Análisis de Thumper (PS4, Switch, Xbox One, iPhone, PS5, PC)
¿Imaginas Amplitude a 900 kilómetros por hora? Más o menos, eso es Thumper. Sus creadores lo definen por "un juego de ritmo violento", que suena tan extraño como la "violencia erótica" de la máquina pachinko que Konami lanzó dedicada a Castlevania. Pero algo es cierto: tiene un aspecto más brutal que los típicos juegos musicales, y ofrece algo ligeramente distinto en un género donde estaba casi todo inventado.
Esta especie de montaña rusa alucinógena nos presenta a un escarabajo cromado que avanza a toda velocidad por un raíl. Si eso no es suficiente motivo para sentir curiosidad, detrás se encuentra Drool, un estudio independiente con dos veteranos del género, exdesarrolladores de Harmonix: el artista y músico Brian Gibson y el programador Marc Flury.
Thumper no es tanto un juego musical al estilo Rockband, aunque la música, los reflejos y el sentido del ritmo son fundamentales para jugar bien. A diferencia de dichos títulos donde la pulsación de botones sigue el patrón continuo de la música, en este caso el objetivo principal consiste en sobrevivir evitando choques con las curvas y otros obstáculos. Cuando juegas bien, gráficos y sonido forman un todo, parecido al clásico REZ. La música no es la protagonista principal, pero sube la tensión.
El control es muy sencillo y básicamente hace uso de un botón acompañado de direcciones o una pulsación prolongada. Por la pista aparece un tipo de rectángulo luminoso, no tan exigente como lo pudiera ser en los juegos de guitarra - en los que aparece casi a cada nota y además combina múltiples botones-. Por esta parte es más relajado que Amplitude o Frecuency.
Los obstáculos son nuestro peligro real. Las curvas pronunciadas muestran un muro, así que es necesario "derrapar" para no estrellarse de pleno. En la pista hay barreras, muros de pinchos y progresando más se suman otros elementos, incluso otro carril. Cada acción –resbalar, flotar, golpear repetidas vallas- está acompañada de un sonido característico, una percusión que completa la melodía y nos indica que hemos realizado bien el movimiento. Ese martilleo metálico que al principio resulta agresivo se convertirá en la mejor recompensa después de superar una complicada chicane.
La dificultad asciende gradualmente, de manera que al principio se explica cada nueva incorporación, y una vez está dominada, se mezcla con todo lo aprendido a una velocidad mareante. No es un juego que penalice mucho, se permite fallar en los símbolos que aparecen en la pista –a costa de obtener una peor valoración-, las secciones están convenientemente dividas en subniveles breves –es decir, abundantes puntos de control- y dispones de dos vidas antes de morir, pero se pide paciencia y concentración máxima. Es muy arcade, y vamos a repetir las secciones más duras una y otra vez.
Cada cierto número de subfases nos enfrentamos a un jefe que no deja de ser un tramo de circuito donde, aquí sí, hay que cometer pocos errores para tener disponible la opción de "dañar" al enemigo; de hecho fallar repetidamente en el ritmo te mantiene en un bucle indefinido en el que tarde o temprano golpearás con un obstáculo. Para salir victorioso hay que acertar una sucesión de ritmos de color verde hasta que aparece uno más brillante, activando así un nuevo tramo.
Thumper es hipnótico. No depende únicamente de nuestra agudeza visual, pues en ocasiones la secuencia de curvas y bloqueos se hacen tan intensas que la primera partida te lleva a una muerte. La clave reside en memorizar en cada reintento los tramos más confusos hasta que se ejecutan casi con los ojos cerrados. Encaja a la perfección en el calificativo "fácil de jugar, difícil de dominar", con un reto que bordea la frustración pero sin cruzarla. Al igual que en otros juegos musicales, la práctica hace al maestro.
A la vista está que por su diseño, que busca la profundad e impresionar con los objetos a toda velocidad, se desarrolló con las 3D en mente. Por el momento esta opción no está disponible en la versión para PC, sólo para PlayStation VR. Es perfectamente disfrutable en 2D y también lo hemos jugado así, aunque no exprime todo su potencial.
El mundo retorcido de Thumper parece extraído de la ciencia ficción ochentera, con luces de neón, monstruos y formas pintadas al aerógrafo. Esto se le da un estilo muy original y elegante, hace que la jugabilidad no se vea afectada por demasiada confusión en la imagen por adornos innecesarios. Ante todo, y más a la velocidad que funciona, la pista debe ser clara.
En la otra balanza tenemos que la variedad de ambientes y música no es su fuerte. Es un mal menor, puesto que la intención del equipo nunca pasó por incluir un extenso catálogo de licencias o géneros. No obstante, su calidad artística y sonora queda fuera de toda duda, es uno título que nos llamó inmediatamente la atención desde su primer tráiler.
Conclusiones
Thumper demuestra que todavía hay margen para dar un pequeño giro a ese género que se hizo tan popular hace un lustro. No es el enésimo juego de ritmo musical, carreras o infinite runner; tiene un poco de ellos y lo adapta con su propia personalidad.
Los puntos débiles son la falta de más modos y trampas que amplíen el número de mecánicas. La dificultad también puede rozar lo exasperante, recomendamos tener práctica en títulos similares. Con todo, es un excelente juego indie que para PlayStation VR se convierte en compra obligada.
Hemos realizado este análisis con las versiones de PlayStation 4/PS Vr y PC, con códigos de descarga que nos ha proporcionado Drool.