Análisis Exoprimal, el peculiar 'hero shooter' que invita a extinguir los dinosaurios (PS5, PS4, Xbox One, Xbox Series X/S, PC)

Exoprimal es las licencias original más recientes de Capcom, que entre secuelas, colecciones y remakes de sus sagas más eternas, está abriendo la mano a experimentos como Kunitsu-Gami: Path of the Goddess o Pragmata –que aparentemente se retrasó por un reinicio-. Eso sí, esta vez la compañía de Street Fighter nos trae un título orientado al multijugador, esa obsesión de muchas editoras por tener un juego como servicio que mantenga unos ingresos constantes y generosos a lo largo de meses o años.

Lo cierto es que Capcom no es ajena a los títulos online y ha cosechado tanto éxitos como fracasos sonados. En la parte más positiva tenemos nada menos que Monster Hunter, juegos que se disfrutan más en compañía –aunque sea algo opcional-, e incluso podríamos citar el divertido multijugador de los olvidados Lost Planet. Por otra parte, Capcom ha probado varias ideas con Resident Evil, -Resident Evil: Umbrella Corps, Resident Evil: ReVerse, Resident Evil: Operation Raccoon City- pero ninguno ha cuajado en el gran público, pese a que Resident Evil Outbreak supo respetar el espíritu de survival horror con un componente online.

Exoprimal es un proyecto que, al no llegar arropado con un nombre conocido, no está armando mucho revuelo, incluso si Capcom lo ha promocionado con insistencia y debuta en Xbox Game Pass, lo que al menos garantiza que parte con una base de jugadores respetable.

Si triunfa en el medio o largo plazo es algo que todavía está por ver.

¿Velocirraptor? ¿Crían velocirraptores?

En nuestras impresiones de sus diferentes betas os hablamos de lo que encontramos en este hero shooter en tercera persona que nos pone en la piel de un nuevo soldado de Aibus, una empresa tecnológica que ha creado exoarmaduras para luchar contra hordas de dinosaurios. Hay una pequeña dosis de historia deslavazada que nos ameniza el intermedio de las simulaciones y que permiten conocer a los compañeros del Hammerheads, profundizar en los secundarios y aportar una dosis de humor. Para la mayoría de jugadores esto pasará rápidamente a un segundo plano, pero es un hilo conductor para aquellos que buscan un poco de contexto a las luchas contra velocirraptores, tiranosaurios y pteranodones (información de servicio público: los pterosaurios no se consideran dinosaurios).

El modo principal de juego es Marea jurásica, en el que la IA Leviathan nos guía por partidas en las que recabamos datos perdidos para desvelar los misterios de la isla. Combina cooperativo y competitivo, pues dos equipos de cinco jugadores luchan por completar unos objetivos que Leviathan nos va revelando según avanzamos por el escenario. Podemos elegir si la última ronda incluye JcJ –jugadores contra jugadores-, JvE –jugadores contra enemigos- o se elige al azar. Sin embargo, casi todas las rondas consisten en limpiar la arena de combate de los dinosaurios, con diversas variantes: oleadas, defensa de un punto de interés, escolta de un cubo de datos o de NPC, sabotaje, defensa de zonas, control de conexiones…

Lógicamente se trata de progresar en esta serie de misiones lo más rápido posible, antes que el equipo rival. Hay esas citadas situaciones en las que nos enfrentaremos directamente a los usuarios en combates que pueden decantar por completo una partida igualada –de hecho, suele hacerlo, lo que se traduce en que casi siempre la última misión es muy decisiva-, e incluso colaborar entre ambos para derrotar a una amenaza fuera de lo normal, el Neotiranosaurio. No obstante, el gameplay –control, habilidades- parece pensado más para el JcE que para el JcJ, y estos cruces competitivos no son tan satisfactorios como el enfrentamiento con un carnotauro.

La salsa de Exoprimal la ponen principalmente los dinosaurios y su número. Podrían ser zombis al estilo World War Z y el concepto sería similar –de hecho Capcom lo tenía fácil creando un Dead Rising Online-, pero eh, los dinosaurios siempre tienen algo especial: variedad de especies, diseños y tamaño imponente para los depredadores más fuertes. Es cierto que hablamos de un estilo un poco musou –o quizás la comparativa más apropiada sea la saga Earth Defense Force- en el que los dinosaurios caen rápido con nuestros ataques, no se exige mucha precisión y la mayoría de ocasiones nuestro poder arrollar a los dinosaurios, pero hay suficientes razas para que cambies constantemente de una estrategia a otra. Y recuerda, el objetivo final no es superar la horda, sino hacerlo antes que el escuadrón rival.

Como curiosidad, hay momentos en los que podemos controlar a uno de los dinosaurios más peligrosos para asaltar directamente al equipo rival. Un triceratops desbocado en manos de un jugador siempre puede provocar más daños que la inteligencia artificial.

Sí, Exoprimal es entretenido a ratos, sobre todo si jugamos con amigos. No es más que un cúmulo de modos que han demostrado su diversión durante décadas en juegos de primera y tercera persona. Y luego se añaden las siempre elegantes exoarmaduras que no son más que las clases del juego distribuidas en tres perfiles: ataque, tanque y apoyo. Huelga explicar en qué consisten: unos son ofensivos, otros absorben los ataques enemigos y por último están los trajes que mantienen a sus compañeros en el mejor estado. Dentro de cada clase hay distintas exoarmaduras con más variantes con habilidades propias, o la posibilidad de personalizar con módulos, así que hay muchas combinaciones posibles para formar un equipo.

Además, este cambio de exoarmadura se puede hacer durante la partida, y eso no nos ata a una clase durante la sesión. En teoría el equipo se equilibrará según el transcurso de la misión o las necesidades –no es lo mismo una horda de enemigos pequeños y numerosos que uno grande y resistente, o la confrontación contra humanos-. Esto no siempre funciona como sería deseable y aquí entra la lotería de los compañeros que nos tocan, su espíritu cooperativo o experiencia, pero sobre el papel el escuadrón podrá adaptarse sobre la marcha y así demostrar su versatilidad.

La experiencia de Capcom con los juegos de acción es un mínimo en la garantía de calidad. Exprimal destaca por la rapidez, agilidad y estilo arcade, frenéticos en los mejores momentos. No hace nada extraordinario en gameplay o misiones, y queda lejos de los grandes lanzamientos de Capcom en este año, pero engancha más de lo que algunos jugadores auguraban. Efectivamente es una producción de tamaño intermedio que puede complementar las apuestas más seguras de la desarrolladora nipona.

Ahora bien, Exoprimal no escapa de las críticas que ya se podían intuir por las betas o que afectan a otros juegos online, y en este caso agravado porque no hablamos de un título gratuito. Es cierto que el debut en Xbox Game Pass reduce los riesgos de sufrir una comunidad pequeña –en los primeros días es fácil encontrar partidas, y además hay juego cruzado entre todas las plataformas-, pero eso no impide que llegue con un montón de cosméticos y mejoras para desbloquear, o que tengamos un pase de batalla gratuito y otro Premium. Es el tipo de progreso que se acepta sin problemas en un free to play pero todavía no nos acostumbramos a su inclusión en lanzamientos completos; quizás echará atrás a quienes simplemente buscan pasar un buen rato de manera esporádica, sin la dedicación que exige el "pase jurásico".

Pero el problema más difícil de ocultar es que Exoprimal se hace repetitivo rápido. No es sólo un resultado de la ambientación/mapas que vas a ver en múltiples ocasiones, sino que el torrente de raptores acaba por perder el efecto sorpresa, y el juego en pocas ocasiones nos pide dominar al completo las habilidades de nuestro personaje. La mayor parte del tiempo tenemos una yincana contra las mismas oleadas de dinosaurios descerebrados que has visto durante horas en tiroteos sin mucha sensación de impacto. No es algo que se solucione con más cofres de botín y cosméticos precisamente: el contenido sabe a poco, salvo que tu objetivo sea el de puro coleccionismo de pegatinas, emblemas o fondos para tu perfil.

Es justo decir que con el progreso aparecerán más zonas, misiones, variedad de enemigos y más dificultad, pero probablemente muchos jugadores lo abandonarán antes de ver todo lo que ofrece. Y aunque de vez en cuando aparece un destello de diversión en forma de las grandes bestias o un grupo rival que nos da una partida emocionante, Exprimal se siente demasiado irregular: las clases son suficientemente distintas para dar sentido al aspecto de hero shooter, la trama serie B a veces tiene su encanto, la acción puede ser espectacular, pero a la vez conseguir la experiencia de las exoarmaduras requiere mucho grindeo, hay aspectos que parecen desequilibrados –sobre todo durante el JcJ- y la escasez de contenido es palpable en un título que debería dar juego durante decenas o cientos de horas. Un modo como Lucha encarnizada, que llegará a finales de mes, debería estar disponible desde el primer día.

Gráficos resultones, pero no es la mejor demostración de RE Engine

Exoprimal es el enésimo proyecto de Capcom en RE Engine, el motor que se estrenó con Resident Evil 7 y que está dando vida a casi todos los juegos de la compañía, desde Street Fighter 6 a Monster Hunter Rise a los numerosos Resident Evil –nuevos y remakes-. Si dejamos a un lado Rise –diseñado en origen para Nintendo Switch-, quizás este sea el juego en el que menos luzca su motor, pero hay una explicación sencilla: se busca el rendimiento en unos mapas que albergan a decenas de enemigos en pantalla. En distancias cortas y en el detalle es evidente que luce un poco plano y la iluminación no destaca demasiado, pero es un juego para ver en movimiento, no en capturas.

Citar que las voces nos llegan con una mezcla de español e inglés; Leviathan está doblado, lo que significa que tutoriales y órdenes principales sí están en nuestro idioma. En cambio, las cinemáticas de historia o comentarios de otros personajes quedan en inglés –siempre con subtítulos-. No es que sea muy molesto pero teniendo en cuenta que no se trata de un juego excesivamente narrativo parece un tanto extraño.

Conclusiones

No se puede negar que Capcom lo ha intentado con Exoprimal, incluso si carece de los valores o el mimo de sus grandes proyectos, porque hay ideas frescas dentro de la fórmula JcEcJ. Lo que más daño hace al juego, alta competencia del mercado aparte, es el rutinario bucle jugable que hace casi todas las partidas iguales. La primera toma de contacto con el juego es positiva, pero se quema pronto y muestra las costuras en las primeras horas. En unos tiempos de consumismo y picoteo de juegos -catálogos de suscripción, multitud de F2P, lanzamientos interesantes cada mes- lo peor que le puede pasar a una novedad de estas características es que no te atrape de inmediato.

Por supuesto, estamos hablando de un juego como servicio y si Capcom mantiene un ritmo de actualizaciones –tres temporadas planeadas como mínimo-, escucha los comentarios de la comunidad y reacciona a tiempo, Exoprimal puede destapar todo su potencial. Lo que tenemos en este momento no es un mal juego, para nada, pero no alcanza el nivel al que nos tenía acostumbrados la desarrolladora.

Hemos realizado este análisis en su versión de PS5 con un código que nos ha proporcionado Plaion.