Análisis de Windjammers (PS4, Switch, PSVITA)
Imitado pero no superado. Muchos juegos han intentado reinventar el clásico Windjammers en los últimos años, incluyendo Disc Jam o el español Way of Redemption. Estas revisiones suelen preocuparse más por los gráficos tridimensionales o añadir contenido desbloqueable, pero hay algo en la simplicidad del juego de Data East que todavía lo hace irresistible. A veces lo único que queremos es una especie de Pong/hockey de aire con discos voladores.
La reedición de Windjammers a cargo de DotEmu es prácticamente una conversión del original de 1994 visto en recreativas y Neo-Geo. No tiene nada de remaster gráfico, así que las únicas novedades visuales es el selector de líneas horizontales, formato –4:3 o pantalla completa- y fondo para los marcos.
Lo realmente interesante es la integración del modo online, que explota de esta manera el auténtico punto fuerte del juego: la competición.
El juego consiste en una idea aparentemente tonta: dos personajes se enfrentan a una especie de vóley playa o tenis con discos. El objetivo es colar este objeto en la portería rival o hacer que caiga en su campo. Dependiendo de la zona impactada conseguiremos una puntuación y el primero en igualar o superar los 12 puntos gana la ronda; gana dos rondas y la victoria será tuya. Un partido no lleva más que un par de minutos y la tensión es máxima, porque es muy fácil ganar o perder –de ahí que Windjammers sea una fuente de cabreos bastante seria-.
Para dotar a este deporte un poco más de profundidad tenemos a personajes con diferentes valores en velocidad y poder, lo que permite superar a nuestro rival por nuestra movilidad o los tiros especiales –que a veces empujarán al oponente contra su fondo- capaces de realizar rebotes increíbles en las paredes, volar muy rápido o realizar extraños giros. Para ser un auténtico experto en Windjammers deberás practicar con Biaggi, Miller, Scott, Wessel, Hiromi o el español Jordi Costa, y ver sus puntos fuertes y débiles.
Y por supuesto, no se trata de tirar simplemente el disco de manera previsible. Ahí entran las carambolas, contras, dejadas, los tiros curvados y maniobras que se ejecutan sin gran complicación, acompañando el lanzamiento con pequeños giros de la palanca. Técnicas que cualquier aficionado podrá aprender con unas pocas partidas de práctica, no es tan exigente como un juego de lucha.
Mencionar también que no todas las pistas son iguales, lo cual hace que sean algo más que una simple variación de ambiente. La posición de la portería más crítica –la que otorga 5 puntos- puede estar en los extremos o justo en el centro, y hay escenarios con pequeños postes en la red que permiten nuevos rebotes y desvíos. Con estrategia, los obstáculos podrán ser aprovechados para despistar y añadir imprevisibilidad a la dirección del disco.
Obviamente el punto fuerte de Windjammers es el duelo local o las partidas online. El juego en sí es divertidísimo y en nuestra experiencia funciona sin problemas de conexión, como si fuera juego local, y encuentra rápido a otros usuarios. Está por ver si mantiene una comunidad estable durante los próximos meses, porque eso es lo que realmente marcará la vida de este deporte virtual. Hay ligas, clasificaciones, creación de salas personalizadas y todo lo que podemos pedir para que este modo nos robe horas y horas de juego.
Para un jugador tenemos el modo arcade para poner a prueba nuestra habilidad o buscar los mejores récords. El clásico consiste en una sucesión de partidas contra los seis personajes en varios niveles de dificultad, y también tenemos la variante de enfrentamientos infinitos. Entre algunos combates nos saltarán dos tipos de fases extra –también accesibles directamente en el menú-: una consiste en jugar a los bolos con frisbee y en la otra controlamos a un perro que persigue el disco mientras esquiva obstáculos de la playa.
En solitario entretiene, pero falta ese pique especial, los errores y la imprevisibilidad de otros jugadores humanos. El multijugador online es lo que justifica el precio de esta versión, 15 euros con cross-buy en PS4 y PS Vita, ya que de lo contrario debería ser mucho más similar al de reediciones de otros juegos clásicos en emulación.
Conclusiones
El regreso de Windjammers es por tanto el original con apenas un modo online y un menú rehecho en alta definición, lo cual para muchos nostálgicos será más que suficiente. Otros podrán exigir, no sin razón, alguna novedad más en cuanto a contenido –más pistas, un nuevo personaje, nuevas reglas…- remasterización gráfica o sonora, aunque fuese a modo opcional. Por ejemplo, es una pena que la pegadiza música y las voces no cuenten con remezclas o nuevas versiones de mayor calidad, pero entendemos que esto se escapa de la ambición del proyecto.
No obstante, Windjammers es tan adictivo en multijugador que compensa gran parte de las quejas que podamos encontrar a la poca variedad de modos, mejoras o contenido. Y eso es realmente lo que nos debe importar: más de 20 años después, lanzar un disco de plástico sigue siendo uno de los deportes virtuales más divertidos que existe.
Hemos realizado este análisis en su versión PS4 con una copia que nos ha proporcionado DotEmu.