Análisis de Ford Street Racing (PSP)

Ford Street Racing L.A. Duel es la adaptación a PSP del juego homónimo para sistemas domésticos y PC que combina los coches de la marca Ford con las carrertas de la ciudad de Los Ángeles, y la principal característica es que la versión para la consola portátil supera a la insuficiente de los sistemas "mayores."

El título está orientado especialmente a los seguidores de la marca Ford, omnipresente en todo el título, incluyendo modelos tan clásicos como el Mustang del 68 o un Thunderbird de 1962, sin olvidar modelos actuales como el Focus RS de 2002, modelos como el Bronco Concept, o vehículos de competición bajo la forma del Ford GT 2005 o el Shelby GR-1.

Todos los coches están bien modelados y su integración en los escenarios es muy buena, hasta tal punto que se diría incluso que el proceso de adaptación a la pantalla de PSP le ha sentado bien al título, ofreciendo un gráficos nítidos al jugador.

El modo de juego principal es una extensa competición en la que iremos solos o en equipos de varios coches, por lo que la clasificación de todos los miembros del equipo será esencial para sumar los puntos necesarios para alzarse con la victoria al final. En este modo de juego tendremos que estar atentos también a nuestro garaje, donde podremos escoger qué coche usar entre cada evento y, también, hacer las reparaciones necesarias a los automóviles que ya poseamos y localizar los nuevos que debloqueemos. Y es que, según vayamos progresando en ese modo de juego, se irán abriendo más vehículos y circuitos que se podrán disfrutar en el resto de modalidades. Las carreras en solitario tienen como objetivo principal llegar el primero a la meta, claro, pero la auténtica salsa en las carreras por equipos, en el que tendremos que alternar el control sobre dos coches para conseguir el mayor número posible de puntos y conseguir, consecuentemente, la victoria.

La inclusión de ese sorprendente modo de juego dentro de la competición principal en la forma de eventos integrados se convierte en uno de los puntos más interesantes y originales de un título que no destaca demasiado en ningún aspecto. Es cierto que, en ocasiones, la mecánica de juego falla, y puede ser confuso el cambiar continuamente de un coche a otro (a través de la cruceta digital), pero lo más importante es que aporta un factor añadido de tensión a la competición al intentar conseguir el resultado óptimo con dos vehículos de forma simultánea, algo francamente difícil. Por supuesto, el coche que no esté bajo nuestro control será controlado por la inteligencia artificial del compañero de equipo (es decir, gira, sigue la trazada, etc.), y nuestra labor estará más centrada en sacarle de apuros o mejorar su rendimiento en momentos concretos. Del mismo modo, le podemos dar algunas instrucciones de equipo, básicas eso sí, para bloquear el avance de algún vehículo o para que sea él el que vaya a por todas, a través de los botones laterales de la consola (L y R.)

Con esas sencillas instrucciones podemos hacer que ralentice el avance de algún rival potencial, dificultándole llegar hasta nuestra posición o, si somos los que vamos por detrás, ralentizar igualmente el ritmo de carrera para facilitar que escalemos alguna que otra posición. La otra instrucción que le podemos dar es que se ponga por delante de nosotros para coger impulso por el rebufo, algo que si combinamos convenientemente podrá darnos ventajas a ambos. Los problemas de este modo de jugar se derivan de la limitada inteligencia artificial de los pilotos (rivales y compañeros), lo que impide, por ejemplo, que sean conscientes de la posición de los demás vehículos y se produzcan, en consecuencia, choques un tanto absurdos en los que quedar atrapados irremediablemente. A la hora de aplicar la inteligencia artificial a nuestros compañeros de equipo nos encontramos con problemas similares que perjudican a la jugabilidad. Así, por ejemplo, habrá cierta tendencia a que se golpeen con nosotros, y la instrucción de bloquear tampoco es una maravilla, ya que no es efectiva salvo en ocasiones muy contadas.

En la misma línea, los coches sufren daños a nivel visual, pero eso no afecta lo más mínimo a su conducción, haciendo que el sistema de reparación de daños de los vehículos sea una simple cuestión estética sin ningún tipo de influencia en el juego. Es decir, que la única razón para desperdiciar nuestro dinero en ese tipo de cosas es que nos moleste que el coche tenga algún bollo aquí o allá. Más aún, nuestras opciones de configuración en los coches se limitan al color, por lo que se pierde buena parte del factor estratégico que podría incluir el juego y que se intuye en un primer momento debido a los planteamientos –al menos superficiales- del modo de juego principal.

El resto de modos de juego periféricos son, al menos, interesantes, aunque no novedosos. Por ejemplo, podemos correr en un sistema de eliminación (los dos últimos coches de cada vuelta son eliminados), retos de adelantamiento y correr contra el reloj son los más destacados. Conforman un buen conjunto de opciones de juego que aportan variedad al desarrollo del título, pero la combinación de un control de tipo arcade (y una física en la misma línea) con una sensación de velocidad un tanto limitada no hace que esos retos más sencillos y directos sean uno de los platos fuertes del título. Eso sí, se ha incluido una opción multijugador en red local para que hasta seis jugadores (en un máximo de tres equipos) se vean las caras, potenciando la rejugabilidad. Una vez más, eso sí, se echa en falta la inclusión de algún tipo de competición en red.

Aunque ya hemos hablado de los gráficos, bastante buenos, que presenta este título, lo cierto es que el sonido no se encuentra a la altura. Los efectos especiales de los motores, colisiones y demás son limitados y carecen de fuerza, con composiciones musicales que realmente pueden resultar un tanto hastiantes a lo largo del juego, por lo que no será extraño que acabemos bajando el volumen de la consola. Es uno de los peores aspectos del juego en cuanto a su acabo técnico, muy por debajo del resto de apartados relacionados.

Estamos ante un juego de carreras que tiene en la licencia de Ford su principal virtud. Intenta proponer modos de juego originales, pero su plasmación final en el título no es del todo satisfactoria, y el resto de modos de juego son los habituales pero sin grandes virtudes y un tanto faltos de opciones en más de una ocasión. Con todo, la versión para la portátil de Sony de Ford Street Racing L. A. Duel es, posiblemente, la mejor de todas las disponibles, y puede satisfacer las demandas concretas de algunos jugadores, pero desde luego hay mejores opciones dentro del catálogo de PSP.