Análisis de The Dwarves (PS4, Xbox One, PC)

Puede que la adaptación de El Hobbit a la gran pantalla no causase el mismo impacto que El Señor de los Anillos a principios de 2000, pero la fantasía medieval todavía tiene su tirón. Mientras Warner Bros. Aprovecha la licencia de Tolkien para La Tierra Media, otros estudios han buscado filón en otras como Juego de Tronos, The Witcher o, quizás la menos conocida de las mencionadas, The Dwarves, una novela del autor alemán Markus Heitz.

King Art es la encargada de llevar a videojuego esas aventuras protagonizadas no por hombres, hobbits o elfos, sino por los enanos, esa raza que generalmente está representada por personajes muy trabajadores pero huraños con los desconocidos, que no dudan en empuñar su hacha contra enemigos más grandes y fuertes.

The Dwarves sigue los pasos del enano criado entre humanos Tungdil Goldhand, quien irá conociendo a nuevos compañeros –de diversas razas- y enemigos en su viaje, pero no es demasiado importante conocer este universo –precisamente porque se describe en el juego- y bastará con conocer la obra de Tolkien con la que inevitablemente guarda similitudes, como prácticamente cualquier obra del género.

La narrativa alterna textos narrados –voces en inglés, textos en español- con cinemáticas para las situaciones más importantes, no perdiendo totalmente el tono de la novela.

Hay que reconocer que este es uno de los mejores apartados, ya que el mundo y los personajes se encuentran a un nivel por encima de la media. Otros RPG no cuentan con el apoyo de una novela, como es el caso.

Esta aventura apuesta por el rol táctico en tiempo real, aunque no todos los peligros se encontrarán en el campo de batalla. De hecho esta ha sido una de nuestras primeras sorpresas, porque esperábamos más un juego de acción contra decenas de enemigos a lo largo de caminos boscosos, cuando está plagado de conversaciones y algunas fases de exploración. El desarrollo nos presenta un mapa con una red de nodos entre los que nos desplazamos hacia el objetivo de nuestra misión, y avanzar por él mueve otras piezas del tablero y activa eventos.

Muchas de estas situaciones nos llevan a pequeños escenarios donde investigar objetos útiles en cadáveres de una escabechina o resolver algún tipo de bloqueo, pequeños puzles. Por ejemplo, uno de los primeros obstáculos lo encontramos en un gran portón cerrado, con solados que nos impedían el paso. Un sistema de conversación nos facilita hablar con estos personajes e intentar cambiar su opinión, pero a veces esto no funciona y es necesario buscar una solución diferente. Quizás otro guardia sea más favorable a sobornos…

A lo largo de nuestro progreso por el mapa hay más eventos de este tipo, decisiones en apariencia tan poco importantes como el lugar donde dormir que pueden suponer el fin de tu partida. Escoge mal y la muerte te llegará antes de amanecer, simplemente por no ser muy precavido o infravalorar la situación. No todo se decide por nuestro nivel o habilidad en The Dwarves.

Sin embargo, tarde o temprano es necesario luchar contra hordas de enemigos. Un poco en la línea de la épica fantástica, los desarrolladores han querido plasmar esas batallas de un grupo de héroes contra oleadas de numerosos e incansables enemigos. Es táctica en tiempo real, aunque puedes pausar la acción en determinados momentos para dar órdenes a compañeros que no controlamos, así que no tienes que limitarte al control de un único personaje. En los momentos decisivos podrás aprovechar estratégicamente las habilidades y objetos del grupo sin abandonar a tu unidad principal.

Estas habilidades son la auténtica gracia del sistema de combate. Los personajes luchan de manera automática cuando están cerca de un enemigo, pero si no deseas que la batalla caiga en un anodino intercambio de hachazos y espadazos –algo que puede ser muy perjudicial para nuestra salud a largo plazo- es necesario echar mano de técnicas con barridos, cargas, magias defensivas y movimientos mucho más potentes o de área.

Una de las particularidades que el estudio ha destacado mucho es su motor de físicas. El impacto de un hachazo lanza los cuerpos enemigos por el aire, lo que no sólo es muy espectacular, sino que afecta a otras unidades cercanas; se empujan unas con otras. Los puntos necesarios para utilizar estas habilidades se recargan por tiempo o derrotando enemigos.

Controlar la batalla es divertido y permite aprovechar el entorno. ¿Hay un barranco cerca? Atrae a los enemigos y procura que caigan por él con golpes o granadas explosivas. O aprovecha cuellos de botella para evitar ser rodeado. Las físicas dan un poco de juego a nuestra creatividad para hacer más daño al bando rival, pero cuidado, hay fuego amigo activado. No obstante, la inteligencia artificial de las huestes enemigas es muy básica, e incluso hemos detectado algún que otro fallo, como zonas en las que, por una extraña razón, ellos no pueden pasar y nosotros sí –lo que nos confiere casi inmunidad dentro de la zona segura-.

Estos defectos pueden interferir en la jugabilidad y empañan un poco el resultado. Las físicas "realistas" hacen que movimiento de los enanos no sea muy ágil, especialmente al arrancar los pasos, y a veces es complicado apuntar a un enemigo concreto cuando hay un grupo muy concentrado, provocando el derroche de una habilidad en el enemigo que no te interesa. Hay que tomarlo más como un enfrentamiento contra una masa que contra criaturas individuales, a menos que desees enfocar tus ataques a un enemigo especialmente molesto –arqueros o subjefes-.

La cámara en demasiadas ocasiones –por el diseño del escenario- toma una vista cenital, lo que impide controlar la batalla más allá de nuestro personaje. Los obstáculos de la decoración –rocas, árboles…- también ocultan la visión con facilidad, un error con una solución tan sencilla como usar objetos translúcidos.

El mayor defecto de The Dwarves lo encontramos en que apenas profundiza muchas de las mecánicas de las que dispone. El combate no es tan estratégico como el de un auténtico SRPG, y no tan directo como el de un action RPG. Incluso los aspectos roleros –en cuanto a jugabilidad- son apenas superficiales: apenas hay personalización y el árbol de habilidades es muy básico –elegir una técnica entre dos al subir de nivel-.

La impresión general es la de un juego con gran potencial, lastrado por pequeños problemas. Ofrece una buena cantidad de compañeros con variedad de ataques que te hacen replantear los enfrentamientos según el grupo actual, e incluso los personajes de la historia reaccionarán diferente dependiendo de los aliados. Incluso visualmente se encuentra a un buen nivel si lo comparamos con otros títulos de mazmorras del estilo. Obviamente colocar la cámara cerca de la acción delata más las carencias gráficas, pero los mapas naturales rebosan detalle.

Al menos en consola, el rendimiento sufre un poco y aparecen fallos como falta de sincronización vertical y bajones en la fluidez cuando hay demasiados personajes en pantalla; nada grave dado el estilo pausado de su jugabilidad. Un poco más molesto son la abundancia de cargas intermedias, no tanto por su tiempo –que también es un poco exagerado para el tamaño de las áreas-, sino por su abundancia al entrar y salir al mapa principal, que es una acción constante.

Conclusiones

La buena historia, aunque no escape de la mayoría de tópicos del género fantástico, es el punto más fuerte de The Dwarves. Muchos personajes con diferente personalidad, y un desarrollo que no depende exclusivamente del combate –pese a que es una parte fundamental-, convierten a este título en un juego bastante irregular, con puntos muy buenos y otros que simplemente no dan la talla.

La banda sonora merece una mención –incluso participa el grupo Blind Guardian-, y los gráficos serían más que suficiente de no ser por fallos técnicos, pero es la jugabilidad no termina de cuajar, y tampoco estamos ante una aventura excesivamente amplia -poco más de 10 horas-. Una cosa es segura: mantiene bien la atmósfera rolera y esta fantasía tiene potencial para convertirse, con secuelas más pulidas, en un buen sucedáneo de Tolkien.

Hemos realizado este análisis con un código de descarga de la versión PS4 nos ha proporcionado Dead Good Media.