no estas características.

Otras novedades se han hecho en el propio contenido de Disgaea 3, como personalización de objetos, nuevos jefes extraídos de Disgaea 4, nuevas clases, más super movimientos o conjuros e historias para desbloquear tras el final. Otra curiosidad está en la geolocalización de la portátil, disponible muy al principio de la aventura y que sirve para ganar puntos, llamados "cociente de honor", según nuestro desplazamiento con la consola, algo que servirá para conseguir ventajas. También es posible comparar nuestro perfil y estadísticas con amigos en PlayStation Network.

Disgaea 4 fue el primero en redibujar personajes y enemigos pensados para alta definición. Esto significa que, efectivamente, el juego no tenía mejora en los elementos 2D ni en PlayStation 3 ni en PS Vita respecto a las primeras entregas. Si jugabas en una pantalla grande, los defectos eran más evidentes, pero en PS Vita podríamos decir que no es tan grave. Notar, se nota, ya que el fondo poligonal es perfectamente nítido en la pantalla OLED –en la que el colorido típico de Disgaea brilla más que nunca-, y además todo se desplaza a una suavidad pasmosa. La mejora respecto a las adaptaciones de PSP es evidente, salvo en los citados personajes y enemigos, que se ven un poco borrosos con el filtro aplicado o con pixeles si lo desactivas. Las imágenes para los diálogos –con retratos animados- sí tienen una definición nativa de PS Vita. Además se han añadido algunas animaciones para el combate.

Aprovechando la pantalla táctil, hemos echado en falta una renovación en la interfaz, hacer todos los menús táctiles. Entendemos que es difícil para navegar en el equipamiento de armas, pero seguramente se podría haber buscado alguna solución para ser menos dependiente de los botones, al menos durante los combates. Por otro lado, el lanzamiento de Disgaea 4 ha dejado aún más anticuado el apartado técnico –que nunca fue el fuerte de la saga- de Disgaea 3 y anteriores.

La música es tan variada como siempre, y suena muy bien, aunque debido a esos temas tan heterogéneos también su calidad es dispar, pero en general todos son divertidos y alegres. Lo mejor del sonido vuelve a ser el genial doblaje en inglés o japonés –se puede elegir en opciones-, con unas interpretaciones variadas que dan personalidad y acento a cada secundario.

Conclusiones

¿Qué decir de Disgaea 3 que no sepas ya? Aun sin ser el mejor de la saga, esta versión es la más completa de este título, algo así como la edición "Juego del año" que tan de moda se pone últimamente con muchos juegos de rol.

Difícilmente sus novedades, que son unas cuantas, justifican otra compra si ya dispones de él en PlayStation 3. Además si eres novato en el género, prepárate para sufrir –un poco- con la curva de aprendizaje. Pero si no tienes la versión original, este es, además del primer representante del género en PS Vita, un título más que notable con el que pasar mucho tiempo.