Análisis The Forgotten City, intriga, oro y bucles temporales en el Imperio Romano (PS5, PC, Xbox One, Xbox Series X/S, PS4)
Últimamente estamos viendo muchos estudios que apuestan por integrar la repetición temporal, casi inherente al videojuego, dentro de la narrativa de su obra: Deathloop, Returnal o Hades están entre las más recientes. No son pocos los autores que se han percatado de que, puestos a tener que repetir lo mismo una y otra vez, al menos que tenga sentido y justificación dentro de la trama. Algo así debieron pensar los cuatro desarrolladores que conforman Modern Storyteller, el equipo independiente que ha creado The Forgotten City, un peculiar título de investigación que nos sume en un loop temporal en una misteriosa ciudad romana oculta bajo la montaña.
Si os suena el nombre de The Forgotten City quizás estéis al tanto de sus singulares orígenes, si no, debéis saber que este juego indie no siempre fue un proyecto independiente: nació como un mod narrativo para The Elder Scrolls V: Skyrim, el famoso juego de rol fantástico de Bethesda, pero poco a poco durante su desarrollo fue ganando entidad propia hasta convertirse en lo que es hoy, un videojuego con todas las de la ley que acaba de salir en PS5, Xbox Series X/S, PS4, Xbox One y PC publicado, con voces en inglés y textos en español, por Dear Villager. Tiene previsto también llegar a Nintendo Switch, pero por el momento no tiene fecha de lanzamiento.
¿A quién no le va a gustar un bucle temporal romano del siglo primero?
The Forgotten City nos pone en la piel de una persona nacida en la actualidad, un personaje en blanco al que tendremos que darle nombre, apariencia (que poco importa, porque jugamos siempre en primera persona) y contexto propios.
Una vez establecidos esos aspectos básicos, comenzamos a jugar cerca de lo que parecen ser las ruinas de una misteriosa ciudad del Imperio Romano.
Nos adentramos en ellas controlando a un arqueólogo, un agente de fuerzas especiales, un ladrón o una persona sin memoria (cada una de estos perfiles nos dará una habilidad especial aprovechable durante la partida) y mientras investigamos las ruinas romanas ocurre algo que nos hace viajar al pasado, cuando esta ciudad estaba en su pleno esplendor. De buenas a primeras pasamos de la actualidad a los tiempos del Imperio Romano, topándonos de frente con una realidad que hasta ahora sólo habíamos presenciado en libros, películas, videojuegos y yacimientos.
Nuestra llegada se hace notar, obviamente, pues seguimos vistiendo los ropajes modernos que llevábamos antes de entrar en ese portal temporal que nos ha traído hasta la antigüedad. En la misteriosa ciudad nos reciben sus habitantes, entre ellos un senil magistrado que asegura haber realizado un ritual para traernos desde el futuro. Hay algo raro en este sitio y no tardamos mucho en darnos cuenta: los ciudadanos están regidos por una regla de oro, nos cuenta el magistrado, y quien la incumpla condenará a todos al sufrimiento eterno.
La regla de oro que te convierte en una estatua… de oro
En The Forgotten City se da un paso más allá en esa integración del bucle temporal en la narrativa y se convierte el loop en la clave central de la trama. La ciudad romana a la que llegamos tiene una maldición regida por la Regla de Oro, esa que convierte a todo el mundo en estatuas doradas si una sola persona realiza un acto pecaminoso (robar, matar, mentir…). En el momento en el que algo de eso ocurre, incluso si somos nosotros los artífices, las estatuas de la ciudad cobran vida y tratan de convertir a los humanos en figuras doradas.
Llegados a ese punto toca correr hacia el templo a través del que llegamos a la ciudad, un sitio en el que el magistrado es capaz de volver a abrir el portal para reiniciar el día y permitirnos una nueva oportunidad para averiguar el misterio detrás de la Regla de Oro. Ese es nuestro papel en The Forgotten City: somos un detective que viaja en el tiempo invocados por un magistrado romano para salvar a una ciudad de una misteriosa maldición eterna. Sin duda es una premisa interesante, pero es que además está resuelta de una manera muy eficaz para hacernos sentir curiosidad por lo que está ocurriendo en ese sitio y no querer abandonarlo sin desentrañar todos sus misterios.
The Forgotten City es como esas luces de Navidad que se enredan de un año para otro y tienes que ir desenmarañando antes de colgarlas en el árbol: al principio es una turbia bola de cables, pero cuando descubres dónde está el primer nudo vas haciéndote una idea de en qué dirección tienes que tirar para desenredarlo todo. Aun así, hay que ir con cuidado porque si tiras del cable incorrecto, puedes tener que volver a empezar del principio.
En el juego, los cables son los personajes y los nudos los misterios que tenemos que desvelar. Podemos intentar solucionar el misterio desde el principio, pero es muy probable que acabemos enredándolo todo todavía más. Toca ir poco a poco, conocer a todos los personajes que hay en la ciudad y ayudarles a tareas que nos parecen nimias, pero que pueden tener la clave de lo que está ocurriendo allí. ¿Ayudar a un granjero a declararse a su amada? ¿Ayudar a un soldado a paliar los dolores provocados por el reuma? ¿Qué importa eso cuando la sociedad está a punto de ser condenada por toda la eternidad?
Pro peccata unius multis dolebunt
Importa, y mucho. Sólo hablando con los ciudadanos podremos descubrir lo que hay detrás de la Regla de Oro, aunque incluso así es probable que lleguemos a un callejón sin salida si perdemos la paciencia y tiramos del cable que no es: hay cuatro finales, y no todos son buenos. Hay que indagar en las conversaciones, descubrir las historias de cada uno de los personajes y aprovechar lo aprendido en el siguiente ciclo temporal: cuando se reinicie el loop sabremos cosas que los habitantes no saben todavía, e incluso tendremos objetos que hemos conseguido en el anterior ciclo y que podemos aprovechar para comenzar con ventaja. A fin de cuentas, un nudo desatado es un nudo desatado.
La faceta de investigación de The Forgotten City tiene sus luces y sombras: por un lado, cuando descubrimos cómo resolver uno de los muchos misterios de la ciudad y lo utilizamos en nuestro favor en el siguiente bucle temporal nos sentimos bastante inteligentes, pero por otro, no hay tantos personajes ni el escenario es tan grande como para que de verdad hagamos algo más allá de, simplemente, seguir los pasos que nos va marcando el juego. Tiene una estructura algo clásica, con poca variedad cuando rejugamos, y unos diálogos a veces brillantes, a veces evidentes, aunque el sabor de boca general sea positivo gracias a las sumas de sus partes.
Durante la partida no sólo investigaremos lo que sucede en la ciudad mediante un sistema de diálogo prácticamente idéntico al de The Elder Scrolls V: Skyrim (y otros tantos juegos del estilo), sino que también podremos llevar a cabo ciertas acciones adicionales como disparar, trepar para encontrar nuevos sitios, tirarnos en tirolina… Lo que queremos decir con esto es que, sin ser la parte central de la experiencia, The Forgotten City tiene ciertos momentos de aventura que rompen la monotonía de la investigación consiguiendo un muy buen ritmo jugable.
En general, a este juego se le nota mucho que viene de donde viene: tiene muchos aspectos heredados directamente desde The Elder Scrolls V: Skyrim, aunque con detalles que no llegan a brillar tanto como en el juego de Bethesda (obviamente, está desarrollado por cuatro personas). Algunas veces incluso hemos llegado a sentir que estamos jugando a una misión especialmente narrativa de Skyrim, como si fuera una especie de expansión bien escrita y dirigida hacia un punto menos relacionado con la acción.
Irregular en lo técnico
También se distancia del juego de Bethesda en su apartado técnico, aunque no se libra de presentar ciertas disparidades. La dirección artística del juego es, sin duda, digna de destacar; la representación de una ciudad romana es espectacular, aunque no deja de caer en ciertos lugares comunes y tópicos de esta ambientación, y el acabado gráfico de sus escenarios llega a ser impresionante en PS5, con unos paisajes preciosos y una iluminación potente que sabe dónde hacer su trabajo.
En cambio, los diseños de los personajes y sus animaciones son algo toscos, lo habitual para un estudio más enfocado en la faceta narrativa que en el apartado artístico. Eso no quita que a veces, durante la partida, la expresión facial de los personajes y sus movimientos nos saquen directamente de una trama en la que el texto nos introduce de una manera tan buena. La apuesta por el hiperrealismo juega aquí una mala pasada a The Forgotten City y medra en la experiencia final de la obra. Tampoco es especialmente bueno su diseño sonoro a nivel de efectos, aunque en la música sí encontramos un buen trabajo que, sin destacar especialmente, solventa la papeleta.
Conclusiones
Los amantes de la investigación encontrarán en The Forgotten City una magnífica propuesta que nos reta a descubrir lo que hay detrás de la misteriosa Regla de Oro que atemoriza a los habitantes de una ciudad del Imperio Romano, una investigación para la que resultará de especial ayuda un bucle temporal que nos permite revivir el mismo día con todo lo aprendido del ciclo anterior. En definitiva, una propuesta atrevida, original, fresca e intrigante, que estimula nuestra curiosidad, un título independiente que nos hace creer que estamos jugando a una misión narrativa especialmente bien escrita de The Elder Scrolls V: Skyrim, incluyendo momentos más dinámicos y cinemáticos para romper la monotonía, aunque con un apartado técnico irregular.
Hemos realizado este análisis en PS5 con un código digital proporcionado por Dear Villagers.