Análisis de WRC 5 (PS4, PSVITA, PS3, Xbox One, Xbox 360, PC)
Después de varios años en manos de Milestone, la licencia del Campeonato del Mundo de Rallies WRC ha cambiado de manos y ha ido a parar a Bigben Interactive y al estudio Kylotonn Games, quienes nos traen la quinta entrega numerada de la saga del mismo nombre. WRC 5 se presenta en las consolas de la presente y pasada generación (salvo Wii U) así como en PC y PS Vita, por lo que prácticamente cualquier usuario va a poder encontrar una versión para su plataforma de juego predilecta.
¿Y qué nos ofrece esta nueva edición del simulador oficial de ralllies por excelencia? Pues todo lo que se podía esperar de una licencia tan jugosa en términos de realismo, variedad de pruebas (el título consta de 75 tramos diferentes), torneos y coches, así como una oferta de modos de juego no especialmente variada pero suficiente. El problema principal que presenta el título es su baja calidad técnica, que en títulos como este afecta bastante a su disposición global.
Rallies licenciados
Como buen título licenciado, en esta producción nos encontramos con todo lo que rodea a esta especialidad deportiva tan espectacular. Nada menos que 13 rallies oficiales (Monte Carlo, Suecia, Finlandia, etc.) se dan cita en el juego, así como todos los equipos oficiales, coches de competición, vallas publicitarias y demás elementos que se nos pasen por la cabeza.
Podemos disfrutar de todos ellos en varias modalidades diferentes, las cuales nos han parecido algo justitas para lo que suele ser habitual en los títulos de conducción pero que, a pesar de eso, cumplen con creces. A falta de que se active la opción eSports el año que viene, el modo estrella es Carrera, lugar donde los pilotos más expertos van a poder demostrar su habilidad al volante recorriendo cada una de las pruebas en las que se divide cada campeonato.
A lo largo de varios días debemos afrontar cada tramo que corresponda, carreras súper especiales incluidas, siendo necesario apurar en cada curva para tratar de conseguir acabar en el podio… pero teniendo cuidado con no empotrarnos contra los diferentes objetos que forman parte de los escenarios. Como buen simulador, los vehículos van sufriendo daños en sus respectivos objetos y elementos que los conforman, desde las suspensiones a los neumáticos, frenos o el sistema electrónico. Y dado que únicamente es posible repararlos al término de cada día y con bastantes limitaciones (nos penalizan con tiempo si nos pasamos), lo suyo es tratar de evitar golpearnos.
Si decidimos jugar sin ningún tipo de ayudas en la conducción, WRC 5 nos ofrece unas dosis de simulación y realismo en la conducción bastante elevadas, aunque sin llegar a extremos experimentados en otros juegos similares. Además los más entusiastas y expertos en la disciplina seguramente agradecerán las opciones de personalización del coche que nos ofrece el título. Antes de salir a competir podemos modificar algunos parámetros de las máquinas, hasta 20 de ellos (dirección, ruedas, frenos, etc.), opciones que más tarde se dejan notar en el comportamiento de nuestro vehículo.
Una vez saltamos a la pista disfrutamos de un buen sistema de control, bastante preciso y fiable, que además se ve determinado por los arreglos efectuados en nuestro coche y, por supuesto, en el modelo que hayamos escogido. En este caso se agradece la integración tanto de los vehículos oficiales que conforman el WRC como también los que aparecen en las competiciones WRC2 y J-WRC, sumando una buena oferta entre todos ellos.
Acompañando a esta modalidad principal también nos encontramos con otras complementarias. Por un lado tenemos la Escuela de Rally, lugar en el que a lo largo de varias "lecciones" básicas y avanzadas algo monótonas se nos van explicando los pormenores de la conducción dentro del mundo de los rallies, función que agradecerán los pilotos menos expertos. Y de igual forma, este mismo grupo de usuarios también se beneficiarán de las distintas ayudas en la conducción que es posible habilitar (trayectoria, transmisión, etc.) y que suavizan en gran medida la dificultad.
También podemos disputar carreras sueltas en Etapa Rápida, así como disfrutar de modos multijugador locales (pero por turnos) así como online… si bien esta última opción nos ha resultado complicada de testear, más que nada porque costaba muchísimo encontrar partidas activas. Y por último tenemos
Motor gripado
El inconveniente principal que arrastra este título tiene que ver con todo su apartado técnico, que anda verdaderamente desfasado. La versión que hemos probado ha sido la desarrollada para Xbox One y, salvo algunos elementos bastante bien recreados, lo cierto es que el resto de los aspectos no lucen como deberían en un juego de Nueva Generación… y casi de la pasada.
Por empezar con lo más conseguido, el modelado de los coches no está mal, así como la iluminación global de los circuitos y las cambiantes condiciones climatológicas, hecho este último que en un simulador de rallies se agradece. Además los desperfectos de las carrocerías de los vehículos están bien plasmados aunque sin alardes, así como la ambientación general de cada rally que disputamos, perfectamente identificable.
Desgraciadamente, todo lo demás queda lejos de ofrecer las prestaciones visuales que se le presuponen a un simulador de primer orden en la Nueva Generación. Y es que el motor gráfico utilizado para dar vida a este título va muy justito. Así de entrada la definición que muestra el juego es discreta, con texturas meramente funcionales que afean todo el conjunto. Los escenarios tampoco es que se muestren precisamente sobrecargados, y en ciertos tramos incluso lucen demasiado vacíos.
Lo peor es que, a pesar de eso, el título no es capaz de mover con la fluidez necesaria coches y escenarios, por lo que la tasa de imágenes apenas se las apaña para mantenerse en 30 cuadros por segundo, cayendo por debajo de esa cifra en determinadas ocasiones de manera apreciable. Y en un juego de velocidad donde cada vez más nos hemos acostumbrado a los 50/60 cuadros estables, se nota.
Estos inconvenientes técnicos relevantes quedan "complementados" por otros fallos menos ostentosos pero molestos, como atisbos de screen tearing, ciertos bugs, una física para los coches algo irregular, efectos especiales casi inexistentes y otros problemas leves.
Para que os hagáis una idea, el título muestra un aspecto como si de un juego de la anterior generación se tratara, y no precisamente de los más punteros. Se nota que las versiones para dichas plataformas (e incluso PS Vita) han lastrado a este apartado desde el principio.
En cuanto al sonido, lo primero que debemos dejar claro es que se agradece el esfuerzo llevado a cabo por sus creadores de traducir y doblar a nuestro idioma todos los textos y voces que aparecen en WRC 5. Pero a pesar de eso, lo cierto es que el apartado sonoro en global es meramente funcional. Las curvas que nos canta el copiloto resultan confusas en más ocasiones de las deseadas y, en alguna que otra ocasión incluso, se "come" alguna y nos vemos vendidos ante una curva cerrada.
Por otra parte la voz que sirve para comentar y explicar cada uno de los pormenores y modalidades de juego suena algo forzada, poco natural, aunque es cierto que su relevancia e impacto es casi nula. La banda sonora que nos acompaña es meramente pasable, si bien los efectos de sonido alcanzan un nivel más elevado, siendo lo mejor de un acabado sonoro mejorable.
Conclusiones
Este simulador nos ofrece una aceptable gama de modos de juego así como todo el sabor de los rallies. Y por eso mismo, aquellos aficionados al deporte real no quedarán defraudados, especialmente los poseedores de consolas PS3, Xbox 360 y PS Vita. Sí, porque su gran inconveniente es su apartado gráfico, muy desfasado, y eso en un simulador de velocidad y dada la competencia existente, supone un inconveniente grave. Eso sí, se deja jugar y la conducción resulta bastante gratificante, tened esto en cuenta.