Análisis de The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia (PS4)

Los juegos basados en mangas y animes suelen ser una auténtica lotería. Unas veces salen títulos muy correctos y decentes, otras muchas resultan ser un auténtico desastre que solo buscan aprovecharse de la licencia para sacarle el dinero al fan, y los menos, resultan ser auténticos juegazos incluso dentro de su género.

Por desgracia, el caso que hoy nos ocupa con The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia es el segundo, un título que deja mucho que desear y que se nota hecho deprisa y sin ningún tipo de mimo o cuidado, por lo que no le hace ninguna justicia a la genial serie en la que se basa, uno de los shonens más entretenidos y con mejor ritmo de los últimos años.

La decadencia de Britannia

En esencia nos encontramos ante un juego de lucha tridimensional en el que nos podemos mover con total libertad por los escenarios de forma muy parecida a lo que vimos en J-Stars Victory VS. De este modo, nuestros personajes suelen tener bastante movilidad, pudiendo saltar (en algunos casos incluso volar), teletransportarse detrás del rival, lanzarse de frente a gran velocidad hacia el enemigo, etcétera.

Como suele ocurrir con este tipo de producciones, los controles no son especialmente complejos y buscan ser lo más accesible posibles para que cualquier fan pueda disfrutar realizando las técnicas y golpes más característicos de sus héroes y villanos favoritos y así reproducir las batallas que tanto le hicieron disfrutar tanto en el manga como en el anime.

El problema radica en el momento que se sacrifica cualquier atisbo de profundidad jugable por hacer esto, ya que apenas tendremos tres técnicas por combatiente (más su ataque definitivo) y el concepto de "combo" es algo muy relativo, ya que apenas tenemos combinaciones posibles entre los botones de ataque débil y fuerte (hay uno más, pero es para atacar a distancia), por lo que al final acabaremos repitiendo las mismas cadenas de golpes una y otra vez hasta el infinito, ya que el juego no da para más, lo que torna rápidamente los combates en una experiencia muy aburrida y monótona.

Otro gran fallo lo tenemos en que, a pesar de que la plantilla es aceptable y no falta prácticamente ninguno de los personajes importantes de la primera temporada del anime (más un par de sorpresas de la segunda), la recreación que se ha hecho de los mismos es realmente pobre y apenas consiguen captar sus esencias, demostrando la poca atención que se ha puesto a los detalles que los hacen tan únicos en la serie.

Por ejemplo, con Ban se han limitado a su capacidad para robar magia para potenciarse, pero no hay ni rastro de su factor curativo para regenerarse de sus heridas, Gowther es un combatiente muy genérico que no utiliza sus poderes para manipular las mentes de sus adversarios, algo que se podría haber recreado de varias formas distintas (en vez de eso, nos limitaremos a golpear cuerpo a cuerpo y a lanzar un par de técnicas a distancia), el Revenge Counter de Meliodas es una técnica especial normal y corriente que solo causa una gran explosión, por lo que no actúa como un contraataque que aumenta de poder dependiendo del daño acumulado, y King es una oportunidad completamente perdida, ya que apenas usa las posibilidades que ofrece su tesoro sagrado.

Estos son solo unos poquísimos ejemplos de los muchos que hay, lo que acaba echando por tierra esa sensación de fidelidad con la serie que tanto busca el fan a la hora de controlar a sus personajes favoritos.

También cabe destacar que, a pesar de que el ritmo de las batallas es bueno, estas no llegan, ni por asomo, a los niveles de frenetismo que se llegan a alcanzar en el anime, aunque casi que mejor así, pues la cámara suele tener serios problemas a la hora de colocarse y seguir la acción, provocando que muchas veces estos enfrentamientos sean un auténtico caos en el que luchamos la mitad del tiempo por enterarnos de lo que está ocurriendo, especialmente en escenarios cerrados como el de la prisión en la que tenían prisionero a Ban.

En lo que respecta a modos de juego, la estrella principal la tenemos en su Modo Aventura, un Modo Historia con más de 100 misiones para cumplir y que tendremos que jugar para desbloquear la gran totalidad de contenidos del título, incluyendo personajes y mejoras para los mismos.

La idea inicial es la de seguir la historia de la primera temporada del anime (con un par de detalles de la segunda) mientras recorremos Britannia con el Boar Hat cumpliendo misiones para así recabar rumores que nos permitan desbloquear nuevos retos y desafíos con los que poder progresar en la trama principal.

Las misiones suelen alternar entre fases de acción donde tendremos que derrotar a multitud de enemigos en un tiempo límite, niveles de recolección con Elizabeth y Hawk, y duelos normales (también hay otro tipo de fase bastante insulso que cambia completamente la dinámica, aunque esto sería caer en spoilers). Las primeras aportan entre cero y nada, ya que no tienen dificultad alguna y las superaremos sin ningún esfuerzo simplemente machacando botones.

Además, tampoco son especialmente variadas, ya que solo hay tres tipos de enemigos diferentes (aunque con su nula IA, como si fuesen el mismo) y dos de gran tamaño (demonios rojos y soldados de nueva generación transformados) cuyas rutinas de ataque son exactamente las mismas.

Los niveles de Elizabeth tampoco ayudan a mejorar el conjunto, ya que en ellos tendremos que buscar unos puntos brillantes para recolectar objetos mientras evitamos a los enemigos que buscan darnos caza. A pesar de que no podemos atacar, sí que tenemos la posibilidad de invocar a Hawk para que venga hasta nuestra posición y los elimine por nosotros. Como veis, nada realmente estimulante ni divertido de jugar.

Por último, los duelos adolecen de los mismos problemas que ya hemos expuesto, a los cuales hay que sumarle que en las batallas en las que nos acompaña un aliado, este es poco menos que un inútil que entorpece más que ayuda (cuando jugamos por equipos, las barras de vida son compartidas), algo que en realidad tampoco es demasiado problemático, ya que la IA enemiga también deja muchísimo que desear.

En general es un juego facilísimo que os podréis pasar sacando buenas puntuaciones a base de machacar botones (la batalla final nos la pasamos, literalmente, repitiendo la misma técnica una y otra vez, y obtuvimos una puntuación de S, la máxima que se puede conseguir). Si solo queréis completar la trama principal, os dará para unas cuatro o cinco horas, pero si queréis ir a por el 100% y completarlo todo, el título da para una buena cantidad de horas y recompensa con muchos contenidos desbloqueables.

El otro gran fallo de esta modalidad lo tenemos en su narrativa, la cual es un auténtico desastre. Que los vídeos que se basen en poner modelados semiestáticos de los personajes mientras estos hablan es el menor de sus problemas, ya que el guion va aceleradísimo, saltándose datos importantes y reduciendo a la mínima expresión cualquier momento mínimamente relevante o memorable de la serie (todavía estamos intentando asimilar que el secuestro de Elizabeth se resuelva con cuatro bocadillos en el mapamundi), haciéndonos luchar contra versiones de ciertos personajes que no se corresponden con el momento argumental en el que estamos (la primera batalla contra Guila es un buen ejemplo de esto), etcétera.

El resultado de todo esto es que muchas veces, incluso conociendo la serie, nos cueste ubicarnos y saber qué es lo que está pasando, lo que acaba por dinamitar un juego, que con algo más de trabajo y mimo, al menos podría haber contentado al público al que va dirigido.

También cabe destacar que las misiones secundarias y las pruebas y desafíos que nos encontremos nos recompensarán con materiales que podremos invertir en crear objetos mágicos en un árbol de habilidades. Algunos de ellos tienen que ser equipados para mejorar a nuestros personajes, mientras que otros nos beneficiarán con todo tipo de mejoras pasivas, ya sea más vida para los personajes o que el Boar Hat pueda volar para llegar a sitios a los que no podíamos acceder.

El sistema no nos parece mal, aunque su utilidad en batalla queda relegada, principalmente, al multijugador, ya que la historia nos la hemos pasado sin morir ni una sola vez y sin haber desbloqueado casi ningún objeto mágico (de nada sirve que el enemigo nos duplique en vida si es incapaz de defenderse adecuadamente y siempre cae en las mismas trampas).

Al final, la parte más entretenida del título la tenemos en su multijugador, especialmente al jugar por equipos de dos contra dos, ya que de esta manera el título gana un mínimo de profundidad y estrategia al tener que vigilar a dos rivales humanos y coordinarnos con nuestro compañero, lo que hace los enfrentamientos notablemente más disfrutables. Destacar que incluye tanto multijugador local como online, aunque este último es muy básico en cuanto a opciones (básicamente, combates puntuados y sin puntuar) y resulta muy complicado encontrar partida.

Gráficamente se sigue la misma tónica que en el resto del título, con un apartado técnico muy pobre. Texturas de calidad discutible, modelados poco trabajados, animaciones muy rígidas y "acartonadas", efectos muy mejorables (ni las técnicas definitivas resultan mínimamente espectaculares), una destrucción de entornos vergonzosa y unos escenarios que podrían dar mucho más de sí.

Por desgracia, el sonido también se queda a medio camino con una banda sonora que sin ser mala resulta extremadamente genérica (una pena que nos hayamos quedado sin las geniales composiciones que Hiroyuki Sawano hizo para el anime) y los efectos son muy básicos y repetitivos. El doblaje, como no podía ser de otro modo, es el original japonés (muy bueno), aunque tenemos que señalar que en las pantallas de acción todos los enemigos tienen los mismos gritos al morir, lo que probablemente os lleve a bajar el volumen de la televisión. Al menos, los textos están traducidos al español.

Conclusiones

The Seven Deadly Sins: Knights of Britannia es una gran oportunidad perdida. Nanatsu no Taizai es una obra que da para muchísimo más y que está repleta de posibilidades como para crear un buen juego. Por desgracia, este no ha sido el caso y sus desarrolladores se han conformado con realizar un producto mediocre y hecho sin ningún cariño que difícilmente contentará a ningún seguidor de la serie, ya que no siempre basta con poder controlar a nuestros personajes favoritos para obtener algo de diversión. Esperemos que Meliodas y compañía tengan mejor suerte salvando el mundo que protagonizando este título si queremos llegar algún día a un final feliz.

Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga que nos ha facilitado Bandai Namco.