Si quieres un RPG al estilo Oblivion o Skyrim, este juego te va a sorprender: Análisis Tainted Grail: The Fall of Avalon (PS5, Xbox Series X, PC)

Estamos ante un RPG que puede sorprenderte por varios motivos. Podría ser por su clara inspiración en la saga The Elder Scrolls, justo en un momento en que hemos recibido la remasterización de Oblivion. Podría también ser por meterte en un mundo de lo más oscuro, con toques a los Souls que a nadie les pasarán desapercibidos. Pero podría ser sobre todo por suponer una producción AA que hace las cosas bastante bien, incluso a pesar de no plantear algo realmente novedoso en sí mismo.
Tainted Grail: The Fall of Avalon será muy familiar, de hecho, para aquellos que ya hayan disfrutado del juego de mesa con el mismo nombre. Tienen algo en común: una ambientación de lo más interesante. Una de las cosas que más sorprenderán a aquellos que prueben el videojuego, es la transformación de la leyenda del Rey Arturo en una tenebrosa fantasía oscura. Se nos traslada a Avalon tiempo después de su caída y nuestra aventura consiste precisamente en resucitarlo, encontrando las distintas partes de su alma.
Un RPG maduro, único y con personalidad
Comenzamos nuestro periplo en una prisión (¿os suena?) y más pronto que tarde el mismísimo Rey Arturo (o lo que queda de él) se une a nuestro periplo. A partir de entonces, empezamos a descubrir un juego de mundo semiabierto con varias regiones que recuerda a los RPG de tono medieval al estilo Bethesda.
No solo por un característico uso de la primera persona (aunque se puede jugar en tercera), sino por la profundidad de su universo, la cantidad de conversaciones y el impacto de nuestras acciones. Incluso el combate es una versión propia de lo visto en juegos de la saga TES.
La ambientación de los primeros compases del juego resulta sublime, y es algo que te atrapa durante las primeras horas, pero luego llega un elemento no menos importante y que te hace quedarte: su sistema de progresión. Tienes niveles de experiencia y habilidades que vas mejorando a medida que las usas. Si corres mucho, ganas agilidad. Si atacas de una determinada forma, ganas experiencia en dicha área. Si preparas muchos alimentos, se incrementa tu destreza para cocinar.
El árbol de habilidades es gigantesco y contiene cantidad de disciplinas, mientras que tu especialización depende mucho de lo que lleves equipado. De hecho, puedes establecer distintas configuraciones para usarlas desde un menú rápido. ¿Un arma en cada mano? ¿El típico espada y escudo? ¿Hechizos de distintos tipos? ¿Un arco? Si te va la acción, el juego está hecho para ti, pero si prefieres el sigilo o atacar desde la distancia, también dispones de dicha alternativa.
Tainted Grail: The Fall of Avalon dispone de numerosos cofres y puertas para saquear con el clásico minijuego de la ganzúa. Puedes robar y hay cantidad de personas con las que intercambiar objetos. Tu personaje cuenta con un límite de peso, aunque más permisivo que en otros juegos similares (lo cual nos ha gustado). La cantidad de cosas que puedes recolectar en el escenario es inmensa y hay una mecánica de alquimia para crear tus propias pociones. Para ser un juego AA, la profundidad jugable es bastante considerable.
Esto sale a relucir sobre todo en las misiones secundarias, que son abundantes y no están poco elaboradas. Los personajes poseen diálogos con toneladas de textos que presentan distintas ramificaciones y decisiones. Hay consecuencias a nuestro actos, y si decidimos acabar con alguien porque sí, puede que nos ganemos la enemistad de muchos de sus aliados. En este sentido, el entorno de juego es bastante reactivo, algo que favorece la curiosidad y que no vayas únicamente a completar la trama principal.
Por ello, lo más habitual es que tu partida pueda irse fácilmente a las 40-50 horas, porque mejorar a tu personaje, obtener buen equipamiento, explorar los numerosos entornos, descubrir sus secretos y básicamente sacar el máximo partido al videojuego es una tarea que requiere de bastante dedicación. Desviarse de la historia principal forma parte de la diversión, y tienes diversas tareas con las que entretenerte, desde hacer bocetos hasta practicar minería o gestionar tu propio hogar.
Tainted Grail puede llegar a sorprender
Otro elemento de interés y que hace único al mundo de Avalon tiene lugar cuando llega la noche y aparece la Rareza, una misteriosa niebla que transforma el entorno y hace que aparezcan enemigos más peligrosos. La exploración da paso entonces a la supervivencia. Sale a relucir también la importancia del sistema de combate, muy similar al de Oblivion, algo que en este caso no es demasiada buena noticia. Se siente anticuado, nada profundo y muy poco estimulante.
Puedes atacar, bloquear, esquivar… y poco más. Hay una acción especial para ralentizar el tiempo unos segundos, tal vez el elemento más distintivo de este sistema combativo. Desgraciadamente, no hay mucha variedad, y si aparece es gracias a las distintas armas que vas encontrando, así como sus configuraciones y la presencia de distintos hechizos, al estilo de invocar muertos vivientes para que te auxilien en las batallas. El control y posicionamiento, así como las sensaciones físicas al atacar, son igualmente mejorables.
Hay aspectos en que Tainted Grail: The Fall of Avalon puede sorprenderte. La construcción de su mundo, con una atmósfera opresiva que reinterpreta los mitos artúricos, supone una pequeña genialidad. Su narrativa está bien construida y, aunque tiene altibajos, responde mejor que en muchos juegos del estilo. La complejidad de su universo y la cantidad de cosas que puedes hacer marcan también la diferencia, recordando a grandes como Skyrim.
Pero obviamente no es un juego con tantos recursos y a medio plazo te das cuenta de ello. Ya hemos comentado el combate, que está lejos de ser una experiencia actual, y durante las conversaciones con NPC salen a relucir unas animaciones pobres y arcaicas. Nuestro propio personaje cuando se pone en tercera persona (una opción añadida con calzador para contentar a los usuarios) expone las fisuras, con movimientos poco fluidos y naturales. Técnicamente tampoco despunta, y la IA en general es simplemente pasable.
La desarrolladora polaca Questline ha apuntado alto, con una ambición bastante grande. Como ya hemos comentado, trata de emular a Bethesda en producciones como Oblivion o Skyrim, y lo cierto es que el esfuerzo es loable, con un videojuego muy interesante, dotado de una ambientación única y un enfoque narrativo de lo más original. Pero la escala ha sido demasiada alta para el estudio, y eso ha pasado factura de las formas ya mencionadas, con un mundo algo vacío, pero también con problemas de optimización (en PS5 no hay pocos tirones) y unos cuantos errores, algunos de ellos importantes pero que se van corrigiendo paulatinamente.
Artísticamente tiene partes sencillamente brutales y musicalmente puede llegar a mostrar mucha personalidad, con ritmos que cabalgan entre lo medieval y lo vikingo. Aparte, es un juego con una ambientación muy particular, la cual puede recordar a los juegos de Hidetaka Miyazaki. Varios pros y no pocos contras, pero con lo que debéis quedaros es que es un RPG valiente, único y que va a daros muchísimas horas de juego si os gustan este tipo de planteamientos.
Hemos realizado este análisis mediante un código para PlayStation 5 que nos ha proporcionado Questline.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
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