Análisis de SOMA (PS4, Xbox One, PC)
Frictional Games se han hecho un nombre en la industria de los videojuegos. Y no es para menos. Tras tres episodios de Penumbra, el estudio sueco consiguió redefinir el género del terror con Amnesia: The Dark Descent, un juego que, con un presupuesto bastante justito consiguió inspirar a auténticos Triple A años después. Desde 2010, Frictional Games ha estado trabajando en SOMA, y por fin nos llega este esperado proyecto, que cambia totalmente de ambientación pero no de mecánicas.
Mi terror es mío
Lo hamos comentado muchas veces. La "fórmula Amnesia" es prácticamente una constante en el género hoy en día, y se basa en dos grandes pilares. Exploración en primera persona y enemigos indestructibles de los que sólo podemos escondernos.
Hoy en día se nos hace hasta raro ver un juego de terror en tercera persona, precisamente porque la fórmula de Frictional Games es "mejor" en muchos aspectos.
Se supone que esta perspectiva hace la experiencia más inmersiva, pero además los desarrolladores se ahorran animar al protagonista o introducir mecánicas de combate. Todos salen ganando. Eso sí, si a un estudio no se le puede reprochar que se ciñan a esto es a Frictional, los padres del concepto. En SOMA, los suecos no han querido tomar riesgos, y se mantienen fieles a las bases conocidas.
Así, SOMA es un juego de terror basado en la exploración, donde tendremos que recorrer una serie de entornos buscando los objetos que nos permitirán progresar, habitualmente, con alguna que otra criatura complicándonos la existencia. Todo ello en un universo bastante interesante, una especie de mezcla entre Alien y BioShock que nos lleva a un complejo de corte retrofuturista submarino donde se han realizado una serie de experimentos que no parecen haber ido muy bien.
No vamos a entrar en detalles argumentales, pero tenemos que decir que la historia nos ha parecido muy interesante, y no sólo por el argumento en sí, sino por lo temas que propone. Uno de los más recurrentes es hasta dónde una inteligencia artificial puede ser "inteligente", puede tener sentimientos, y hasta qué punto podemos sentir algo –pena, compasión, alegría...– por ellas. Aparte, el juego tiene sus protagonistas, sus secundarios, sus buenos y sus malos, aunque todo envuelto en un halo bastante oscuro.
La evolución de Frictional
El diseño del juego en general nos ha gustado bastante, y desde luego consigue llegar a ser muy, muy opresor. La oscuridad es una constante, tanto en las zonas interiores como en las exteriores. Y es que, algo que quizás no sepáis es que también hay secciones en las que tenemos que movernos en el fondo del océano. Éstas suelen ser secciones un poco de transición, pero según progresamos se van volviendo más complejas, introduciendo incluso algún que otro pequeño puzle. Sobre éstos, hay puzles prácticamente de transición, y otros algo más elaborados, pero ninguno va a llegar a ser un quebradero de cabeza.
El mayor problema de SOMA es un ritmo un tanto irregular, con momentos que pueden hacerse algo tediosos por la falta de indicaciones. Y ojo, nos encanta que el juego no nos lleve de la mano, que nos deje pensar, explorar y encontrar las soluciones, pero a veces nos deja sueltos en un escenario sin saber qué tenemos que hacer –incluso con enemigos pululando por ahí– y esto puede desesperar a los usuarios menos pacientes.
La narrativa sigue estando totalmente integrada en la jugabilidad, sin secuencias de vídeo como tales, aunque ahora sí que hay diálogos entre varios personajes, lejos de los monólogos de Amnesia: The Dark Descent . Todo está bien traducido al castellano, y cuando decimos "todo" nos referimos a los subtítulos y prácticamente todos los textos integrados en el juego, pero no las voces. Estar pendientes de las conversaciones es imprescindible, no sólo para entender la historia, sino porque en ellas nos darán las claves para progresar.
A nosotros SOMA nos ha dado menos miedo que Amnesia: The Dark Descento, probablemente porque los enemigos son menos letales y aparecen antes. Ese terror que pasamos esperando saber qué nos aguardaba en Amnesia se pierde aquí, ya que el primer monstruo aparece bien pronto en la aventura. Es cierto que Frictional se guarda varios ases sobre la manga, e iremos encontrando nuevas criaturas con diferentes comportamientos, y estará en nuestra mano averiguar a qué reaccionan.
Esto no quiere decir que no dé miedo; al contrario. Cada vez que vemos a un nuevo enemigo hay un importante momento de tensión, tenemos más de un buen susto y un gran juego con el sonido que puede hacer que recorrer un pasillo sea un auténtico infierno. Aunque pueda ser menos terrorífico, SOMA nos parece más juego.
Aspectos audiovisuales
SOMA es un título correcto en lo técnico, que luce más por su trabajo artístico que por otra cosa. De hecho, incluso nos ha sorprendido que la versión de PlayStation 4 vaya a 30 imágenes por segundo, si bien esto no afecta a su jugabilidad. Esto no quita que Frictional se haya reservado algunos momentos para recordar, muy buenos juegos de luz, y secuencias hasta bonitas.
Destaca mucho más el apartado sonoro, con algunas melodías acertadísimas y sobre todo, unos efectos que nos tienen en tensión constante. Nunca sabemos si esa lata que se ha movido la hemos movido nosotros; si esos pasos son los nuestros. En el peor de los casos, os aseguramos que sabemos que ese sonido gutural no es nuestro, o mucho menos ese llanto. Además, las voces en inglés son bastante buenas, y si a ratos se nos antojan demasiado joviales para la situación en la que están, a veces también saben marcar las emociones de los protagonistas.
Una aventura de terror con el sello de Frictional
Muchos esperaban que Frictional Games, contemplados como los padres del terror moderno, volvieran a definir el terror con SOMA, pero no ha sido así. El estudio sueco ha preferido mantenerse fiel a la fórmula que les dio la fama, y ha creado un nuevo universo perfecto para ambientar una aventura de terror. Si os gustó Amnesia: The Dark Descent y no os echa para atrás la ambientación de ciencia ficción retrofuturista, SOMA os va a gustar tanto o más que aquél.
En definitiva, nos encontramos frente a una muy buena aventura de terror, a la que únicamente le podríamos pedir un mejor ritmo y un punto más de innovación, pero que sigue creciendo sobre las bases del "terror indefenso en primera persona", apoyándose en una buena historia que consigue atrapar y en situaciones variadas y exigentes.