Análisis de GTI Club Supermini Festa! (PSP)

Los coches más pequeños de Konami tienen buenas intenciones, pero derrapan más de lo deseado.
GTI Club Supermini Festa!
·
Actualizado: 21:31 17/8/2020
GRÁFICOS
6.5
SONIDO
7
NOTA
6.5
DIVERSIÓN
6
JUGABILIDAD
6.5
Análisis de versión PSP.
Otros análisis: Wii

Distribuido en formato digital para PSP llega GTI Club: Super Mini Festa!, tras su reciente paso por PlayStation 3 con GTI Club+ y más tarde en Wii, con un juego que lleva el mismo título que el de la portátil de Sony. La serie nació en salones recreativos de la mano de Konami en 1996, y aunque su legado no es demasiado amplio, en 2008 vivió un pequeño momento de gloria con las nuevas versiones, de resultados dispares y calidad menguante; la versión para PS3 creada por Sumo Digital gozó, en general, de buenas críticas, mientras que la versión Wii tuvo una recepción más fría. La última de las versiones en llegar, la de PSP, seguramente deje aletargado a GTI Club durante otra década.



GTI Club: Super Mini Festa! es un juego desenfadado, polo opuesto de un Gran Turismo, que se toma poco en serio a sí mismo. Esto no es disculpa para obviar muchos de los problemas del título, pero queda claro que el público objetivo es diferente al del comprador de alguno de los Burnout, Ridge Racer o Motorstorm disponibles en PSP. Es precisamente, a la larga, su mayor problema: carece de incentivos reales para jugar durante más de una o dos horas. Si te gusta superar tus récords una y otra vez en las mismas pruebas, GTI puede picarte durante ratos libres; de lo contrario, la motivación para seguir puede desaparecer pronto.

Comenzamos escogiendo uno de los cuatro vehículos reales licenciados, como el Mini Cooper S, el Peugeot 207 GTi, el Volskwagen Polo GTi o el Abarth 500, cada uno con diferentes valores en aceleración, velocidad punta o control, aunque inicialmente, son a todos los efectos iguales, únicamente cambia su aspecto exterior. En nuestro garaje coleccionaremos a estos revoltosos coches, que irán mejorando parámetros según jugamos, a los que podremos cambiar de color, añadir parachoques, alerones y otros accesorios.



Los modos disponibles son arcade, pruebas, garaje, adhoc y ranking. Arcade supone jugar a una de las ocho modalidades disponibles para conseguir puntos y desbloquear partes para el vehículo o conseguir otros coches nuevos. Aunque GTI Club sea un juego protagonizado por vehículos, dista mucho de ser un juego de conducción al uso, es un compendio de minijuegos, cada uno con sus reglas, en las que no siempre gana el conductor más rápido. Tenemos así una tomatina, que consiste en recorrer los mapas disparando tomates a los rivales: no hay meta ni camino fijado, está más cerca de ser un Twisted Metal que un Wipeout, por poner un ejemplo. Los mapas urbanos presentan unas calles cortadas, formando un circuito con atajos y diversas alternativas, así que para dominar este y otros modos, basta con conocer de memoria cada esquina y atajo –no es una tarea complicada, son pequeños-. Hay un mapa en la pantalla que indica la posición de los rivales, aunque las flechas cerca de nuestro vehículo dejan clara la dirección a tomar.



Otros modos nos proponen recoger monedas esparcidas por el asfalto, superar carreras contrareloj o esquivando tráfico –hay vehículos que nos obstaculizan y chocar supone una penalización de segundos-. Los más divertidos sería el modo que hace llevar a uno de los competidores una bomba, que se va pasando a los rivales con golpes –viene a ser el juego de "tú la llevas" versión motorizada-, lógicamente el poseedor del explosivo en el momento que se agota el tiempo, pierde la ronda. Otra variante actúa justo de la manera contraria, y recuerda a la captura la bandera popular de los juegos de acción: consigue un regalo, llévalo contigo el máximo de tiempo posible, y no dejes que te toquen, o saltará a un nuevo poseedor.

 1


Por último existen dos rarezas que suenan mejor de cómo funcionan: las partidas de fútbol. Si, como si un Mini fuese Cristiano Ronaldo y un Peugeot Messi, dos o cuatro jugadores pueden intentar colar un enorme balón en la portería del equipo contrario a base de choques.. Realmente es curioso y jugado en compañía en adhoc se le puede sacar más jugo gracias a las risas y piques, pero es más una mera anécdota dentro del juego. Muchas veces los rebotes del esférico añaden tanta aleatoriedad al partido que no se puede jugar en serio.

El modo arcade tiene la misma longevidad que las máquinas a las que hace honor. Partidas rápidas para mejorar nuestro ránking –que podemos consultar online- y conseguir puntos, pero sabe a muy poco. Tras jugar múltiples veces a un mismo modo, ya hemos visto todo lo que puede ofrecer. Así que aún queda una opción con la que invertir un poco el tiempo, un modo tipo "campaña" en el que superamos varias etapas por países como Francia, Reino Unido, Italia o Japón que no son más que recopilaciones de los modos del modo arcade que debemos superar para avanzar a un nuevo país, mejorando también nuestro vehículo. Cada etapa tiene un número variable de modos, y la dificultad es creciente, pero GTI Club dista mucho de ser un juego complicado: apenas 5 minutos de comenzar nuestra andadura en las competiciones, contamos las carreras por victorias.

 2


Aunque en el fondo GTI Club: Super Mini Festa! esconde algo de la magia que hizo atractiva a esta saga, no cabe duda que su evolución a los tiempos que corren pudo estar mejor planteada. Para un jugador el incentivo para continuar es casi nulo, a lo que no ayuda el nivel de dificultad tan pequeño. El control de los vehículos dista mucho de ser perfecto, y esto es grave pues lo que menos se espera es que, de un juego arcade, la jugabilidad se vea resentida por una dirección un tanto tosca en las curvas cerradas –y hay muchas, la carretera no es excesivamente ancha- y los constantes contravolantes que hay que dar para mantener la estabilidad del coche casi incluso en rectas. Las físicas son bastante fantásticas –aunque con las premisas de GTI esto no es novedad- y por momentos parece que controlamos una caja de cartón de poco peso y no un cuatro ruedas. Cuesta acostumbrarse, especialmente tras los choques, pero lo que está claro es que el control con el botón analógico de la PSP no ayuda mucho a sentir dominado a estos vehículos.



Los circuitos son bastante sencillos y sin grandes complicaciones. Su mayor gracia está en que no son completamente lineales, hay algunos atajos, generalmente poco escondidos –aunque la inteligencia artificial suele ser tan generosa que utiliza los recorridos más largos- que una vez aprendidos se convertirán en nuestro camino fijo. No se han contemplado diferentes retos en cada uno de ellos –pongamos caso de Motorstorm o Wipeout, en los que un camino más largo es más cómodo y otro corto tiene obstáculos o alguna dificultad para compensar-, así que sólo un despiste puede justificar evitar el uso de atajos y llegar antes a los "checkpoint" o puntos de control.

 3


Si a unos modos tan ceñidos a la "profundidad" de una recreativa añadimos un apartado técnico justito para la portátil, tenemos que más que un nuevo juego, tenemos en nuestras manos una conversión de la recreativa original. Y eso no es bueno: las texturas de los planos edificios podrían pertenecer a Driver de PSOne, y el modelado de los sólo cuatro coches competidores es cercano al visto en Rage Racer de Namco, también de 32 bits. A favor de los gráficos podemos decir que las localizaciones son bonitas, coloridas, y que carecen de ralentizaciones, aunque tampoco es un gran mérito, teniendo en cuenta que sufre de ese mal que creíamos haber despedido hace dos generaciones, el pop up o aparición súbita de elementos del escenario –no es demasiado acusado, pero ahí está-.

El sonido también nos recuerda a la época dorada de los salones arcade en tres dimensiones, cuando juegos como Virtua Racing, Daytona USA o Sega Rally eran los favoritos de los jugones. Las músicas digitales son pasables, pero las voces tienen muy poca calidad, por lo que pensamos que se trata más de un homenaje a los años 90 que a un descuido de Konami. Tomado así, GTI Club tiene algo de nostálgico, pero que sigue sin justificar su compra, salvo que seamos unos apasionados de estos juegos sin opción a probar la versión PlayStation 3 o Wii.

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Conclusiones



GTI Club: Super Mini Festa! gana diversión en compañía, no cabe duda, pero la limitación del multijugador a cuatro usuarios, y en adhoc, no es precisamente la mejor manera de fomentar la competición. En solitario, tiene los mismos defectos que una recreativa, pero con limitaciones gráficas evidentes –y no todos achacables a la máquina- y un control cuestionable.

El catálogo de PSP en el género de la velocidad tampoco es pequeño como para que GTI destaque –en la vertiente "alocada", se lanzó el reciente Modnation Racers-, por lo que es difícil recomendar su compra. Sólo los menos exigentes, por su baja dificultad y sencillez de normas, pueden considerar acercarse a este accesible pero poco profundo título, que no es malo, pero sí dista mucho de forjar una leyenda con los pequeños coches de Konami.

Ramón Varela

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Género/s: Carreras arcade / Coches
Plataformas:
PSP Wii

Ficha técnica de la versión PSP

ANÁLISIS
6.5
  • Fecha de lanzamiento: Octubre 2010
  • Desarrollo: Konami
  • Producción: Konami
  • Distribución: Konami
COMUNIDAD
8.5

GTI Club Supermini Festa! para PSP

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Ficha técnica de la versión Wii

ANÁLISIS
7.2
  • Fecha de lanzamiento: 25/3/2010
  • Desarrollo: Konami
  • Producción: Konami
  • Distribución: Konami
  • Precio: 29.95 €
  • Jugadores: 1-4
  • Formato: 1 DVD
  • Textos: Español
COMUNIDAD
5.46

GTI Club Supermini Festa! para Wii

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