Análisis de Exit 2 (PSP)
Uno de los juegos más atractivos del primer año de vida de PSP fue Exit, un juego en 2D de puzzles que recogía mecánicas conocidas de algunos clásicos del género reinventadas con un estilo muy personal.
Aproximadamente un año después de su salida en el mercado europeo, hace acto de aparición la segunda parte de este clásico de la portátil de Sony, con la intención de dar más horas de diversión a los fans del juego y la oportunidad de probarlo a quienes no lo hayan hecho.
Pero, ¿qué es Exit? En Exit, hecho que se repite en esta segunda parte, tomamos el rol de un personaje, arquetipo de héroe, el cual, sin ayuda de ningún tipo de poder especial, tendrá que avanzar a través de una enorme cantidad de niveles al tiempo que resuelve puzzles y salva a los ciudadanos allí presentes.
Esta segunda parte viene a ofrecer más de lo mismo, sin apenas novedades jugables destacables y sí una buena cantidad de nuevos niveles y un diseño de los mismos un tanto más variado que en su predecesor.
El argumento, mera excusa para ponernos frente a esta serie de retos, nos sitúa ante nuestro protagonista, el cual es el único encargado de una empresa de salvamento.
Por ese motivo él mismo debe hacerse cargo de todos los rescates que se nos pidan, por muy recóndito que sea el lugar en el que debemos ir.
A lo largo de 100 nuevos niveles tendremos que lograr que Mr Esc (nombre que recibe nuestro protagonista) logre llegar a la salida de los mismos. Para ello tendrá que hacer uso de toda su astucia moviendo cajas, usando distintos objetos colocados estratégicamente por el escenario y colaborando activamente con otros personajes presentes.
Esto lo haremos gracias a unas simples pero directas órdenes, por medio de un cursor habilitado para ello, que nos permitirán hacer uso de habilidades especiales que estos personajes, debido a su constitución física, poseen. Por ejemplo podremos encontrarnos con adultos fornidos que podrán mover cajas pesadas por sí mismos, o pequeños críos que podrán colarse por espacios reducidos, y así pasando por el resto de compañeros que ya conocimos en Exit.
En este sentido, y como una de las pocas novedades presentes en esta secuela, tenemos la aparición de los perros, de igual tamaño que los niños pero con habilidades distintas ya que podrán recoger objetos situados en espacios inaccesibles, e incluso podrán nadar.
Cabe añadir respecto a los compañeros que siguen pecando de tener una inteligencia artificial demasiado limitada, incluso frustrante en ocasiones, requiriendo muchas veces que les ordenemos las acciones por fases cortas y no marcando únicamente el fin (por ejemplo, no suele funcionar el decir a un compañero que mueva una caja que está lejos, sino que tendremos que decir que vaya hasta el final de su pasillo, que baje la escalera y después mueva la caja).
El desarrollo de las misiones, por tanto, es idéntico al que pudimos ver en Exit, es decir, un primer vistazo al nivel localizando a la víctima que debemos recoger para a continuación estudiar el escenario y ver como, con ayuda de las habilidades que ésta nos puede ofrecer, podemos llevarla hasta la salida. Sin embargo, en esta ocasión el equipo de desarrollo se ha estrujado más los sesos creando niveles que, en sus últimas instancias, llegan a ser realmente desquiciantes debido a su complejidad.
El equipo de desarrollo ha optado, además, por dar mayor importancia a la resolución de puzzles lógicos que a aspectos de plataformeo (como los habituales saltos) cuya presencia era más notoria en Exit, hecho que es de agradecer debido a que el control de los personajes no invita precisamente a hacer peripecias con ellos.
El aspecto gráfico se conserva intacto respecto al primer episodio, manteniendo ese estilo tan desenfadado que caracteriza al juego. Sin embargo la variedad de situaciones sí que ha aumentado considerablemente, las cuales podemos ver en los coloridos fondos de cada escenario. Por ejemplo tendremos misiones localizadas en una estación de metro, otras en la jungla o en las mismísimas pirámides de Egipto.
Este hecho logra dar, de manera indirecta, mayor variedad al juego, eliminando la sensación claustrofóbica de estar siempre en el mismo lugar. En general el aspecto gráfico es realmente acertado para el estilo de juego que se nos propone, imitando la apariencia de un comic, hecho que se repite igualmente en la representación de los distintos menús presentes en el juego. Las animaciones siguen siendo uno de los puntos más notables a nivel técnico, las cuales además han sido ligeramente mejoradas para facilitar la maniobrabilidad en los giros por parte del jugador.
No podemos decir lo mismo del apartado sonoro el cual pasa desapercibido en la mayoría del tiempo, pese a tener algunos cortes de un estilo cercano al jazz que no están mal, acabando con un triste acompañante en nuestro viaje. Respecto a la localización del juego, Exit 2 nos llega completamente en inglés, salvo el manual de instrucciones que está traducido al castellano.
Cabe destacar a mayores que el juego nos permite acceder a través del navegador a la web oficial del juego desde la que podremos descargar, a mayores, diversos packs con nuevas pantallas para ampliar la longevidad del título, aunque en este caso nos encontramos de nuevo con una web sin localizar a nuestro idioma.
En resumen, Exit 2 es una opción de compra interesante, especialmente por su reducido precio, para aquellos jugadores que se quedaron con ganas de más tras acabar el primer episodio, o para quienes no hayan tenido ocasión de probarlo todavía. Sin embargo hay que tener claro que el juego es más de lo mismo y las novedades jugables pasan totalmente desapercibidas en su conjunto global.